Capítulo 39

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¿Qué se supone que hago ahora? Ese maldito auto no me va a dejar salir.

Estaba demasiado nerviosa, no quería que nadie saliera de ahí. La idea de que es alguien que me quiere hacer daño, hizo que me asustara mucho más.

¿Por qué siempre pienso en lo peor?

Sea quien sea, ahora mismo no tenía ni idea de dónde estaba. Por comprobar si el auto me estaba persiguiendo, me desvie totalmente.

¿Dónde estoy?

Cogí mi movil y  llamé a Billie.

-Vamos, contesta, contesta.

Billie no daba señales de vida.

Llamé a Erick ,a Ryan, a Danielle y ellos tampoco respondían.

-¡Mierda! -Grité.

Ahora mismo me preguntó porque no tengo a Nicolle en mis contactos. Se que ella vendría por mi.

Mi padre. No, no hay manera en el infierno.

Nicolle dijo que el vendría hoy,así que eso quiere decir que el está en la ciudad.

Alguien se bajó del auto, estaba tan oscuro que no podía ver muy bien quién era.

Empecé a llamar a mi padre.

-Oh, vamos, contesta, contesta..

Mi padre contestó al tercer timbre.

-¿_____?

-¡Papá Ayúdame, no sé dónde estoy sólo sé que hay un auto detrás de mí, me estaban persiguiendo y me desvié. Está muy oscuro aquí y no puedo ver nada, por favor, ¡ven! -Dije muy rápido.

-Cálmate, princesa. No te asustes, sólo respira y dame tu mejor intento de decirme dónde estas. -Él estaba preocupado.

Sabía que no me iba a fallar, sabía que él era justo a quien debía llamar.

-No lo sé, no lo sé. Iba a ir al supermercado que queda fuera de la ciudad, ¿sabes cuál? El que queda por la playa.

-Sí, sí, ya sé cuál es.

-Yo sólo quería probar si el auto me estaba persiguiendo, recuerdo que giré a la izquiera y no sé cómo terminé en esta calle sin salida. Pero está muy oscuro y necesito salir de aquí.

-Ya sé dónde estás. Quédate en el auto, ______. Simplemente no salgas de ahí. Voy a buscarte. -Dijo y colgó.

El hombre empezó a tocar la ventana, esperando que le abriera. No, no le iba a abrir.

Estaba vestido de negro y llevaba gafas.

"Quédate en el auto, ______. Simplemente no salgas de ahí. Voy a buscarte." Recordé las palabras de mi padre y me hundí en mi asiento.

El hombre empezó a tocar con fuerza la ventana.

Las lágrimas corrían por mis mejillas y mis nervios aumentaron mucho más.

-Abre la puerta o te arrepentirás. -Gritó el desconocido y se acercarón otros dos hombres más.

Me pasé a los asientos de atrás. No sé qué estaba haciendo, pero no podía estar calmada.

Necesitaba a mi padre más que nunca.

No podía ver muy bien qué era lo que hacían. pero el hombre partió la ventana.

Abrió la puerta y me cogió de la muñeca, obligándome a salir.

-¿Qué quieren? No me hagan nada, por favor. -Dije entre lágrimas.

~Eres mía pequeña~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora