Cambio de Corazón

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Los meses transcurrieron, Yuri había encontrado que los métodos de Hyoga eran los adecuados para él, tenían mucha química juntos, el japonés por fin sentía que conectaba con su entrenador. O eso quería pensar él; Hyoga era magnífico en su trabajo, pero había días en los que pensaba que deseaba quedarse en Rusia por Viktor y no por Hyoga.

La técnica de Yuri había mejorado enormemente, obteniendo la cantidad de puntos necesarios para clasificar a los Juegos Olímpicos. Su rutina también era muy buena; su programa corto se desenvolvía al ritmo de World is Mine de Hatsune Miku, mientras que el largo era A Cruel Angel's Thesis de Yoko Takahashi.

Su relación con Viktor también prosperaba, pasaban mucho tiempo juntos, incluso Yuri pasaba más tiempo con Nikiforov que con Shun; y para el ruso sería igual de no ser porque su prometido, Hyoga, estaba en la pista con Yuri en todo momento. Esto a Viktor le generaba a veces un poco de rabia, ya que anhelaba un momento a solas con el japonés, pero la presencia de su rubio y atractivo compañero se lo impedía. Yuri por su parte sentía un poco de incomodidad cuando Viktor comenzaba a coquetearle enfrente de Hyoga, era extraño cómo se sentía más raro que lo hiciera frente a su entrenador que frente a su propio novio.

Por su parte, Shun había conseguido un trabajo en un hospital que quedaba cerca de la embajada británica, por lo que había muchos pacientes, y colegas, que hablaban inglés, lo que le facilitó bastante su labor. Sin embargo, era imperativo que el peliverde aprendiera ruso, y vaya que lo hizo, con el mejor instructor que pudo haber imaginado: Hyoga.

Por esta razón, además de pasar a ver a Yuri en sus entrenamientos, cuando terminaba su turno en el hospital iba corriendo a la pista. Poco a poco se había soltado y perdido el miedo a la sensualidad del ruso rubio, por lo que cada día que transcurría se sentía más cómodo en su presencia.

Para Hyoga era lo mismo. Le dedicaba a Yuri el tiempo que requería, pero cuando daban las 18:30, hora en la que regularmente Shun llegaba del trabajo, comenzaba a mirar su reloj, y sus pensamientos derivaban en el japonés de cabello verdoso. Era lo que más esperaba del día; y no importaba que tan buena o mala había sido su jornada, cuando sentía el suave tacto de Shun en su hombro, anunciando su llegada, su mirada se llenaba de un brillo que jamás tuvo cuando Viktor aparecía en la habitación. No parecía ser capaz de dejar de sonreír, o parar de observar todos los movimientos, por pequeños e insignificantes que estos fueran, que Shun realizaba.

Y así, uno junto al otro, se perdían en sus miradas, y la conversación era fluida y entretenida; un momento casi perfecto; casi, porque sus respectivas parejas se encontraban a metros de distancia.

No era que Viktor y Yuri les prestaran mucha atención de todos modos, ellos también estaban en su mundo. La forma en la que Viktor realizaba sus saltos, giros y secuencias de pasos eran hipnotizantes para el japonés; era natural, puesto que Viktor era un patinador prodigio, pero no era sólo la perfección de sus movimientos y el sentimiento que derrochaba en la pista lo que le embelesaba; era la forma en la que todo eso en conjunto parecía gritarle a Yuri "te quiero, te necesito, te adoro..."

Por otra parte, Viktor disfrutaba de ver a Yuri entrenar arduamente, poco a poco había dejado de prestarle atención a Shun. Lo que al principio le provocaba celos e incomodidad, ahora le era indiferente. Ya sea porque se había olvidado de Hyoga o porque en su interior ya se creía dueño de Katsuki, y en ese caso, Shun no era rival para él.

Como sea, los cuatro comenzaron lentamente a distanciarse de sus respectivos novios. A Yuri no le importaba que Shun pasara largas horas junto a Hyoga practicando su ruso, o lo que fuera que estaban haciendo; así podía robar algunos momentos con Viktor. Del mismo modo, a Shun no le importaba que Yuri pasara casi todo el día con aquel ruso seductor de cabello platino, era lo suficientemente extravagante para mantener a Yuri ocupado mientras el japonés se entretenía con Hyoga. Lo que nos lleva a Hyoga; al rubio le daba lo mismo que Yuri se derritiera en la presencia de su prometido, y que este a su vez le coqueteara constantemente; al menos de ese modo, no sería interrumpido por ninguno de los dos mientras pasaba tiempo de calidad con Shun. Por último, Viktor parecía haberse olvidado de que estaba comprometido para casarse, ya que en varias ocasiones había intentado invitar a Yuri a salir, e incluso llegar a irse de la pista solo con él, sin recordar a Hyoga ni a Shun. Tal vez fue por esa razón, que una tarde ocurrió lo inevitable.




Intercambio en la pistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora