Realmente no tardó mucho tiempo, ya que tras seguir sus rastros y los restos de utensilios logró dar con ellos, diciendo que era un forastero y no tenía a nadie que lo acompaña se, uniéndose así, con aquel grupo.
Pero lo malo era que estas personas no sabían nada de la agricultura, y como eran nómadas tampoco se podían asentar mucho tiempo en un mismo lugar, y la verdad, la comida escaseaba mucho, así que muchas personas comenzaron a darles plegarias a los dioses, prometiendo, que si los ayudaban, lo harían su dios principal, bien cuauhtli podia enseñarles, pero al hacerlo, realmente no hubiera nacido buena parte de lo que llamaría la esencia mexicana.
Entonces, después de unos meses, algo ocurrió, mas bien alguien llegó, empezó como un enorme tornado de llamas tanto rojas como azules, y después, salió Huitzilopochtli de aquellas llamas, y comenzó a hablarles: pueblo mexica, he escuchado sus plegarias y peticiones, así que les haré una prueba. Quiero que peregrinen hacia el sur, allá encontraran a un águila devorando una víbora sobre de un nopal, esa será mi señal de que ahí mismo, fundaran el imperio mas poderoso de estas tierras.
Entonces, un pequeño niño pregunta: -esto. . . cual es su nombre señor?-
-mi nombre?, soy Huitzilopochtli, dios del sol, la guerra y los sacrificios, recuérdenlo bien, porque desde ahora serán mi pueblo-
Después de decir estas palabras, el dios se retira de la misma manera en la qué llego.
A la mañana siguiente, empezaron a empacar, y comenzó lo que la historia cuenta, aquella peregrinación en busca de aquella señal, tardaron mucho tiempo, pero al fin la habían encontrado, sobre un islote en el lago de Texcoco, había un águila devorando a una serpiente sobre un nopal, pero había un problema, nadie sabía nada sobre agricultura ni de arquitectura, así que esto era una cosa seria, era el momento indicado, así que, cuauhtli decide actuar, enseñarles tanto como la arquitectura, y la agricultura, vamos los iba a hacer sedentarios, sin embargo, el ya recién nombrado primer tlatoani, rechazaba cada conocimiento, por el simple temor que le destituyan y le den el trono a ese forastero que se coló en su pueblo, por lo tanto, solo le negaba cualquier petición, esto ya hartaba a cuauhtli, ya que cada vez faltaba menos para que los españoles llegasen a América (aunque para ser sinceros, aun faltaban mas de 200 años en realidad, pero bueno, mas vale prevenir que lamentar).
En fin, cuauhtli ya se estaba hartando de la terquedad de aquel tlatoani, así que opto por la ultima opción:
-tlatoani, te reto a un duelo- grito ya de mal humor
-ja, ahora que ya no tienes ideas pasas a los golpes, que tonto de tu parte- le responde el gobernante burlón
-voy directo al grano necio, si tu ganas me largo de aquí y ya no te vuelvo a molestar, pero si yo gano, me cederás el trono y acataras cada orden mía sin chistar-
-no gracias, tengo mejores asuntos que atender-
-ah, entonces tienes miedo de enfrentarme y pelear, que deshonra para nuestro pueblo y Huitzilopochtli que nuestro gobernante sea un cobarde, y no enfrente las consecuencias como se debe- grito él hartado y todos los que estaban alrededor susurraban y se reían.
-si serás un. . .- dice ya enojado el gobernante -como quieras, en este terreno de ahí pelearemos, no puedo esperar a darte una buena paliza-
Los preparativos estaban listos, el tlatoani , con la mejor armadura de ese entonces, tepoztopilli de la mejor calidad y la macuahuitl mas filosa de todas, por otro lado, cuauhtli, que decir de el, un mísero palo largo y una armadura de papel, pero ni modo, así empieza este duelo:
Están frente a frente, sin apartar la mirada del contrincante, hasta que el tlatoani se lanza al ataque con una estocada de la tepo (para acortar el nombre), pero cuauhtli, esquiva cada ataque con suma facilidad, ya que, para pelear ya ha tenido experiencia, practicando artes marciales por un tiempo antes de este viaje, y, segundo, el tlatoani era malísimo para las peleas, así que no pudo acertarle ningún ataque y de unos palazos le gana al ahora ex gobernante y ocupando ahora, el título del huey tlatoani Cuauhtli. - listo, es hora de cambiar la historia-.
Y así dicho y hecho, comenzó por enseñar al pueblo mexica la agricultura y la domesticación de los animales, también les enseño la escritura y la arquitectura que él conoció de aquellos libros que estudió, donde se contemplan las técnicas de talud y tablero, sin olvidar, claro está, en enseñar las medicinas y conocimientos médicos, pero todo de a poco en poco, pero a un ritmo constante.
40 años después, el imperio mexica ya era tal y como lo conocen en su máximo esplendor, y se expandían a un ritmo bestial, ya que gracias la liderazgo de cuauhtli y también a sus estrategias de guerra que aprendió de un libro que encontró antes de irse llamado "El arte de la guerra" de un tal Sun Tzu, logró que esté pueblo conquiste bastante más territorio de lo que ustedes y yo conocimos en las escuelas, llegando incluso por las que hoy son las fronteras de México y Estado Unidos, lugares donde encontraron minas de titanio, un metal muy utilizado para prótesis y armas gracias a su gran resistencia, dureza, y una taza mínima de infección en el uso de las prótesis. Ahora sólo debían explorar más al sur. Viajaron por un par de años de exploración, hasta que se encontraron con el pueblo maya, ya sin su gran esplendor que disfrutaron entre los 200 d.c hasta los 900 d.c, sin embargo, si que se resistieron al encontrarse con los forasteros que ahora venían con intenciones sospechosas.
Ante tal resistencia, cuauhtli decide ir él mismo a dialogar y llegar a un acuerdo, y cuando lo recibieron, lo registraron, lo amarraron, y ya al final, lo llevaron al Palacio de los sumos sacerdotes, donde lo colocaron al centro y lo desamarraron, entonces, uno de los sacerdotes le pregunta:
-¿Quién es usted y que quiere de nuestro territorio?-
-lo que quiero- responde el tlatoani- es poder unir fuerzas con ustedes para que ambos pueblos seamos prósperos, al igual que rutas comerciales y podamos convivir en paz-
-¿y a cambio que nos vas a dar?- decía otro sacerdote dudoso.
-yo les compartiré tecnología, armas y recursos, para devolverles aquella prosperidad que gozaron hace ya muchísimas lunas, en las épocas de incluso antes de los abuelos de nuestros abuelos-
Pero un sacerdote no lo veía con aprobación, de hecho, hablo de entre todos los sacerdotes el más anciano, quien le interrumpe con una declaración:
-usted está ocultando algo más, siento que solo quiere hacer esta unión para un propósito más allá de solo comercio y uniones pacificas-
El tlatoani Cuauhtli les respondió:
-parece que no les puedo ocultar nada sus santidades- dijo y les reveló el futuro sin decir su secreto -Lo que voy a decirles es algo que no quiero que nadie más que ustedes y sus sucesores deben de saber. La razón de porque vengo a sus tierras es porque hace ya varias lunas mi señor Huitzilopochtli, junto al mismísimo Kukulcán, y otro dios que se hacía llamar Viracocha me revelaron que guerreros de otro mundo llegarán en enormes barcas, con armas y ejércitos más poderosos que cualquier otro en esta tierra, y me encomendaron de unir nuestras fuerzas y derrocar a aquellos que quieren conquistarnos y hacer de nosotros sus esclavos, por eso quiero que peleemos hombro con hombro.-
Todos los sacerdotes estaban realmente sorprendidos de aquellas "revelaciones" que esté tlatoani les contaba, pero para estar seguros de lo que le dicen, le preguntaron:
-¿Y como son esos hombres de los que hablaron tu dios, el nuestro y aquel otro?-
A lo que se contestó:
-hombres con piel tan blanca como el papel, de una estatura más alta que la nuestra, vestidos de metal resplandeciente, y con un mal olor que los acompaña, al igual que enfermedades por la misma falta de higiene, las cuales son mortales para nosotros-
Los sacerdotes ahí presentes temblaban sumamente nerviosos; al parecer, reconocieron muchas de las facciones ya mencionadas, de esto se percató cuauhtli, por lo tanto, preguntó a qué se debía tales escalofríos, a lo que los sacerdotes le dijeron serios:
-tenemos a uno de esos entre nosotros-
Pasmado, pregunta dónde se encuentra, a lo que respondieron que vivía en el pueblo maya, en donde nosotros lo conocemos como el este de Yucatán, a lo que todos los sacerdotes y cuauhtli incluido, fueron en dirección a ver a aquel hombre blanco.
Unas horas más tarde, encontraron la choza del buscado, y estaban a punto de abalanzarse hacia él, pero cuauhtli los detiene:
-no, no, esperen, primero déjenme hablar a mi, tal vez él no sea como los que llegarán-
-¿pero no dijiste hace un rato que nos quieren conquistar?-
-sí, pero puede que esté no tenga las mismas intenciones-
-Esta bien, lo dejamos en tus manos- aunque realmente lo decían por miedo a que les pase algo a ellos.
Entonces, el tlatoani entra a la casita, donde se encuentra a un hombre español, ya entrado en años, que estudiaba la lengua maya, a la vez que también escribía en lo que parecía ser un diario, al darse cuenta de que era observado, guarda de inmediato el diario y se vuelve para ver quién entro en sus aposentos.
-¡¿Santo Dios, quien eres tú?!, ¡¿ Que haces en mi casa?!, ¡no tengo más cosas que dar de tributo hasta la próxima temporada de pesca. . .-
-¿Cómo llegaste aquí?-
-¡Oh!, Hablas español, gracias a cielo, ya me estaba extrañando oír el lenguaje que me crío, hace tanto que no oigo ni un hola o un si, o un sal, hasta las palabras más insignificantes las extraño con la nostalgia de una esposa que no ve a su marido en meses. . .-
-lamento interrumpir, pero, antes de poder seguir hablando de otras cosas, dígame: ¿Dónde está vuestra barca y como es que llegó a esta tierra?
-ah, sí, fue hace tanto, casi 20 años creo, la verdad es que naufragué después de que mi barca fuera azorada por Neptuno en una rabieta de tormentas, llegué aquí en este mundo aparte del mío, pero me recibieron bien, y no me hicieron daño, gracias al cielo, pensé que estaba en las indias, pero el lenguaje me reveló que no era así, y se hacen llamar Mayas, e pasado toda mi vida en este lugar estudiando este idioma y lo he dominado casi por completo, y vivo de lo más tranquilo, pero realmente extraño la tierra en la que crecí, pero al mismo tiempo les debo mucho a estas personas que me acogieron y me dejaron sembrar mis semillas en sus tierras y comer del fruto de sus árboles, muy sabrosas por cierto. . .-
Y así se la pasó hablando durante ya varias horas, pero aquí te damos un breve resumen:
Su nombre era Veneciano Suárez de José, un hombre de unos 58 años de edad, era un estudiante, pero también trabajaba en la pesca, a los 38 años naufragó en las orillas de Yucatán en una tormenta marina, y los mayas lo acogieron y lo dejaron vivir como su igual durante 20 años, así fue como pasó todo.
Durante y después de la extenuante plática con aquel pesquero estudioso, cuauhtli confirmó con los sacerdotes mayas que no era amenaza y que al contrario, estaría dispuesto a ayudarles para traducir el español al Maya.
Y al fin, los sacerdotes Mayas aceptaron su alianza con los aztecas, a lo que ahora era el momento de innovar de verdad. Así que la herrería empezaría con unir el hierro con la obsidiana, pero no funcionó, así que, optaron por usar al fin el titanio en las filas de combate, así que las macanas y las tepos fueron reforzadas con filos de titanio con fibras de obsidiana y para los escudos, una coraza de este mismo material, pero para ahorrar el titanio y duplicar la producción de armas lo mejor fue como quién dice "forrar" los escudos del metal, y con las armaduras hacer lo mismo que con los samuráis, poner pequeñas placas por el peto y demás protecciones, y como lo prometido es deuda, ayudaron a restaurar el poderío de los mayas, que llevó a expandirse donde hoy son centro América, Ecuador, Colombia y Venezuela, topándose, obviamente, con el imperio inca, al cuál les pusieron al tanto de la "profecía" que el tlatoani les dijo, haciendo que también se alíen y se ayuden a expandirse hasta Suramérica, a lo que da nacimiento a los tres imperios hermanos, el imperio del norte, el imperio de México, el imperio del centro, los Mayas, y el imperio ser sur, el imperio inca, los tres con un sistema de gobierno, comercio, y cultura similares.
Los mayas conservaron su sistema de ciudades-estado dirigidas por distintos grupos de sacerdotes.
Los incas usaron una especie de monarquía democrática en la cuál el pueblo elige su representante y sus descendientes heredan el poder cuando lleguen a la mayoría de edad, pero si un emperador resulta corrupto, es de inmediato destituido y reemplazado por otro emperador ya elegido.
El imperio mexicano también hizo algo parecido, solo con la diferencia de que se divide en Estados, para ser más preciso , algo parecido a México en la colonia y los estados es USA y Canadá fusionados, y cada uno era gobernado por el chiquitl tlatoani y un general, los cuales eran liderados por el huey tlatoani y el general mayor, y algo que cabe resaltar es que, si un tlatoani era por ejemplo, una mujer, por obligación el general debe ser hombre y viceversa, con el fin de mantener un gobierno más igualitario y coordinado.
-Ahora, solo queda esperar a que los españoles lleguen- piensa el huey tlatoani.Fin del segundo capítulo, espero les haya gustado tanto como a mí escribirlo y me apoyen con sus votos y comentarios q me hacen muy feliz ^^
Gracias por leer y hasta la próxima
*Se despide epicamente*
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Revoltijo temporal mexicano
Ficción histórica¿alguna vez te has preguntado que pasaría si alguien regresa en el tiempo y evita la conquista de América?, ¿o también tuviste la duda de si cada dios de cada civilización existente y por existir fueran realmente de carne y hueso divino? Pues déjame...