Una flor para un demonio ; Chanlix.

9

— Félix-ssi, la luna ha salido

— Uhm... Me quedé dormido — secó su saliva. — ¡voy! — se sentó en la cama y se preocupo

 —¡¿Chrispy?! —no estaba.

Corrió rápido hacia el pasillo donde Minho lo llamó.

— Ah, aquí estas, vamos a llevar los bocadillos. — Félix llegó a él y lo sostuvo por los brazos.

— ¡Minhonnie! ¿Qué voy a hacer? ¡Chrispy no está! Era... Era el pájaro que BangChannnie me habia dado... — estaba al borde de las lágrimas. — ¡Se fue! ¿Qué hago?

— Tranquilo, tranquilo — le dio una dulce sonrisa. — vamos a buscarlo juntos.

[...]

— BangChan-nim ¿Qué ocurre? Rara vez miras el cielo. — Yuna hizo notar la extraña actitud del rubio que se encontraba ahora mirando por la ventana.

— Félix me dijo que quería ver la luna conmigo. Por alguna razón me siento inquieto.

— Bueno, dicen que la luna puede llegar a perturbar los corazones de la gente.
De acuerdo a algunos viejos libros sobre la fortuna, la luna de hoy es especial. Dicen si ves esta luna llena con alguien a quien quieres, podrás estar con esa persona para siempre — se acercó a la ventana y miró al cielo también — Por eso-

— Sí, es por eso que... — la interrumpió y se colocó su saco — ...he decidido volver a casa.

— Pero...aún no has bebido de mi sangre. — no era el momento de irse. Aún no veían la luna.

— No es momento de estar diciendo cosas como esas. Si llego a perderme esta noche, la próxima no vendrá hasta dentro de cientocincuenta años. — volteó hacia ella y le sonrió. Ella suspiró y devolvió el gesto.

Unos ruidos se empezaron a oír. — ¿Huh? Parece que viene del otro lado de la ventana. — ambos voltearon a ver.

— ¿Qué haces tú aquí?

[...]

— ¡Ahh! ¡Minnie, hemos buscado por todos lados y ese pajaro no aparece! Le dije a Félix-ssi que descansara y yo lo encontraría, está muy triste. Ese pájaro tonto, y justo tenía que salir del baboso de-

— ¡BangChan! — Seungmin lo vio ingresar a la mansión, éste pasó por su lado y siguió su camino hacia la habitación de Félix.

— Ah, no lo puedo creer. Ese pájaro... BangChan-ah, apresurate y ve por Félix, está en la sala — se volteó a las empleadas — ¡okey! ¡Muy bien todas buscando a ese pájaro, pero ahora ya podremos ver la luna y así podremos estar juntos por siempre!

— ¡Sí! — las empleadas estaban encantadas con la belleza de Minho.

— ¡Ah! Minnie — lo tomó por los hombros. — tú también acompañame — sonrió y lo llevó junto a él.

¿Juntos para siempre?

Estúpido.

Somos humanos y demonios.

Viviré otros docientos años, o incluso dos mil, en esta forma.

Pero Félix...

Llegó a la sala y se encontró al pequeño durmiendo en el sillón, acarició su cabeza.
— Despierta, Félix, o conseguirás resfriarte de nuevo.

— ¿Hn? — el pequeño se removió.

...en unas pocas décadas, no estarás aquí nunca más.

Félix, no seremos capaces de ver la luna llena juntos en unos minúsculos cientociencuenta años a partir de ahora.

BangChan se inclinó más e insistió, el menor abrió los ojos lentamente hasta que se percató de quién se trataba y a quién traía consigo.

No hay manera de que podamos estar juntos para siempre.

— ¡Chrispy! Y.. BangChannie, ¿por qué estás aquí?

— El pájaro vino y me buscó cuando estaba afuera a pesar de que le dije que se quedara contigo. Cosa despreciable... — se enderezó y el ave pasó de su hombro a su mano. — Pero ya no lo necesitaremos. — dirigió su palma hacia él.

— ¡Espera, BangChannie, no lo elimines! ¡Estuvo con Lixie cuando estaba triste, fue y te buscó! ¡Te trajo a mí!

— Bueno... — miró al ave — está bien, supongo. — agitó su brazo y el pájaro voló. Se sentó al lado de Félix. — ¿qué? ¿Estabas triste? — chocó su cabeza con la de él en un golpe suave — ¿por qué no me lo dijiste? — reprochó.

— Es que... La otra noche te enfadaste conmigo y me mandaste a mi habitación.. — sobó su cabeza.

— Bien, me quedaré contigo está noche hasta que te duermas. — rodó los ojos.

— Vale... — saltó sobre él y lo abrazó. Ganas de llorar volvieron. — Quedate conmigo para siempre.

— ¡Aah! — Minho apareció por atrás del sofá. — Dejen de abrazarse. Félix, deja de hacer eso, aléjate de él.

— ¡No quiero! — lo apretó aún más. — ¡Veamos la luna BangChannie! — Lo arrastró hasta el patio.

Las empleadas y Seungmin aguardaban allí. Minho pasó su brazo por los hombros de Seungmin y sonrió con ojos cerrados.

Bang y Félix se adelantaron frente a todos.

¿Juntos para siempre?

Qué estúpido poco realista.

Por otra parte...

— BangChannie — Félix tomó su mano — estaremos juntos por siempre. — su sonrisa brillante no se hizo esperar.

Sonrió — Sí.

... Esperar por algún tipo de milagro no es algo malo.

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