𝑽𝒊𝒆𝒓𝒏𝒆𝒔 1 𝒅𝒆 𝒐𝒄𝒕𝒖𝒃𝒓𝒆; 𝒎𝒂𝒏𝒔𝒊𝒐𝒏 𝑺𝒉𝒊𝒑𝒕𝒐𝒏, 𝑴𝒐𝒔𝒔 𝑽𝒂𝒍𝒆.
𝑯𝒂𝒓𝒑𝒆𝒓.
Harper aún recuerda cuando los vio por primera vez, cinco largas figuras que la observaron caprichosamente, apenas brevemente, haciéndole sentir insignificante. Una hormiga. Sin voz ni voto. Ella representaba el mal creado por sus padres. Nolan era demasiado pequeño e inofensivo; ella era lo suficientemente mayor para comprender e impregnarse de sus mismas creencias. Y, cual hormiga, estuvo a punto de terminar bajo la gran lupa de sus ojos, a pleno rayo de sol y odio, quemada como las famosas brujas de Salem.
Era increíble que ahora mismo, cuando su destino podría no diferenciarse del anterior, estuviera invocándolos.
Con una mano encima de su brazo extendido, exacto donde el estigma estaba plasmado sobre la piel, concurrió al simple y eficaz hechizo. Invoco a la sangre y al espíritu que nos conecta. El viento se alzó, trayendo las hojas de tonos marrones y naranjas que pasaron junto a sus pies y se refugiaron en la mansión, entre esas puertas dobles de roble, acabadas en arco punteado. Sintió su piel erizarse, la marca serpenteando y quemando.
No contó los minutos hasta que se presentaron, no pudo hacerlo. Sus labios temblaban y su corazón palpitaba a ritmo anormal, escuchaba el tambor del pecho en sus oídos.
Sage le cuestionaría. Dos semanas atrás habría acudido a él primero antes que a nadie. O puede que tampoco en ese entonces. El revoltijo en su estómago era veredicto de que se le había ido de las manos, no era buena idea involucrarlos. Ni a Sage, ni a Briar. Mucho menos a Nolan.
Harper se encontraba sin familia ni aquelarre. Sola, enterrada hasta el cuello.
Lo único que distinguió antes de que esas cinco mismas figuras aparecieran ante ella, caminando por el amplio patio delantero, fue cómo el sol poco a poco iba saliendo. Por alguna extraña razón, era como si todo se hubiera ralentizado: las nubes, el brillo de las lenguas de fuego, el rocío mañanero, las hojas otoñales cayendo, la sangre fluyendo por sus venas. Las lágrimas.
Pero no esa ansiedad que le carcomía.
Cuando logró distinguirlos, volvió en sí e inhaló una gran cantidad de oxígeno. Apretó los puños, sus uñas se clavaron en sus palmas con fuerza y se aferró a ese mínimo destello de dolor exterior. Ignoró cómo el sol la cuestionaba aterrizando su luz directo en sus ojos.
Exhaló.
No más lágrimas ni dolor. Su rostro, con las evidencias del terrible desenvolvimiento de los hechos nocturnos, era una máscara fría y reforzada para no dejar entrever lo que realmente pasaba por su mente.
Tan determinada como estaba, pensó que flaquearía al mismo instante en el que el primero de ellos le hablara. Las cinco figuras largas, tenebrosas y malvadas de sus sueños ya no estaban, se habían convertido en un séquito de magicis tan normales como cualquier otro. Con sus rostros astutos y ojos entrecerrados, no parecían distar mucho de la figura de su abuelo. Casi ríe de la histeria.
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October Nights [MN #1]
Viễn tưởngBienvenidos a Moss Vale, un pintoresco como inquietante pueblo donde lo extraño es lo usual. Harper Shipton es una joven y poderosa magicae a la que las desgracias la persiguen desde que el primero de octubre su abuelo muere. La muerte azota al pueb...