Capitulo 8 La solución a todo

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Al día siguiente, todos ya parecían listos para partir... sólo esperaban órdenes...

"¿Cómo sigues, Madeline?" Pregunta Damián al ver a Madeline y compañía acercarse.

"Ya mucho mejor, ya podemos continuar con el viaje..." Responde ella.

"Está bien, ya vámonos..." Anuncia Damián.

Todos avanzan, continuando su rumbo a donde se encuentra Owen y Conan, los científicos que trabajaron para encontrar la cura del virus. Después de unas horas no parece haber trampas, continuaron y poco después encontraban distintos letreros y algunas columnas de madera con pico, en forma de amenaza. Los letreros decían "LARGO", "FUERA DE AQUÍ", "PELIGRO", "NO SE ACERQUE". Y un poco más adelante se encontraba una especie de cabaña de madera, parecía algo vieja con un porche y al lado de la puerta se encontraba un timbre, el cuál Madeline presionó y se alejó levemente.

"Saben, no creo que alguien viva ahí, aparte está claro que no quieren visitas así que porque no nos va-" Decía uno de ellos, pero de repente se escuchó una especie de mecanismo, la mayoría se apartó y salió un puño con resorte que golpeó al que estaba hablando y lo mandó volando, cayendo colina abajo a unos cuantos metros, algunos fueron a ver cómo se encontraba.

"¡Largo!, ¡No tienen nada que estar haciendo acá!, ¡Fuera de aquí!" Exclama una voz que parecía ser la de una chica.

"Disculpe, pero quisiéramos hablar con el Dr. Owen Choules y el Dr. Conan Villin, necesitamos su ayuda." Dice Arian.

"¡No se encuentra aquí!, ¡Lárguense!" Exclama la chica.

"Déjalo, Arian, por lo menos lo intentamos..." Decía uno de ellos mientras se empezaban a retirar.

"¡Esperen un momento!" Dice la chica desactivando trampas mientras abría la puerta, era una chica de cabello ondulado y rubio, ojos turquesas y traía unas gafas. Varios se quedaron sorprendidos viéndola mientras ella se acercaba a Arian. La chica sólo lo veía a él, empezó a examinarlo, mientras que la mayoría estaban en silencio algo confundidos con lo que estaba ocurriendo.

"Así que tú eres Arian, ¿no?" Dice la chica algo curiosa.

"Ah, ¿sí? ... y ¿tú quién eres?" Pregunta él algo confundido.

"Perdón, si es cierto, me llamo Alice... ¿Qué hacen ahí parados?, no se preocupen...pasen, pasen." Dice ella algo emocionada invitándolos a pasar a la cabaña.

Todos entran, aunque confundidos, sin comprender lo que acababa de suceder, la cabaña por dentro se veía mucho mejor y más grande que afuera, era más rústico y los muebles eran de madera ya barnizados y muy bien cuidados, un lugar amplio y grande, era increíble.

"Oye, Arian ... ¿de dónde conoces a esta chica?" Empiezan a preguntar, él no sabe que responder, no sabía exactamente quién era y de donde se conocen.

"Ah, de hecho, no nos conocemos, más bien no nos habíamos conocido hasta ahora." Responde ella mientras les ofrecía té. Todos se quedan impactados ante dicha respuesta.

"¿Entonces por qué nos dejaste pasar como si nada cuando lo mencionamos? Y ¿Cómo es que sabes su nombre?" Preguntaban los del grupo...

"Alice, ya llegamos, ¿ya ahuyentaste a los revolucionarios-?" Decía una voz de un señor hasta que se asoma, era un señor algo viejo acompañado con un chico con capucha y al ver a varia gente dentro, ambos se quedan impactados.

"¡Qué te dije de dejar pasar a extraños! ¡No ves que el mundo corre en peligro si nos descubren!" Exclama el señor algo furioso empezando a regañar a Alice.

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