2. Cita improvisada

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  Harry Anderson

-Donde va a ser tu cita pequeña garrapata –pregunte mientras conducía mi auto.

-Es en el estacionamiento de la escuela

-Kiana estás hablando enserio, que clase de cita es esta, tú y tus cosas raras.

-Ya me vas a empezar a molestar, contigo siempre es lo mismo.

-Por cierto, Alana hoy te vez muy linda, espero y el chico con el que vas a tener una cita se dé cuenta que mi pequeña garrapata es una linda.

-Harry eres un idiota solo tú sabes decir cosas lindas y luego cargarla tan típico tuyo.

-Ya llegamos señorita, no te preocupes yo te estaré cuidando desde acá adentro, si pasa algo grita y voy a romper caras ok.

-Muchas gracias Harry, deséame suerte.

Kiana empezó a caminar con una sonrisa muy hermosa en su rostro, pero esta no duro mucho, ya que la sonrisa desapareció de su rostro y detuvo su caminata, en su mirada se notaba una desilusión, me baje del auto camine hacia ella para ver que le quito la sonrisa de su rostro.

- ¿Kiana estas bien? –pregunte acercándome a ella.

-Harry me querían usar, mira el chico que me invito a salir se está besando con otro chico, de seguro me quería presentar con sus papás como su novia para que no lo sospecharan, sabes que mejor vámonos qué ya no quiero estar aquí -dijo regresando al auto-

-Bueno Kiana para que no estes de mal humor que te parce si vamos a comer hamburguesas a McDonald's yo invito así que vamos a comer.

-Me parece una buena idea, vamos a comer.

-Te voy a decir la verdad mi querida garrapata tú eras mucho para ese idiota que te quería usar así que no te sientas mal, que él se perdió a una chica muy linda como tu así que no vayas a estar triste que eres mucho para él.

-Ya no me caes tan mal Harry, en realidad solo eres un idiota, pero me caes bien.

-No solo te caigo bien si no que también te gusto, acaso crees que no sé qué te gusto y por eso evitas estar cerca de mi –comente con una sonrisa coqueta-

-Deja de estar hablando estupideces Harry, tu no me gustas de donde carajos sacas esas locuras. -comento tímida-

-Deja de actuar, yo sé que te gusto y mucho además tú también me gustas.

-Qué manera de arruinar mi día, deja de estar bromeando con esas cosas Harry, sabes que ya no quiero ir a comer nada mejor vámonos para tu casa que hoy dormiré en tu casa.

Aunque Kiana no me crea que mis sentimientos por ella son reales si lo son, ella no es para nada el tipo de chica que me gusta, ella es todo lo contrario, pero así me gusta, su cabello rizado, con ese tono castaño claro, sus ojos de un tono miel claro, su piel blanca, sus mejillas rosaditas, su cuerpo tan perfecto que todo lo que se ponga le queda perfecto, ella es jodidamente hermosa.

-Oye tu desde cuando duermes en nuestra casa –pregunte curioso-

-Lo que pasa es que mi mamá se fue de viaje y desde que intente suicidarme no le gusta que me quede sola en casa así que por eso duermo en tu casa, algún problema mi querido Harry.

- ¿Y porque intentaste suicidarte? –pregunte curioso-

-No quiero hablar de eso, aun no estoy bien para hablar de ese tema.

-Como tu digas, no te voy a insistir.

-Agradezco mucho que no lo hagas.

-Ya sé que dijiste que quieres que vayamos de regreso a casa, pero para que no estes aburrida en casa vamos a jugar boliche.

Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora