Capitulo 2.

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Bill salió de la repostería igualmente con su pedazo de pastel de chocolate, ni el escandaloso drama que había provocado aquel chico le iba a quitar el gusto de comprarse aquel pastel, el pastel de chocolate era su favorito. Mientras caminaba por la calle miraba para todos lados, pues, no vaya a ser cosa que se lo encontrara de nuevo, eso sería un gran dolor de cabeza, pues no estaba hoy para discutir, estaba de buen humor y pretendía conservarlo, pues había conseguido un trabajo luego de un tiempo sin tener, le gustaba estar siempre haciendo algo, ser productivo, útil, ya había remodelado su hogar una y otra vez, ya era hora de hacer algo más con su tiempo pues los pasatiempos ya los había agotado, había leído todos los libros que tenia en su casa 2 veces por lo menos, debía conseguir más para sus largas noches de insomnio, leer en digital lo cansaba, prefería el olor a un buen libro, pasar las páginas sintiendo el papel en sus dedos y a veces hasta marcar sus frases favoritas, eso solo pasaba en los mejores libros que había leído y esos los mantenía guardados en lo alto de su biblioteca.

Bill amaba la época de antes, lo sencillo que era en temas de no tecnologia complicada, tal vez por eso todavía no había conseguido auto, por que los autos viejos eran difíciles y mucho más caros de conseguir, había tenido uno por varios años pero se había deteriorado con el tiempo convirtiéndose en chatarra, ya no habían los repuestos del auto así que era imposible arreglarlo así que lo abandonó en un estacionamiento muy lejos de donde vivía, Bill extrañaba esas épocas, donde los hombres y las mujeres tenían citas sin programarlas por internet, donde era más valioso un ramo de rosas que un celular último modelo, extrañaba que todos compraran una rebanada de pastel cuando iban a volver a sus casas, lo hacían para sí mismos y para sus familias, era algo tan común antes y ahora las reposterías solían estar vacías, sin clientes por horas, extrañaba todo aquello, el respeto que la gente tenia antes por los otros, en aquellas épocas lo que aquel joven había hecho no pasaría, el joven debía tenerle respeto, pues Bill era mayor que él, mucho más.

Pero decidió que aquello no le afectaría, si, habría preferido una disculpa una estrechada de manos como dos hombres que se respetaban, pero no había sido así, así que debía olvidarse de aquello, al dia siguiente tendría su primer día en su trabajo nuevo y eso era lo importante ahora, debía enfocarse en ser proactivo, servicial y amable con sus compañeros como había hecho en sus anteriores empleos.

Bill se sentó en una banca del parque, bajo un sauce y frente a un hermoso lago, la gente pasaba, algunos haciendo deporte y otros con sus hijos, tal vez no era el ambiente más silencioso pero le traía paz observar el agua de aquel lago mientras comía su rebanada de pastel, el bizcocho estaba delicioso y húmedo, siempre iba a esa repostería por ese motivo, mientras comía tranquilamente con su vista fijada en el lago sintió que alguien se sentó junto a él, pero no le dio importancia, a veces pasaba que los deportistas se sentaban para acomodarse los calcetines o tomar agua.

-¿Lo estás disfrutando, verdad?- Dijo la voz junto a él, Bill volteo a ver a quien correspondía aquella voz y era el chico que había visto minutos atrás en la repostería, aquel escandaloso joven que no le había pedido disculpas.

-¿Me hablas a mi?- Preguntó Bill, se le notaba la indignación, pues,¿cómo podía ser que se atraviese a aparecerse otra vez?.

-Claro que si-Dijo Tom mirándolo con desprecio.

-¿Y que quieres?, ¿qué te lo de?, ya me comí la mitad pero te lo puedo vomitar- Contestó Bill, no tendría respeto con él si él no tenía respeto.

-¡Que asco!, ¡claro que no!, eres un desgraciado- Dijo Tom.

-Tenme más respeto niño- Advirtió Bill dejando de comer.

-No, además tu pareces más joven que yo, ¿que es eso de niño?- Tom seguía mirándolo con desprecio.

-Tengas los años que tengas debes de tenerme respeto-

-No- Contesto Tom.

-¿Ah no?- Pregunto Bill.

-No y haré que te despidan- Dijo Tom con una sonrisa.

-No harás eso, tú no eres nadie para que eso pase- Respondió Bill, ya se estaba hartando de la actitud del joven frente a él.

-Si que lo soy, soy el hijo de tu jefe, y te despedirá si se lo pido- Tom se levantó con su sonrisa aún en los labios.

-No harás eso- Amenazó Bill también levantándose.

-Claro que si, considérate despedido- Dijo Tom y le tiró un beso en el aire a Bill, el cual se quedó con el ceño fruncido, sus manos estaban empuñadas, no podía creer tal descaro de este joven.

¿Cómo podía ser que su jefe, que había sido tan amable, tenía un hijo así?, un insoportable niño malcriado, irrespetuoso y dramático, ¿todo por un pedazo de pastel?, ¿en serio?.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2022 ⏰

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