Pastel

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—Mamá... ¿Crees que saldrá bien el pastel? —su mirada azul esta fija en el interior del horno, en donde se encuentra su humilde, humildísimo bizcocho siendo cocinado.

—Claro cariño, a Harry le encantará. —sonrió, tratando de brindarle seguridad a su niño, teniendo todo bajo control por si ese bizcocho salía mal, todo apuntaba a que saldría fatal. —Le encantará porque lo hiciste tú, y es tú esfuerzo, cariñito. —pellizco una de sus mejillas y le dio un besito en la nariz.

—¿Mamá?

—¿Sí?

—Empieza a oler a quemado...

—¡El bizcocho! —corrió nuevamente hacia el horno, sacando el bizcocho sobre la mesada, un tanto quemado en la parte superior, no tanto.

—Parece un pedazo de carbón. —se lamento sentándose en una silla, poniendo su cabeza sobre sus delicados brazos.

—Oh, amor. Calma, haremos otro ¡Sera mucho mas grande que este! —exclamo alegre. —Pásame el harina, Louis. —saco del mueble un bowl y un batidor manual.

El ojiazul obedeció, un poco mas animado.

—Comienza a batir esto, voy a traer algunas especias del estante. —su madre dejo unos huevos en el bowl, y a un Louis completamente aterrado.

—Mamá ¿Cómo se bate esto? —grito para que la mayor lo pudiera escuchar.

Luego de una carcajada, la mujer respondió —Así como te enseño Harry —el ojiazul recordó casi al instante.

Cuando tenía dieciséis y Harry quince, Louis quiso hacerle un pastel a su madre por el cumpleaños de la misma, pero sabía que no podría solo, le había pedido ayuda a Harry. Quien acepto de inmediato.
                  
            🌈

—Ahora debes batir esto, Lou. —el tono cariñoso del joven emocionaba al ojiazul. Quien no sabía batir, así que solamente realizo golpecitos sobre la masa, captando la atención del rizado.

—No sé como se hace. —se quejo el ojiazul. —¡No me sale! —el rizado se acerco riendo y tomo la mano de Louis dejándola bajo la suya y comenzó a hacer movimientos envolventes.

—No es tan difícil, Lou —ambas manos se movían juntas, una sobre la otra, haciendo que la liquida masa se condensara —¿Puedes?

—Sí puedo, gracias Hazz. —el nombrado retiro su mano, dejando a Louis hacer el trabajo.

                🌈

Cuando la madre de Louis regreso, encontró a su hijo batiendo perfectamente la masa, le sonrió al verlo tan emocionado.

Luego de un poco más, la masa estuvo lista, la volvieron a colocar en un recipiente y llevarla al horno.

—Mientras se hornea, vamos a hacer un poco de merengue italiano. —la mujer sonrió, viendo a su hijo asentir.

—¡A Harry le encanta! —dijo animado, sacando la batidora eléctrica de uno de los muebles y colocándola sobre la mesada.

—Bien —tomo cuatro huevos y los dejo sobre la mesa. —parte esos huevos y colocarlos en el bowl para batir, espera un ratito. Iré por azúcar y vuelvo.

La mujer se retiro de la cocina, pero Louis estaba emocionado, así que se dedico a romper el primer huevo, colocando el contenido en el bowl, justo cuando su madre entró.

—Louis, te dije que esperes. —el joven le dedico su mejor sonrisa, y la mujer se acerco, viendo el segundo desastre de su hijo. —Y solo van las claras, no las yemas, cariño.

—Oh, uy lo siento. —se apresuro en traer una cuchara y una compotera, tratando de sacar la yema, pero fallando y haciendo que esta se mescle con la clara, un completo desastre. —Solo lo estoy empeorando...

—Hey, calma. Solo traeré otro y lo haré yo. —lo hizo, luego de tener las claras, Louis encendió la batidora y ésta comenzó a hacer el trabajo.

Después de unos minutos su madre virtió azúcar derretida a las claras que ya se encontraban en punto nieve, se batió un poco mas, y listo.

—Esto ya estará. —se acerco al horno, seguida de su hijo, sacando el bizcocho.

—Ahora se ve perfecto. —la felicidad en el tono de voz del menor es evidente, y es que el bizcocho está en su punto perfecto, un leve rosa en la parte superior indica que está perfecto.

—Esperemos a que se enfríe y le colocamos el glaseado y el merengue.

—Bien, mamá. Gracias. —se acerco a la mujer, regalándole un abrazo.

Media hora después, se encontraban partiendo el bizcocho por la mitad, a un costado yacía un pote de dulce de leche, al otro lado un pote de crema de leche batida, chispas de chocolate, fresas y el merengue que habían preparado.

—Pon el dulce de leche, luego colocarás chispas de chocolate, luego la crema de leche ¿Entendido? —el joven asintió —iré a traer las mangas para la decoración final.

El joven le dedico una sonrisa en respuesta, y hizo todo, exactamente como su madre le dijo, viendo feliz el resultado. No muy prolijo, pero la decoración final lo cubriría. O eso esperaba.

—Volví —anuncio con una sonrisa su madre, con mangas de decoración en sus manos y varios picos. —Está perfecto cariño —dijo al ver la cara de su hijo al ver su intento de pastel —El merengue al final hará que no se note nada, estará perfecto.

Su madre hizo el resto del trabajo, luego Louis cubrió con más chispa de chocolate al pastel, colocándole algunas fresas.

—¡Las velas! —dijo, antes de subir corriendo a su habitación y tomar el paquete de velas.

Las colocó una por una, y el pastel para Harry estaba listo.

Dentro de una hora iría a la casa del rizado, acompañado de sus amigos.

Todo va bien.

—Se ve hermoso, hijo. —alago su madre.

—Espero sepa igual. —dijo sonrojado.

—Es una promesa. —mostro su dedo meñique y lo junto con el de su hijo —Ahora ve a alistarte, falta poco para las seis.

Louis hizo lo que su madre dijo. Dirigiéndose hasta su habitación.

Your Birthday [ Larry Stylinson ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora