En medio del vacío eterno del espacio, la nave nodriza era liderada por un alienígena enano azul. Desde el asesinato de sus infames líderes, la fuerza y moral del Ejército de Freezer habían supuesto una notable decadencia con el pasar del tiempo. Las noticias acerca de la muerte del Rey Cold y su temido hijo se esparcieron rápidamente a través de la galaxia como pólvora. Numerosos planetas que antes estaban a total disposición o esclavitud de Freezer habían declarado su independencia u organizado motines en contra de sus abusivos amos. Los soldados de la antes intocable armada eran incapaces de solapar tantas bajas. Un día particularmente lamentable, llegaría un soldado mensajero en camino a notificar a su superior sobre el más reciente fiasco.
Mensajero: "¡Comandante Sorbet!"
Sorbet: "¿Qué ocurre?"
Mensajero: "Se trata de la rebelión nativa del planeta 448, señor. La resistencia ha empujado a nuestros hombres a su punto de quiebre. Desgraciadamente, ninguno de ellos podrá mantenerse en posición durante mucho más tiempo".
Sorbet: "No me digas eso. Diles que envíen refuerzos inmediatamente".
Mensajero: "Me temo que eso será imposible. Nuestra armada se encuentra en un estado tan apretado que ya no nos quedan unidades de respaldo".
Sorbet: "Válgame dios. ¡Cada vez que alcanzamos estabilidad en algún lado, la perdemos en otro! Al demonio, ordena a la división en 448 a retirarse de inmediato. Otro día de ruina".
El irritable Sorbet se sentó en el asiento de capitán antes de dirigirle la mirada a uno de sus principales tenientes, Shisami, para preguntarle si sus tropas habían conseguido localizar algún sobreviviente namekuseijin.
Shisami: "No hemos tenido ninguna suerte, comandante. Nuestros drones espías han revisado todos y cada uno de los rincones de la galaxia, pero no han encontrado ni un solo rastro de los namekuseijin, mucho menos su planeta. Yo mismo verifiqué cada una de nuestras mejores pistas, pero no encontré nada".
Sorbet: "Parece que nos quedamos sin opciones, en dicho caso. Nuestra única esperanza es ir a la Tierra y usar sus Esferas del Dragón".
Otro de los lugartenientes de Sorbet, Tagoma, preguntó si esa era realmente una buena idea. La Tierra poseía los mágicos orbes que otorgaban deseos, pero estaba protegida por el mismo Súper Saiyajin que había derrotado a Freezer hace tanto tiempo. Sorbet simplemente le dijo que en ese momento realmente no tenían otra opción.
Sorbet: "Por cada día que pasa, nuestro control sobre la galaxia se afloja un poco más. Simplemente no nos temen de la misma manera que cuando el emperador Freezer se encontraba con nosotros. Independientemente de lo peligrosa que sea la Tierra, es un riesgo que debemos correr".
Tagoma: "Muy bien, comandante. Reuniré la flota".
Sorbet y Tagoma aterrizaron en la Tierra para toparse con la Pandilla Pilaf. Por medio de su Radar del Dragón, lograron recolectar 6 de las 7 esferas y entregarlas a los invasores alienígenas.
Sorbet: "¡Un trabajo excelente! Supongo que tendré que perdonarles la vida una vez consigamos la última que nos falta".
Pilaf: "¡P-por supuesto! Es lo menos que podemos hacer por tan amables marcianitos".
La última esfera se encontraba en lo profundo del océano, por lo que Sorbet envió a Tagoma a bucear para encontrarla. Una vez se les dio la espalda, Pilaf reunió a Mai y Shu para contarles sobre su infalible plan para atacar a Sorbet y apoderarse de las Esferas del Dragón.
Pilaf: "Mai, reviéntales el cerebro con tu pistola. ¡Bang, bang, bang! Y Shu, tu debes rebanarlos como si fueran papel. ¡Cha, cha, chaaaa!"
Shu: "Un segundo, si vamos a atacar a este alienígena raro, ¿no debería ayudarnos, amo Pilaf?"
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Raditz: Hermano de un Ángel
Action¿Qué hubiera pasado si el Raditz bueno entrenaba con Whis, junto con su hermano menor y su mayor rival?