Capítulo 15

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Nina

Declan pidió la botella de champagne que Saylor eligió. Una vez que la terminamos entre charlas amenas y fumando, encargamos dos botella más y luego una ronda de tragos.

Antes de que nuestros vasos llegaran, las tres nos levantamos para dirigirnos al baño. Al entrar corroboramos que estamos solas en este para así poder hablar tranquilas.

Lanzo el suspiro que venía conteniendo desde que llegamos al bar. El plan resulto, nos invitaron a que nos sentáramos con ellos. Mi idea va funcionando, hasta ahora. La noche recién comienza y yo tengo que tener al menos un inicio de acercamiento con él.

- Tenias razón con que uno de ellos era el accesible. - menciona Saylor acercándose al enorme espejo del baño. - Los otros dos apenas han dicho palabra. - saca un labial de su bolso y empieza a retocarse el maquillaje.

- Saylor, a ver si le bajas la intensidad. - la regaña mi hermana. - Porque entre él y tú, voy a terminar la noche loca o alcoholizada con tal de no escucharlos. Parecen dos chicos a punto de entrar en el concierto de Justin Bieber.

- Declan es divertido, se ve que quiere a alguien que le siga la corriente. - comenta Saylor.

- Estamos en Las Vegas, procura no terminar casada con él antes de que termine la noche. - sentencia Thea.

Río también frente al espejo deslizando el brillo por mis labios. - No exageres.

- Thea, los hombres así son muy precavidos, no se van a casar con la primera desconocida que se les cruce. - dice Saylor. - Por muy bonita que sea y por más grande que tenga los senos. Si fuera tan sencillo ya estaría casada con el conde que solía frecuentar el club y que me juro amor eterno.

- Me había olvidado de él. Vi en una revista que se caso. - comento.

- Si, lo sé, con alguien digna de su pueblo. Nadie va a casarse con una stripper. - me mira. - Por cierto, tú jefe es aún más guapo en persona.

- Lo sé... - suspiro. - Siento que me falta el aliento cuando estoy a su lado. ¿Alguien más noto como huele? ¿O solo yo?

- Solo tú. - dicen a dúo.

- Es muy imponente. - menciona la rubia.

- Si, pero así como lo ves tan serio y con cara de pocos amigos es muy amable. Más de una vez al día tengo que recordarme lo que estoy haciendo.

- Deja de martirizarte. - replica mi hermana. - No lo haces por placer, sino por ti. Tienes que pensar en eso.

- Aún así no ayuda.

- Volvamos. - anuncia Saylor.

- Alguien está ansiosa por volver. - comento divertida.

- ¿Ya te has enamorado del abogado cretino? - le pregunta Thea.

- De hecho, me gusta su amigo. - menciona picara. Me mira. - Tranquila, no tú abogado ojos de cielo, sino el coreano sexy.

Thea suspira. - Ay dios, no me robes a mi cita. Que es el unico que me agrada.

- ¿Qué? - le preguntamos riendo.

- Es obvio que el cretino nos repartió como si de un chocolate se tratara.- responde mi hermana. - ¿O me vas a decir que es causalidad que terminamos sentadas una al lado de cada uno de ellos?

- Buen punto. - decimos a dúo.

- Aguarda. - digo. - ¿Eso quiere decir...? - quedo pensativa.

Saylor sonríe al entenderlo. - ¡Han estado hablando de ti!

Reina de AsesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora