CAPÍTULO 28

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Harry tardó una hora en hablar con Paul Simmons. Estaba seguro que la sociedad que acababa de realizar con el decorador iba a procurarle nuevos réditos. Pero si debía ser honesto, eso no era lo que buscaba. Había visto el gran potencial que Paul tenía y cuán desaprovechado estaba en una empresa como Jacobs y asociados. Por esa razón, en el transcurso de la fiesta, ideó un plan para poder salvar el problema de la decoración de las cabañas del resort caribeño, y además hacerle un favor a ese joven que tan desinteresadamente ayudara a Ginny. No le pareció descabellado que Simmons saltara de la butaca cuando le propuso hacerse cargo del emprendimiento, de manera independiente de Jacobs, y le alegrara su patrocinio para comenzar su propia compañía de decoración y diseño.

Cruzó el salón. La casa estaba silenciosa. Atrás quedaban el bullicio y las risas de todos los invitados. Todo había resultado como esperaba: la presentación en sociedad de su esposa y la fiesta, a pesar de que para Harry todo lamentablemente era una parodia. La representación o puesta en escena había funcionado a la perfección, a pesar de algunos inconvenientes insospechados, como la llegada de Romilda y el mismísimo demonio de Draco Malfoy… Ni siquiera esos cabos sueltos habían sido un problema imposible de solucionar.

Subió la escalera despacio, cumpliendo casi el mismo ritual que cumpliera la primera vez que la tuviera entre sus brazos, después de la fiesta de Halloween. Le daba tiempo, la dejaba prepararse para lo que vendría. Ahora tenía una ventaja… no tendría que luchar con lo que lo esperaba en la planta alta. Esta vez tenía a Ginny dispuesta, y toda para él. Mientras arrastraba parsimoniosamente los pies sobre los escalones de piedra, Harry pensaba en las palabras que ella le dijera durante el baile en el salón. Aquellas que se filtraron entre el bullicio de tanta gente alrededor. Esas palabras que le imploraban ternura y amor a la hora de la entrega, y no solo sexo. ¿Podría ser que ella le estuviera pidiendo, de manera velada, que la amara? Sacudió su cabeza en forma negativa. Por más que deseara fervorosamente que esa pregunta fuera afirmativa, no era tan tonto para hacerse ilusiones al respecto; porque sabía que no era cierto. Ella no lo quería Se inclinaba a pensar que para Ginny, Harry cumplía el mismo papel que Romilda tenía en su vida pasada. El estaba en su vida para la diversión, para el sexo, el quitarse las ganas. Se angustió de repente deteniendo la marcha en el descanso de la escalera, con una duda asaltándole la mente. "¿Y si en algún momento ella se cansa de mi? ¿Hará lo mismo que yo le hice a Romilda? ¿Me abandonará ella sin contemplaciones? No", pensó. "Eso no sucederá nunca, porque no voy a convertirme en un juguete que se usa y luego se tira. No voy a darle todo lo que quiere… No voy a brindarle ni una oportunidad para que se canse de mi." Sacudió la cabeza para quitarse los malos pensamientos. Ese no era momento para vacilaciones. Era el momento de actuar y disfrutar. Terminar la noche como lo había imaginado durante todo el día.

Con el saco de su Smoking al hombro, continuó su marcha subiendo los escalones, de a uno por vez con lentitud y la mirada puesta en el piso superior. Ya no tenía la imperiosa necesidad de poseerla, que asaltara sus sentidos durante la fiesta. Sonrió al recordar la escena en el pequeño e incómodo automóvil de Ginny. Sus ojos castaños encendidos, brillantes, demostrándole el mismo deseó que él le demostraba con caricias; sus besos húmedos y esa manera tan sensual de morderse el labio inferior que Ginny tenía cada vez que él le acariciaba el pezón con la punta de su lengua. Tragó en seco. Un recuerdo… Bastaba sólo un recuerdo, y sus instintos ya estaban despiertos nuevamente. Al llegar al pasillo del primer piso, divisó la puerta de la habitación de su mujer, mientras iba quitándose con parsimonia los gemelos en forma de snitch. Cerca de su objetivo, bajó la mirada para guardarlos con cuidado en uno de los bolsillos de su saco, y al levantarla, frente a la puerta, una nota pegada a ella, a la altura de sus ojos, lo descolocó.

"Puerta equivocada.

Piensa bien y elige con cuidado…

❞𝑨𝑴𝑶𝑹 𝑷𝑶𝑹 𝑪𝑶𝑵𝑻𝑹𝑨𝑻𝑶́❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora