"Sueños vivídos"

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... Succiono su duro y grande miembro rápidamente, me detengo a lamer sus testículos, dándole placer al eje cetral con mis manos, para después con mi lengua rodear su glande. Me llevo todo su pene hacia mi garganta hasta que gruñe al llegar a su éxtasis dentro de mi boca. Me lanza sobre la cama, y empieza a devorar mis senos sin descanso, llenandome de una ola de placer que me hace arañarle su ancha espalda. No se conforma con mis grandes pechos, y baja rápidamente dejando besos sobre mi abdomen hasta mi deseoso sexo apretandome las caderas. Me da dos lamidas, empieza a succionar mi clítoris y juguetea con este, gimo ruidosamente al sentir como come mi sexo como si fuese un manjar. Me hace llegar a un sonoro orgasmo.


- ¡¡¡Ahhhh!!!... ¡¡¡Siiiii!!!


Me toma por la cintura, me sienta sobre su regazo e introduce en mi pequeña y mojada entrada su falo en un certero movimiento, suelta un gran gruñido junto a mi gemido y empieza a bombear fuertemente dentro de mi, trato de tomar algo de autoridad, y nos ayudo a ganar más placer saltando sobre él. De pronto cambia de posición, me pone a cuatro patas y vuelve a penetrarme fuertemente.


- Sólo eres mía y soy el único que te puede follar tan bestialmente- Me gruñe exitado.


Me acomete una, dos, diez, veinte veces y mi segundo orgasmo acompaña al suyo....


Despierto sudada y muy mojada, con una graaaan resaca. Miro a mi lado y veo a Zack medio dormido, me doy cuenta que he decido muy internamente pagar toda mi furia con el...


Marcan las 06:30 am, dejo a Zack desnudo en su habitación y voy directo a mi trabajo.


Me dirijo al parking y entro a mi hermoso Mini azul. Miro hacia el espejo retrovisor y hago una pequeña mueca al verme reflejada en este. Llevo lo mismo de siempre, una falda alta con una de mis tantas blusas blancas mangas largas, unas botas de tacón, sin maquillaje y un moño alto en mi salvaje melena negra. Me pongo a pensar en ese sueño el cual no se deja de repetir pero en varios escenarios,  cada vez que sueño con él, el sin rostro, amanezco húmeda o ya después del clímax, esto también me recuerda lo que pasó esta mañana, debo decirle esta tarde a Zack que lo sucedido no va a cambiar para nada nuestra relación.


Llego a la editorial en donde trabajo "In Writings". Voy hacia mi oficina y veo a mi compañera Sonia que ya se encuentra en esta.


-Hola!!- me saluda con un fuerte abrazo y un beso sonoro en la mejilla.


-Hola- le correspondo al abrazo y le lanzo


una de mis mejores sonrisas.


-A que no sabes quien tubo sexo ardiente con "El Gran jefazo", anoche.- exlama con una sonrisa pícara.


-No puedo creerlo.¡¿¡Otra vez!?!- le pregunto cansada de este asunto- ¡Nia! ¡Qué tiene mujer e hijos!


-Lo sé, Lo sé.- dice suspirando- Pero si ella no puede darle lo que el quiere, porque yo no?- responde con nada de arrepentimiento.


-¿Porque tiene 2 hijos de casi nuestra edad?- pregunto irónicamente.


-Obviaré tu nada graciosa ironía y te diré, esto es sólo un juego.- Me lanza una sonrisa triste.


-En el cual te puedes quemar. Y te aviso desde ahora, por mucho que te diga que la va dejar no lo va a hacer.

Me deja con la palabra en la boca y se marcha molesta dando un tirón a la puerta. Al mirar a mi escritorio veo la gran montaña de manuscritos que me dejó mi hermosa compañera rubia, suspiro.


-Este va a ser un laaargo día.


11:00am


Termino de leer mi quinto manuscrito, y nada más me he decidido por uno de estos. No entiendo el furor hoy en día con el género "erótico", pero a veces hay algunos que te dan mucho que decir y bastante que imaginar. El último que leí fué bastante entretenido y muuuy caliente. Creo que le veo un buen futuro a este autor, "Erick Williams". Tomo su manuscrito y me dirijo hacia la ofinia del "Gran jefazo" como le dice Nia. Aún no entiendo como le puede gustar tanto y creerle en todo lo que le dice. Es ese típico hombre de estatura media, ojos azules, rubio, con cara de angel aunque no tenga nada de santo, y sin una gota de grasa en su cuerpo. No asimilo como puede estar así a sus 50 años.


Saludo a Sonia la cual es su secretaria, sí, un cliché de toda la vida. Toco la puerta y entro al escuchar su afirmación.

-Señor Logan, le trai...- Me callo al ver que hay un chico sentado delante de él.


-Hola- me saluda con una gran sonrisa este chico, y no se porqué se me hace conocido.


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