Capítulo X

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Qiu Zhan fue personalmente a recoger a su abuela y tía, y cuando regresó, vio a Qiu Li entre un grupo de niños.

Sus ojos sonrientes se hundieron de inmediato.

Especialmente cuando vi a la niña a la que le encanta jugar con mi hermano, hablando con él, sonriéndole y dándole algo, la frialdad en sus ojos casi se convierte en un cuchillo.

Estúpido.

Apretó los molares y maldijo en silencio.

Aunque Qiu Li ha estado mirando la curita en su mano, es instintivamente sensible a la existencia de Qiu Zhan. Tan pronto como Qiu Zhan regresó, lo notó. Fingió no verlo, pero la mirada de Qiu Zhan lo hizo sentir muy incómodo. Miró hacia arriba ...

Todos están casi allí, Qiu Zhan, naturalmente, no es lo suficientemente estúpido como para hacer lo que hace Qiu Li frente a tanta gente, pero esto no le impide mirarlo.

Qiu Li frunció la boca para encontrarse con los ojos fríos de Qiu Zhan.

Sabía que Qiu Zhan le estaba advirtiendo, pero ...

Miró a Qiu Zhan, y luego a Yan Xiao, que se reía felizmente entre la multitud. Apretó las tiritas en la mano y caminó hacia la multitud con el pie levantado: el niño, siempre y cuando no se quede con Yan Xiao, Qiu Zhan. No puedo decir que Yan Xiao sea bueno con él.

Este es su primer y único amigo hasta ahora, por supuesto que tiene que tomar la iniciativa para mantenerlo.

Al ver a Qiu Li caminar hacia el grupo de niños sin mirar atrás, Qiu Zhan casi se rió.

Pendejo, ¿te atreves a provocarlo si no le ha crecido todo el pelo?

¡Vivo, cansado también!

Qiu Zhan ordenó las esposas lentamente, se quitó los gemelos y se los guardó en los bolsillos, y luego caminó hacia el grupo de niños que se divertían con sus largas piernas.

En comparación con Qiu Yan, los niños no tenían mucho interés en Qiu Zhan, por lo que su llegada no atrajo la atención de todos. Solo Yan Xiao, al ver a Qiu Zhan, dijo: "Hermano Qiu Zhan, usted ¿Quieres jugar con nosotros?"

Qiu Zhan le sonrió: "Mi hermano dejó de patear. Acabo de ver a la tía Chen buscándote".

Yan Xiao: "¿Mamá buscándome?"

Originalmente jugar al fútbol era para sumar puntos, y ahora los puntos se han anotado. Ahora que su madre la está buscando, tiró el balón en sus brazos al suelo sin ni siquiera pensarlo, aplaudiendo y diciendo: "Voy a echar un vistazo".

Qiu Zhan extendió la mano: "Te llevaré".

Yan Xiao no pensó demasiado, la familia de Qiu era muy grande y no sabía dónde estaba su madre en ese momento, por lo que obedientemente se acercó y le pidió a Qiu Zhan que la abrazara.

Antes de irse, no se olvidó de agitar su pequeña pata a Qiu Li: "Adiós".

Justo cuando Qiu Li estaba a punto de responderle, se tragó las palabras a los fríos ojos de Qiu Zhan.

Qiu Li no dijo una palabra, apretó los dientes e incluso se miró a sí mismo con tristeza, lo que hizo muy feliz a Yan Xiao.

Qiu Zhan enganchó la comisura de la boca y le dijo a Qiu Li: "Puse muchos dulces en el estudio del tercer piso. Llévaselo a Xiaoxiao ya todos".

Guau--!

Yan Xiao, que estaba a punto de agarrar a Qiu Zhan y dejar que lo llevara a buscar a su madre, de repente abrió mucho los ojos.

Pídale a Qiu Li que dé dulces a las personas que odia. Oh, Dios mío, ¿el hermano Qiu Zhan se está ayudando a sí mismo?

Estaba sorprendida y feliz, mirando a Qiu Li con nerviosismo.

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