🟥1🟥

14 4 3
                                    

Alisté mis maletas y bajé a la sala. Marie y Francis, el chófer, se encontraban parados, esperando por mi. Ambos hablaban sobre algo que no llegué a oír ya que los dos se quedaron en silencio cuando me oyeron llegar.

- Estoy lista. - Dije parándome frente a ellos. Francis es nuestro chófer desde que tengo memoria. Él es como mi figura paterna.

- Perfecto, lamento decirte que no podré acompañarte, surgieron unos problemas que debo resolver con urgencia. Pero Francis te acompañará. - Mi abuela se lamentó mientras salíamos de la casa en la que prácticamente me había criado.

No podía creer que me iría de aquí, no estaba segura de querer irme. Pero quizá sea lo mejor para comenzar a dejar ir a mis padres.

- No hay problema, te llamaré cuando lleguemos al aeropuerto. - Dije, Francis guardó mi maleta y abrió la puerta trasera del coche para que pueda subirme. - Nos vemos pronto, abuela. -Le di un beso en la mejilla y me monté al coche. Francis y mi abuela intercambiaron unas palabras y luego se despidieron. Él se montó al asiento de piloto y no tardamos más en ponernos en marcha.

...

El camino por la carretera se me hizo cada vez más largo, los árboles del frondoso bosque a los costados tomaban un tono algo sombrío por la neblina que abundaba en este lugar.

Todo comenzó a hacerse más extraño cuando noté que no habíamos tomado el camino del aeropuerto.

- Francis.. creo que nos equivocamos, el camino para el aeropuerto era el otro - Le avisé mirándolo por el espejo. Él no dijo nada, aceleró un poco más y mis nervios aumentaron.

¿A dónde demonios me estaba llevando?

- Francis, da la vuelta, este no es el camino correcto. -Pedí, tenía miedo, él aceleró un poco más.

Traté de mantener la calma y no alterarme, no quería provocar un accidente.

Minutos después el coche comenzó a ir más y más despacio hasta acabar por detenerse. Francis bajó del auto y revisó el capó. Humo salía de este.

Bajé para ver qué estaba sucediendo.

- El coche se descompuso y.. -Sacó su móvil de su traje y lo revisó - No hay señal. Deberíamos esperar a que llegue alguien.

Asentí, estando completamente de acuerdo a lo que dijo.

- Podríamos revisar el área, a lo mejor y hay alguien que nos pueda ayudar. - Sugerí, viendo a mi alrededor. Todo era tenebroso, la neblina me impedía ver con claridad.

- Buena idea, tú quédate en el coche, yo iré a revisar. -Dijo él comenzando a alejarse. No tuve tiempo para replicar ya que había desaparecido de mi vista.

Me quedé ahí parada, abrazándome a mi misma ya que hacía mucho frío mientras esperaba a que él regresara.

...

Media hora después y Francis aún no regresaba, había salido a buscarlo. Y sí, fue una mala idea.

- ¡AYUDA, FRANCIS ¿ESTÁS AQUÍ?! - Grité desesperada dando vueltas en mi lugar. Me había adentrado al bosque y no encontraba el camino hacia la carretera.

Corrí gritando y pidiendo ayuda, quizá Francis también se había perdido, quizá me quedaría aquí atrapada y moriría de hambre y de frío.

Me detuve frente a un árbol con grandes raíces que sobresalían de la tierra y me senté sobre estas.

Estaba cansada.

Mi pecho ardía.

Me dolían los pies.

Tenía frío.

Tenía miedo...

¡Crack!

El sonido de unas ramas me hizo alarmarme y voltearme a esa dirección.

Todo fue demasiado rápido, alguien me sujetó por atrás y cubrieron mi cabeza con una bolsa de tela negra.

- ¡AYUDA!... ¡FRANCIS! -Grité moviéndome e intentando zafarme de las manos de esas personas - ¡AYUDA, POR FAVOR!

- Por tu bien, te sugiero que cierres tu boca, lindura. -Una voz masculina murmuró a mi oído y mi cuerpo se tensó.

¿Qué estaba sucediendo?¿Qué me iban a hacer?¿Dónde estaba Francis?

The Red LakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora