El paisaje iba cambiando, ya se habían terminado las ranas, y ahora estaban comiendo grageas de todos los sabores.
Se oyó un golpe en la puerta del compartimiento, y entró un muchacho de cara redonda. Parecía muy afligido.
-Perdón -dijo-. ¿Por casualidad no habréis visto un sapo? Cuando los tres negaron con la cabeza, gimió.
-¡La he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!
-Ya aparecerá -dijo Lily
-Sí -dijo el muchacho apesadumbrado-. Bueno, si la veis...
Se fue.
-No sé por qué está tan triste -comentó Ron-. Si yo hubiera traído un sapo lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he traído a Scabbers, así que no puedo hablar.
La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron.
-Podría estar muerta y no notarías la diferencia -dijo Ron con disgusto- . Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo no funcionó. Os lo voy a enseñar, mirar...
Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada. En algunas partes estaba astillada y, en la punta, brillaba algo blanco.
-Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos...
Acababa de coger la varita cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts.
-¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno -dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.
-Ya le hemos dicho que no -dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba. Estaba mirando la varita que tenía en la mano.
-Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.
Se sentó. Ron pareció desconcertado.
-Eh... de acuerdo. -Se aclaró la garganta-. «Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita.»
Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris como siempre.
-¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado? -preguntó la niña-.
Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y vosotros quiénes sois?
Dijo todo aquello muy rápidamente.
Harry miró a Ron y luego a Lily
-¿Te as aprendido todos los libros de memoria?-, dijo Lily que casi ni había abierto los libros
Hermione asintió
-Yo soy Ron Weasley -murmuró Ron.
-Lily Jenkings-.dijo Lily con una sonrisa
-Harry Potter -dijo Harry.
-¿Eres tú realmente? -dijo Hermione-. Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.
-¿Estoy yo? -dijo Harry, con sorpresa
-Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera -dijo Hermione-. ¿Sabéis a qué casa vais a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore es- tuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville. Y vosotros tres deberíais cambiaros ya, vamos a llegar pronto.
Y se marchó, llevándose al chico sin sapo.
-Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté -dijo Ron. Arrojó su varita al baúl-. Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. Seguro que era falso.
-¿En qué casa están tus hermanos? -preguntó Lily
-Gryffindor -dijo Ron. Otra vez parecía deprimido-. Mamá y papá también estuvieron allí. No sé qué van a decir si yo no estoy. No creo que Ravenclaw sea tan mala, pero imagina si me ponen en Slytherin.
-Yo quiero estar en Griffindor, aunque si me ponen en Ravenclaw tampoco pasará nada, pero imaginaros que me ponen es Slytherin-dijo asustada-Sería un horror
-¿Sabes? Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco más claras -dijo Harry-. Y, a propósito, ¿qué hacen ahora tus hermanos mayores?
-Charlie está en Rumania, estudiando dragones, y Bill está en África, ocupándose de asuntos para Gringotts -explicó Ron-. ¿Os enterasteis de lo que pasó en Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles lo reciban: trataron de robar en una cámara de alta seguridad.
-¿De verdad? ¿Y qué les ha sucedido?
-Nada, por eso son noticias tan importantes. No los han atrapado. Mi padre dice que tiene que haber un poderoso mago tenebroso para entrar en Gringotts, pero lo que es raro es que parece que no se llevaron nada. Por supuesto, todos se asustan cuando sucede algo así, ante la posibilidad de que Quien-tú-sabes esté detrás de ello.
-¿Cuál es tu equipo de quidditch? -preguntó Ron.
-Eh... no conozco ninguno -confesó Harry.
-¿Cómo? -Ron pareció atónito-. Oh, ya verás, es el mejor juego del mundo... -Y se dedicó a explicarle todo sobre las cuatro pelotas y las posiciones de los siete jugadores, des cribiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y la escoba que le gustaría comprar si tuviera el dinero. Le estaba explicando los mejores puntos del juego, cuando otra vez se abrió la puerta del compartimiento, pero esta vez no era Neville, el chico sin sapo, ni Hermione Granger.Entraron tres muchachos, y el chico de el medio Miraba a Harry con mucho interés.
-¿Es verdad? -preguntó-. Por todo el tren están diciendo que Harry Potter está en este compartimento. Así que eres tú, ¿no?
-Sí -respondió Harry.
los otros muchachos eran corpulentos y parecían muy vulgares. Situados a ambos lados del chico pálido, parecían guardaespaldas.
-Oh, éste es Crabbe y éste Goyle -dijo el muchacho pálido con despreocupación, al darse cuenta de que Harry los miraba-. Y mi nombre es Malfoy, Draco Malfoy
Ron dejo escapar una débil tos, que podía estar ocultando una risita. Y Lily se empezó a reír. Draco (dragón) Malfoy los miró.
-Os parece que mi nombre es divertido, ¿no? No necesito preguntarte quién eres.-dijo mirando a ron-. Mi padre me dijo que todos los Weasley son pelirrojos, con pecas y mantener.
-Y tú, no se quien eres pero tampoco me importa mucho-. Dijo mirando a Lily con desprecio
Se volvió hacia Harry.
-Muy pronto descubrirás que algunas familias de magos son mucho mejores que otras, Potter. No querrás hacerte amigo de los de la clase indebida. Yo puedo ayudarte en eso.
Extendió la mano, para estrechar la de Harry; pero Harry no la aceptó.
-Creo que puedo darme cuenta solo de cuáles son los indebidos, gracias -dijo con frialdad.
Draco Malfoy no se ruborizó, pero un tono rosado apareció en sus pálidas mejillas.
-Yo tendría cuidado, si fuera tú, Potter -dijo con calma-. A menos que seas un poco más amable, vas a ir por el mismo camino que tus padres. Ellos tampoco sabían lo que era bueno para ellos. Tú sigue con gentuza como los Weasley y ese Hagrid y terminarás como ellos.
Harry, Ron y Lily se levantaron al mismo tiempo. El rostro de Ron estaba tan rojo como su pelo.
-Repite eso -dijo.
-Oh, vais a pelear con nosotros, ¿eh? -se burló Malfoy.
-Pues mira por donde que sí- respondió Lily mirándole desafiante
-Si no os vais ahora mismo... -dijo Harry.
-Pero nosotros no tenemos ganas de irnos, ¿no es cierto, muchachos? Nos hemos comido todo lo que llevábamos y vosotros parece que todavía tenéis algo.
-Si no os vais, yo estaré encantada de hecharos a patadas-le respondió Lily
Goyle se inclinó para coger una rana de chocolate del lado de Ron. El pelirrojo saltó hacia él, pero antes de que pudiera tocar a Goyle, el muchacho dejó escapar un aullido terrible.
Scabbers, la rata, colgaba del dedo de Goyle, con los agudos dientes clavados profundamente en sus nudillos. Crabbe y Malfoy retrocedieron mientras Goyle agitaba la mano para desprenderse de la rata, gritando de dolor, hasta que, finalmente, Scabbers salió volando, chocó contra la ventanilla y los tres muchachos desaparecieron. Tal vez pensaron que había más ratas entre las golosinas, o quizás oyeron los pasos porque, un segundo más tarde, Hermione Granger volvió a entrar.
-¿Qué ha pasado? -preguntó, mirando las golosinas tiradas por el suelo y a Ron que cogía a Scabbers por la cola.
-Creo que se ha desmayado -dijo Ron a Harry. Miró más de cerca a la rata-. No, no puedo creerlo, ya se ha vuelto a dormir.
Lily se estaba riendo en su asiento, esa rata era una auténtica vaga, pero les había dado una lección a esos imbeciles.
-¿Conocías ya a Malfoy?
Harry le explicó que se lo había encontrado en el callejón Diagon
-Oí hablar sobre su familia -dijo Ron en tono lúgubre-. Son algunos de los primeros que volvieron a nuestro lado después de que Quien-tú-sabes desapareció. Dijeron que los habían hechizado. Mi padre no se lo cree. Dice que el padre de Malfoy no necesita una excusa para pasarse al Lado Oscuro. -Se volvió hacia Hermione-. ¿Podemos ayudarte en algo?
-Mejor que os apresuréis y os cambiéis de ropa. Acabo de ir a la locomotora, le pregunté al conductor y me dijo que ya casi estamos llegando. No os estaríais peleando, ¿verdad? ¡Os vals a meter en líos antes de que lleguemos!
-Scabbers se estuvo peleando, no nosotros -dijo Ron, mirándola con rostro severo-. ¿Te importaría salir para que nos cambiemos?
-Muy bien... Vine aquí porque fuera están haciendo chiquilladas y corriendo por los pasillos -dijo Hermione en tono despectivo-. A propósito, ¿te has dado cuenta de que tienes sucia la nariz?
Ron le lanzó una mirada de furia mientras ella salía. Harry miró por la ventanilla. Estaba oscureciendo. Podía ver montañas y bosques, bajo un cielo de un profundo color púrpura. El tren parecía aminorar la marcha.
Lily salió del vagón mientras que ellos se cambiaban y luego lo hizo ella
Una voz retumbó en el tren.
-Llegaremos a Hogwarts dentro de cinco minutos. Por favor, dejen su equipaje en el tren, se lo llevarán por separado al colegio.
Se metieron todas las golosinas en los bolsillos de la túnica y cuando el tren paró salieron a un pequeño y oscuro anden.
Entonces apareció una lámpara moviéndose sobre las cabezas de los alumnos.
-¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí!
-Venid, seguidme... ¿Hay más de primer año? Mirad bien dónde pisáis. ¡Los de primer año, seguidme!