Capitulo 3, El andén nueve y tres cuartos

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El resto del verano pasó rápido, cuando no observaban el cielo, hablaban de como se imaginaban hogwarts, de los grandes magos que la escuela había tenido, y de lo increíble que debía ser pasar las noches en aquel asombroso castillo, ver los partidos de quidditch, o tal vez poder jugar en uno.

Aprender cosas nuevas, no suponía ningún esfuerzo para lily, siempre había sido muy lista, y desde pequeña disfrutaba leyendo los libros que la familia lovegood les daba a luna y ella, y siempre se alegraban cuando xenophilius llegaba a casa con un libro nuevo, o con una historia que contar, así que nada que tuviese que ver con las clases de hogwarts, la preocupaba.
Pero lo que ocupaba la gran parte de los pensamientos de lily, era en que casa la pondrían, a ella siempre le había gustado gryffindor, pero, y si la ponían en hufflepuff ? O en slytherin?

Llegó el 1 de Septiembre y Lily ya había metido todas sus cosas en un baúl, y a las diez y media ya habían llegado a la estación de King Cross.
Xenophilius las guió hasta la barrera que estaba entre el anden nueve y el diez, Luna y Lily agarraron el carrito donde llevaban el baúl y hecharon a correr hacia la barrera, cualquiera diría que se iban a chocar, pero no, cruzaron la barrera y se encontraron en el anden nueve y tres cuartos. Xenophilius pasó detrás de ellas.
Una locomotora de vapor, de color escarlata, esperaba en el andén lleno de gente. Un rótulo decía: «Expreso de Hogwarts, 11 h».

El humo de la locomotora se elevaba sobre las cabezas de la ruidosa multitud, mientras que gatos de todos los colores iban y venían entre las piernas de la gente. Las lechuzas se llamaban unas a otras, con un malhumorado ulular, por encima del ruido de las charlas y el movimiento de los pesados baúles.
Los primeros vagones ya estaban llenos así que Lily avanzó hasta uno de los que estaban más al fondo.
-Te voy a hechar de menos-dijo Luna mientras le abrazaba.
-Y yo- Le respondió Lily- Te mandaré una lechuza en cuanto llegue.
Pasó por delante de una familia de chicos pelirojos, debían de ser los Weasley, vivían cerca de su casa, pero nunca los había conocido y con ayuda de Luna subió el baúl a un vagón donde solo había un chico, era bajito y delgado, tenía el pelo negro, ojos verdes, y miraba por la ventana hacia los Weasley.
Lily abrió la puerta del compartimento y preguntó- ¿Puedo sentarme ahí?- y señaló un asiento vacío cerca del chico.
-Sí, claro- dijo el chico fijándose en ella.
-Soy Lily, Lily Jenkings-dijo dedicándole una sonrisa-¿y tu?
-Harry, Harry Potter- y entonces Lily se fijó en la cicatriz en forma de rayo que tenía en la frente, y su boca se abrió formando una 'o' perfecta.
-¿Enserio?- Lily sonrió y se sentó en el asiento que había señalado antes.

Pero antes de que Harry pudiera responder la puerta del compartimiento se abrió y entró el más pequeño de los Weasley.
-¿Hay alguien sentado ahí? -preguntó, señalando el asiento opuesto a Harry-.Todos los demás vagones están llenos.
Harry negó con la cabeza y el muchacho se sentó.
-Hola,Soy Ron Weasley-. dijo mirando a Lily y a Harry.
-Yo soy Lily, Lily Jenkings, y el es Harry-. Contestó Lily

-Eh, Ron.
Los gemelos Weasly habían entrado al vagón y miraban a Ron
-Mira, nosotros nos vamos a la mitad del tren, porque Lee Jordan tiene una tarántula gigante y vamos a verla.
-De acuerdo -murmuró Ron.
-Harry, y tu... ¿Quién eres? -dijo el otro gemelo mirando a Lily-, nosotros somos Fred y George Weasley. Y él es Ron, nuestro hermano.
-Yo soy Lily Jenkings-respondió mirando hacia los gemelos
-¿Tu eres la que vive con los Lovegood?-Preguntó uno de ellos
-Si
-Nos vemos después, entonces.
-Hasta luego -dijeron Harry, Ron y Lily. Los gemelos salieron y cerraron la puerta.
-¿Eres realmente Harry Potter? -dejó escapar Ron.
Harry asintió.
-Oh... bien, pensé que podía ser una de las bromas de Fred y George - dijo Ron-. ¿Y realmente te hiciste eso... ya sabes...?
Señaló la frente de Harry.
Harry se levantó el flequillo para enseñarle la luminosa cicatriz. Ron y Lily la miraron con atención.
-¿Así que eso es lo que Quien-tú-sabes...?
-Sí -dijo Harry-, pero no puedo recordarlo.
-¿Nada? -dijo Ron en tono anhelante.
-Bueno... recuerdo una luz verde muy intensa, pero nada más.
-Vaya -dijo Ron. Contempló a Harry durante unos instantes y luego, como si se diera cuenta de lo que estaba haciendo, con rapidez volvió a mirar por la ventanilla.
-¿Sois una familia de magos? -preguntó Harry.
-Oh, sí, eso creo -respondió Ron-. Me parece que mamá tiene un primo segundo que es contable, pero nunca hablamos de él.
-Y tú, vives con los Lovegood, ¿quienes son? ¿Y porque vives con ellos?-Dijo girándose hacia Lily.
-Los Lovegood son una familia de magos, y vivo con ellos, porque, al igual que tu, no tengo padres, o alomejor si, No lo se, lo único que sé es que me dejaron en la puerta de los Lovegood cuando yo tenía un año, con una nota donde ponía mi nombre y la llave de una cámara de gringotts con dinero para poder cuidarme.
-Ah, entonces ya debéis de saber mucho sobre magia.
-Oí que te habías ido a vivir con muggles -dijo Ron-. ¿Cómo son?
-Horribles... Bueno, no todos ellos. Mi tía, mi tío y mi primo sí lo son. Me hubiera gustado tener tres hermanos magos.
-Cinco -corrigió Ron. Por alguna razón parecía deprimido-. Soy el sexto en nuestra familia que va a asistir a Hogwarts. Podrías decir que tengo el listón muy alto. Bill y Charlie ya han terminado. Bill era delegado de clase y Charlie era capitán de quidditch. Ahora Percy es prefecto. Fred y George son muy revoltosos, pero a pesar de eso sacan muy buenas notas y todos los consideran muy divertidos. Todos esperan que me vaya tan bien como a los otros, pero si lo hago tampoco será gran cosa, porque ellos ya lo hicieron primero. Además, nunca tienes nada nuevo, con cinco hermanos. Me dieron la túnica vieja de Bill, la varita vieja de Charles y la vieja rata de Percy
Ron buscó en su chaqueta y sacó una gorda rata gris, que estaba dormida.

-Se llama Scabbers y no sirve para nada, casi nunca se despierta. A Percy, papá le regaló una lechuza, porque lo hicieron prefecto, pero no podían comp... Quiero decir, por eso me dieron a Scabbers.
Las orejas de Ron enrojecieron. Parecía pensar que había hablado demasiado, porque otra vez miró por la ventanilla.
Harry contó que había tenido que llevar la ropa vieja de Dudley y que nunca le hacían regalos de cumpleaños. Eso pareció animar a Ron.
Lily se había quedado dormida, mientras que ron y Harry hablaban.
A las doce y media se produjo un alboroto en el pasillo, y Lily se despertó, una mujer de cara sonriente, con hoyuelos, se asomó y les dijo:
-¿Queréis algo del carrito, guapos?
Lily no llevaba dinero, pero Harry se levantó de un salto, y salió al pasillo, y las orejas de Ron se pusieron otra vez coloradas y murmuró que había llevado bocadillos.
Al minuto Harry entró al vagón con los brazos llenos, y dejó todo lo que había comprado en un asiento vacío.
Ron lo miraba asombrado
-Tenías hambre, ¿verdad?- preguntó Lily mirando todo lo que había comprado.
-Muchísima -dijo Harry, dando un mordisco a una empanada de calabaza.
Ron había sacado un arrugado paquete, con cuatro bocadillos. Separó uno y dijo:
-Mi madre siempre se olvida de que no me gusta la carne en conserva.
-Te la cambio por uno de éstos -dijo Harry, alcanzándole un pastel-. Sírvete..., y Lily, coje tu también si quieres.
-No te va a gustar, está seca -dijo Ron-. Ella no tiene mucho tiempo - añadió rápidamente-... Ya sabes, con nosotros cinco.
-Vamos, sírvete un pastel -dijo Harry, mientras que Lily cojía una rana de chocolate
-¿Qué son éstos? -preguntó Harry, cogiendo un envase de ranas de chocolate-. No son ranas de verdad, ¿no?-Lily soltó una carcajada
-No -dijo Ron-. Pero mira qué cromo tiene. A mí me falta Agripa.
-¿Qué?
-Oh, por supuesto, no debes saber... Las ranas de chocolate llevan cromos, ya sabes, para coleccionar, de brujas y magos famosos. Yo tengo como quinientos, pero no consigo ni a Agripa ni a Ptolomeo.
-¡A mi me faltan los mismos! Luna y yo los coleccionamos, y esos no nos salen nunca.
Harry desenvolvió su rana y sacó el cromo.
-¡Así que éste es Dumbledore! -dijo Harry.
-¡No me digas que nunca has oído hablar de Dumbledore! -dijo Ron-. ¿Puedo servirme una rana? Podría encontrar a Agripa... Gracias...
-¡Ya no está!-Dijo Harry señalando el hueco donde antes estaba Dumbledore.
-Bueno, no iba a estar ahí todo el día -dijo Lily-. Ya volverá.
-Vaya, me ha salido otra vez Morgana y ya la tengo seis veces repetida... ¿No la quieres? Puedes empezar a coleccionarlos.
Los ojos de Ron se perdieron en las ranas de chocolate, que esperaban que las desenvolvieran.
-Sírvete -dijo Harry-. Pero oye, en el mundo de los muggles la gente se queda en las fotos.
-¿Eso hacen? Cómo, ¿no se mueven? -Ron estaba atónito-. ¡Qué raro!
Lily se empezó a reír, ella si que había visto fotos muggles, y no era tan raro.

Wingardium LeviosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora