|| Capítulo 1 ||

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— ¡Ha caído al agua!

Es lo único que escucho mientras sigo pataleando para flotar, he caído de la lancha, cerca del centro de la laguna y sigo hundiéndome porque ni chaleco estoy usando solo para hacerme lucir, no quiero hablar para que el agua entre a mi boca pero quiero gritar, gritar porque no solo he caído a este lugar cuando no sé nadar, sino que siento ser arrastrado hacia abajo, como si algo estuviera tratando de hundirme y aunque más fuerza haga cada vez me cuenta sacar mi cara hacia el exterior. Pero aun escucho a mis compañeros gritando en la lancha sobre que he caído, diciendo que me mueva, que haga algo, pero no puedo porque ya me estoy hundiendo, y aunque luche es imposible, no voy a salir.

— ¡Simón!

Se escucha tan lejano, todos los gritos de mis compañeros siguen volviéndose cada vez menos audible mientras sigo bajando, mi cuerpo se ha adormecido y solo me dejo arrastrar sintiendo como cada vez siento que me falta el aire, mis manos han ido a mi cuello y a mi boca, siento que no podré más, moriré si alguien no me ayuda, si alguien me libera de lo que me sigue hundiendo. Intento luchar con el poco aire que me queda, intento patalear y sacar lo que me tiene sostenido de la pierna, intento mirar hacia abajo sintiendo como mis ojos duelen por ser la primera vez en abrir los ojos bajo agua y por mucho tiempo, entonces logro ver, dos ojos brillantes bajo de mi y una mano con garras en mi pierna.

— ¡¡Ah!!

Respiro con dificultad mientras me encuentro sentado en la cama, mi mano está en mi pecho tratando de calmar las reacciones que ha dejado en mi cuerpo aquella pesadilla producto de un mal recuerdo, y miro a la persona que está acostada a mi lado que ni siquiera se ha despertado, Maia, mi novia, está acostumbrada a esto por lo cual no se despierta a consolarme. Suspiro acostándome de nuevo mientras me acerco a ella y acaricio su cabello crespo, y sonrío para dejarle un beso en su frente y abrazarla, ella logra calmarme cada vez que sucede esto, con solo saber que no estoy solo es suficiente para mí, no importa si no se despierta o me dice algo tierno, así es mejor.

— Aléjate.

La voz de Maia se escucha algo adormilada, pero ya me ha alejado y se ha dado vuelta, mientras me levanto de la cama para caminar hasta la sala para no interrumpir su sueño, no tengo una de las mejores relaciones de pareja pero la conozco de toda la vida, fuimos a primaria juntos, a pesar de que fue una de las personas que comenzó a alejarme y a burlarse de mí cuando sucedió el accidente de la laguna y comencé a comportarme de manera diferente, también fuimos a secundaria juntos y después de egresar ella creyó en mí, en mi "maldición" que ella llama "Don", y gracias a eso nos convertimos en pareja. No tengo a nadie más que ella que hace que mí día a día sea más o menos normal.

"Maia no te ama."

Es verdad, mi relación es una farsa, y lo sé desde el comienzo, mi maldición me lo reveló cuando estábamos por comenzar a formar una relación, sus ojos lo revelaron, solo me quería por lo que yo podía hacer y el dinero que podíamos juntar de ello, pero de todas maneras seguí adelante con esta relación, hice como si nada pasaba y seguí con el plan de una relación, una relación con sentimiento unilateral de mi parte hacia ella, porque de todas formas ella sabía de mi condición y lo aceptaba. Además no tenía a nadie más que ella y llevamos ya algunos años en relación, nos hemos acostumbrado ¿Por qué no puedo fingir que es amor? Mientras yo la complazca, mientras ella esté feliz seguirá a mi lado, y yo estaré bien con lo que logro sacar de esta relación, sentir que todavía soy alguien normal.

Es que no puedo, no quiero aceptar que después de lo que pasó en aquella excursión estudiantil, en donde caí a la laguna, algo sucedió en mi, algo que me cambió por completo y me hizo diferente a todos los demás. ¿Quién puede mirar a los ojos de una persona y ver, como un intruso, toda la vida de esas personas a través de ellos? Si le dijera a mis cercanos de ello, no sólo añadirían a mi etiqueta de apodo la palabra "Loco" si no que me internarían porque eso no pasa en el mundo real, eso es imposible, ni siquiera es lógico. Solo yo sé la realidad, después de que me reanimaron al sacarme de la laguna todo cambió, es como si algo entró dentro de mí, y sé que tiene que ver con aquellos ojos brillantes.

La Verdad de Simón ||Saphael|| (RESUBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora