Durante muchos años el mundo mágico había sido aterrorizado por el malvado Lord Voldemort. La noche del 31 de octubre, asesinó a Lily y James Potter. Sin embargo cuándo cuándo intenta matar a sus dos hijos de un año, Harry y Amelie, la maldición ase...
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Luego de que me despidiera del rubio me acerqué rápidamente hacia Harry que me esperaba mirándome con una ceja alzada. Al llegar a la sala común mi hermano le contó a Ron y Hermione sobre el centauro y la escena que vieron.
—¿Quieres decir que ya saben quién está en el bosque en este momento?—preguntó Hermione.
—Claro, pero está débil y vive de los unicornios—aclaré sentada en el sofá.
—¿No lo ven? Nos equivocamos. Snape no quiere la piedra para el mismo, quiere la piedra para Voldemort. Con el elixir Voldemort recuperará su fuerza, y...volverá—habló Harry sentándose junto a mi ,quien no le prestaba mucha atención.
—Harry, creo que exageras la situación—murmuré suavemente—Vimos que Snape no estaba hechizando la escoba si no alguien más lo estaba controlando a él. Y Snape me dió un regalo navideño—terminé y Harry quedó aún más confundido.
—Oigan, pero si Voldemort vuelve no creen que intente...Asesinarlos ¿o si?—preguntó Ron.
—Si hubiera podido nos hubiera matado esta noche—dije y el pelirrojo tragó saliva mirándome con los ojos bien abiertos.
—No se si ahora me preocupan los exámenes finales—declaró Ron y yo reí.
—Un momento, estamos olvidando una cosa—habló Hermione y los tres volteamos a verla—¿Quién es el único mago al que Voldemort siempre ha temido?Dumbledore, mientras Dumbledore esté aquí están a salvo. Y mientras Dumbledore esté aquí no los puede tocar—terminó sonriendo nosotros le devolvimos el gesto algo inseguros.
—Me habían dicho que los exámenes finales en Hogwarts eran temibles, pero a mí me parece una experiencia agradable—dijo Hermione.
—No hables por los demás—respondió Ron. Harry y yo soltamos un quejido llevando nuestra mano hacia la cicatriz—¿Están bien?
—La cicatriz me quema—dije quejándome.
—¿Ya les había pasado antes?—interrogó la castaña preocupada.
—Sí, pero—dijo esta vez Harry—Nunca así.
—¿Por que no van a la enfermería—Propuso el pelirrojo.
—Creo que es un aviso, quiere decir que se avecina peligro—respondí sacando a luz mi teoría. Harry y yo paramos en seco viendo a Hagrid sentado en la puerta de su cabaña.—Wow, claro.
—Que pasa?—preguntó Hermione confundida al ver como los dos comenzábamos a caminar más rápido.
—¿No creen que es extraño que Hagrid desee un dragón más que otra cosa?—dije Harry caminando con velocidad.
