💙☀️Rayito de Sol☀️💙 EreMika

🐣💌 Curita 💌🐣

AVISO⚠️

¡Azúcar!🍬💖🍬

100%EreMika

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—¡Estoy en casa! —dijo Eren cerrando la puerta tras él con dificultad, la chaqueta ahora parecía demasiado pequeña.

Pasó el torso de su mano derecha por su frente, intentando quitar la gota de sudor que parecía correr directo a la herida abierta en su pómulo, arrepintiéndose enseguida, pues la piel seca de su mano había hecho una dolorosa fricción con el borde de la herida.

—Bienvenido Am-

Mikasa detuvo su andar en el pórtico de la cocina, llevando su mano izquierda a su pecho y su rostro en una clara mueca de sorpresa.

—¡Eren!, ¡¿Amor que ocurrió?!

Gritó casi corriendo a la puerta, frente a ella se encontraba el hombre de su vida con el cabello revuelto, y la cara ensangrentada. Mientras se apresuraba asustada, echo un vistazo rápido al resto de su cuerpo, su ropa estaba sucia más no rota y, le estaba preocupando la mancha roja que brillaba en el cuello de su camisa.

Al ver a su amada, Eren sonrió mostrando el gesto más sereno que alcanzó a hacer, pues no quería que se preocupara de más. Su esposa tiene la ardua tarea de ser ama de casa, madre y profesional, ¡todo al mismo tiempo! es por eso que trató de aclarar las cosas lo más rápido que pudo.

—Tuve un percance con la motocicleta es tod-

—¿Te duele? —Mikasa había tomado su rostro en sus manos —déjame ver.

—Si... Digo No, estoy bien yo-

—A ver...— dijo volteando su rostro y luego alejándose de él para tener una vista completa de su cuerpo, presionó levemente su pecho sobre la chaqueta, hombros y brazos para asegurarse de que estaba completo —Será mejor que llame al doctor.

—¿Qué?, Linda no creo que-

Mikasa le abrió la boca para observar sus dientes. Debía revisar si estaban completos, pero la herida en el labio inferior de Eren cedió ante la tensión provocándole ardor.

—¡Ouch! espe-

—Quédate quieto cariño.

—Miki...

—Eren si no te dejas...

—lo sé —dijo tomando sus manos y quitándolas de su rostro— Amor estoy bien, deberás, sólo son unos rasguños, caí de cara al pavimento pero eso es todo...

Mikasa trató débilmente de sacar sus manos de las suyas, porque esa mirada tan convincente y ese rostro que seguía tan guapo, podrían hacerla dudar y subestimar la situación.

Eren pudo ver su preocupación, así que aumentó el agarre de sus manos con un poco más de fuerza, insistiendo en que le viera a los ojos, él más que nadie sabía como tranquilizar a su mujer.

—Estoy bien cariño, lo prometo —dijo llevando sus manos a sus labios y dándoles un casto beso.

Mikasa suspiró y dirigió un mechón de su cabello castaño tras su oreja.

—Esta bien... —ella tomó su mejilla con cuidado de no lastimarlo —Pero déjame curar tus heridas ¿Sí?

Eren asintió sin decir palabra, le dolía la boca.