☀️🐣s o l e c i t o s🐣☀️

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¡Advertencia!

Azúcar 💙💖💛

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Había llamado a Mikasa después del desayuno para asegurarse de que todo estaba bien en casa, sin embargo iba recibiendo dos llamadas seguidas del teléfono de la residencia, al principio supuso que eran de su esposa.

—¿Hola? ¿Amor? ¿Pasa algo? —había contestado la primera vez, más no obtuvo respuesta así que decidió colgar esperando a que ella devolviera la llamada y asi no saturar la línea.

Pero la segunda llamada fue exactamente igual y eso lo inquietó.

—¿Cielo?... —respondió Mikasa, estaba terminando de vestirse, había tomado una ducha.

—Hola muñeca, ¿Me llamaste desde el teléfono de casa?

—...No, la última llamada fue desde mi teléfono... —dijo pensativa.

—Que extraño...me acaban de marcar dos veces desde allí...

Mikasa —antes de que Eren comenzara a preocuparse de verdad— caminó rápidamente hacia el pasillo para ver el teléfono.

—Ya sé lo que está pasando, dame un segundo —dijo al teléfono.

Armin estaba sobre el sofá, sus deditos sobre las teclas de los números en el teléfono.

Al percatarse de la mirada de su madre, salió corriendo lo más rápido que sus pequeños zapatos le permitieron, ocultandose tras el sofá más cercano.

—Armin ¿Amor qué haces? —dijo pegando la bocina del teléfono a su clavícula.

Su bebé seguía escondido sin contestar.

—¿Querías hablar con tu padre? —dijo Mikasa acercándose a él.

Armin salió lentamente de su escondite y caminó dos pasos hacia ella lentamente, tocando el girasol cosido a mano en el centro de su Overol de mezclilla azul.

Armin la miró con la boquita tirando hacia abajo y los ojos brillantes, antes de lanzase sobre Mikasa pidiendo un abrazo, una vez entre su pecho asintió moviendo la cabeza sin despegarse de ella.

Mikasa besó su frente sintiendo pena por su bebé; cuando habló con Eren más temprano, Armin todavía estaba dormido y no tuvo corazón para despertarlo. Ella planeaba pasarle el teléfono después de medio día, ahora se daba cuenta que tal vez esperó mucho tiempo

"okay, mi vida" Le susurró al oído acariciando su abundante cabello, ella sentada en la alfombra con Armin en su regazo.

—¿Eren? ¿Sigues allí amor? —habló al teléfono está vez.

—Estoy aquí, ¿Qué pasa con el teléfono?— dice Eren atento a lo que diría su esposa.

—Es Armin, estaba llamando desde el teléfono de casa porque quiere hablar contigo.

Eren soltó un suspiro de alivio, era su pequeño ¿Por qué no pensó en esa posibilidad? si el mismo le había enseñado a marcar al 911. Su Armin era tan listo— a sus cuatro añitos —que había aprendido a la primera.

—¿Papi?

—Hola cielo, ¿como estás?

—Te quiero... —escuchó a su pequeño sorber su naricita.

—Oh, yo también te quiero bebé.

—Te extraño mucho...¡waaaaahh! -— Armin estaba llorando en el teléfono.

Mikasa limpiaba las cálidas lagrimas que corrian por sus calientes mejillas " Está bien amor, papi vendrá pronto" le decía bajito en su tierna orejita.

Era la primera vez que Eren pasaba la noche fuera de casa. El día anterior Armin estuvo toda la tarde mirando la puerta por si su papá aparecía, a pesar de que Mikasa le había dicho que no vendría a dormir esa noche.

Le partía el corazón ver a su niño llorar de esa forma, él y Eren tenían una conexión muy especial, habían cosas que sólo ellos dos entendían.

Mikasa lo apretó en sus brazos y lo atrajo a su pecho mientras su chiquito aún lloraba,

—Oh está bien amor, yo también te extraño —Armin seguía sollozando en el regazo de su madre— Voy a volver está tarde bebé, esperame ¿de acuerdo? —dijo Eren suavemente.

Pero Armin seguía soltando pequeños gemoteos.

—¿De acuerdo? —volvió a preguntar Eren.

—...Ajam —respondió su pequeño restregando una manita contra su ojo derecho mientras hipaba.

—Esta bien, te amo mi pollito —dijo Eren cerrando los ojos y casi casi se lleva el teléfono a su pecho, vaya que extrañaba a su hijo.

Armin restregó la nariz en el pecho de Mikasa mientras se recostaba, —se siente agotado— era muy sensible y  fácilmente se perturba con las emociones pesadas, tal como extrañar a alguien que amas.

—¿Amor en serio llegarás hoy? —

—Así es querida.

—Oww ¡Que alegre! —dijo Mikasa limpiando una pequeña lagrima al borde de sus ojos, ver a su bebé llorar también la puso muy sensible.

—Te amo preciosa, te vere luego —avisó Eren terminando la llamada, cerrando lo ojos y recostandose en la silla. ¡Já! Incluso las travesuras de ese niño eran tiernas.

Mikasa se encontraba acariciando la pequeña espalda de su niño, mientras tarareaba una melodía de cuna y se mecía con él en sus piernas.

Armin había terminado de llorar pero de vez en cuando soltaba algún suspiro provocado por el llanto anterior.

Mikasa inclinó su rostro para verlo, él miraba algún punto de la habitación y se comía su manita.

—¿Me ayudas a preparar la comida favorita de papá? —dijo dando un beso en su coronilla.

Armin restregó su rostro nuevamente en su pecho mientras asentía. No era un niño de muchas palabras. En eso se parecía a ella.

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NOTA: qué les digo? Me gusta la azúcar jajaja

💙☀️Rayito de Sol☀️💙 EreMika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora