Episodio II

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-¿En qué pensabas cuando le contaste todo eso?-gritaba Chris mientras daba vueltas sobre él mismo.
-Si quieren confiar en nosotros tendrán que conocernos.
-¿Y si lo aprovechan para matarnos?
Helena se quedó cortada por un momento.
-Chris, son buenos.
-¿Y cómo demonios sabes eso? Ah, es verdad, ¡no lo sabes!-le chilló.
-Ey, he visto más allá de ellos, no tienen mal corazón.
-A ti lo que te interesa es tirarte a, ¿cómo se llamaba? Stiles, sí, eso, Stiles.
Helena le empujó.
-¿De qué se supone que vas?
-Te digo la verdad, Helena, te hicieron daño una vez y te lo volverán a hacer.
-Parece ser que tú llevas peor lo de miz ex hace casi 100 años que yo.
-Fue tu hermano el que estuvo a tu lado cuando este idiota te dejó.
-Sí-asintió Helena-Eso no te lo niego, pero reconoce que no hacía falta matarlo.
-¿En serio vamos a remover ahora todo el cajón de mierda?
-Has empezado tú...-le respondió Helena agarrando la mochila y colgándosela en el hombro-Llegamos tarde.
Chris cogió su mochila y salieron de casa rumbo al instituto.
Y justo en el instituto era donde estaban Lydia y Kira preparando y cooperando con los demás estudiantes el baile de máscaras que se celebraría esa misma noche.
-¿Crees que esos hermanos vampiros y posiblemente malvados son una amenaza?-preguntó Kira.
Lydia se encogió de hombros.
-No tengo ni idea. Pero ya yo... no me fío de nada que llegue a este pueblo.
Ambas suspiraron y continuaron haciendo los adornos de plumas con brillantina, cuando entraron al gimnasio Scott y Stiles. Se fueron con ellas y empezaron a hablar del baile, sin intentar sacar el tema de Helena y Chris.
-Tenemos que tener cuidado-dijo finalmente Scott-No sabemos si podemos confíar en ellos.
-Puede que no sean los malos de la película-añadió Kira.
Scott la miró, alzó la mano suavemente y le rozó la cara con mucha dulzura y una mirada de compasión.
-Sabes que no quiero que te pase nada-le susurró.
Kira asintió con la cabeza y le besó. Stiles retiró la mirada porque le recordaba cuando él estaba así con Malia. Sabía que podía olvidarla, pero también sabía que iba a ser difícil.
-Parece que tenemos compañía-dijo Lydia sin apartar la vista de la puerta.
Inmediatamente todos miraron a Helena y Chris.
-Hablando de los reyes de Roma...-murmuró Stiles.
Los hermanos andaron por la sala grandiosos, como si nada les importara y a nadie temieran.
-¿En serio quieres ayudar a decorar todo eso?-le dijo Chris a Helena.
-Si queremos tener una vida normal habrá que hacer cosas normales, ¿no?
Chris la miró y se puso manos a la obra. Helena sonrió y también se puso a ayudar. Cogían plumas, purpurina, pegamento y cola, pintaban y revolvían, colocaban muchas telas desde el techo que caían ligeramente al suelo y pusieron ventiladores por todo el gimnasio para que esa misma noche fuese mágica.
Scott y los demás hacían lo mismo. Stiles decidió acercarse a por más papel de plata, cuando se chocó con Helena.
-Oh, lo sient...-la miró y se dio cuenta de quién era-Lo siento.
-No pasa nada-le sonrió-Fallo mío. Iba sin mirar...
-No, no, he sido yo que no estaba en lo que tenía que estar.
Helena soltó una carcajada limpia y delicada.
-Entonces... ¿te veré esta noche en el baile?-le preguntó con cierta picardía.
Stiles sonrió nervioso.
-Claro-tensó la boca-Aunque no sé si te reconoceré con la máscara.
Helena agachó la cabeza.
-Tranquilo, sí que me reconocerás-se encogió de hombros lentamente.
-Vale-giró la cabeza dispuesto a marcharse, cuando le detuvo.
-Espera-dijo Helena-Stiles, no quiero que tengáis miedo de nosotros. No somos así. Solo conocéis la parte de las películas, y la mayoría es mentira. P-Por favor-deslizó su mano por la de Stiles hasta separarse de él-Darnos una oportunidad.
Él le miró a los ojos, y aunque esperaba ver oscuridad, solo logró ver sinceridad. Fue una sensación extraña. Sintió que podía confiar en ella.
Asintió.
-Vale. Vale-repitió-Te veo esta noche-se despidió con la mano.
Helena se despidió con la mirada y volvió al trabajo, igual que Stiles.
El día avanzó rápidamente y la noche cayó sobre Beacon Hills y los alumnos ya estaban preparados para uno de sus bailes cumbre de todo el curso. Los adolescentes iban llegando al baile y la fiesta comenzó.
Helena y Chris aún estaban en su casa.
-Helena, no quiero ir a ese ridículo baile...-dijo Chris entrando a la habitación de su hermana-Woah...-se quedó boquiabierto al verla.
Helena metió la tuerca de su pendiente izquierdo en el pequeño alambre y se dio media vuelta con una sonrisa en su rostro. Llevaba un vestido negro de tubo muy apretado por encima del muslo, con un escote decente y unos tacones altos de la misma tonalidad. Su pelo con ondas caía suavemente sobre sus hombros dejando ver con nitidez los labios color carmín fuerte. Su maquillaje estaba acorde con su ropa.
-¿Te gusta?
Chris era incapaz de cerrar la boca.
-Estás preciosa. En serio. Preciosa. Hace mucho tiempo que no te veo así...-A Helena se le ruborizaron las mejillas-A mamá le habría encantado verte así. Igual que a papá.
Los dos sonrieron con cierta ternura y melancolía.
-Hoy va a ser una buena noche-le aseguró Helena a su hermano haciéndole el nudo de la corbata.
Stiles y Scott ya estaban en el baile. Cogieron un vaso lleno de ponche y sorbieron de él.
-Quizás deberíamos despreocuparnos de todo aunque sea por una noche-dijo Stiles deslizando su dedo sobre la copa.
-Sí, quizás-le respondió colocándose la máscara-Bueno, me voy con Kira que está allí. ¿Vienes?
Stiles negó con la cabeza y centró su vista en la puerta, por la que acababa de entrar Helena. Dejó el ponche encima de una recargada y robusta mesa y se dirigió a Scott, colocó su mano sobre su hombro-Luego nos vemos-y se marchó con Helena.
Helena recorrió con la mirada todo el gimnasio, escuchando la música y buscando a alguien, en concreto a Stiles. Se fue metiendo entre aquellos adolescentes con las hormonas revolucionadas, llevándose varios empujones a causa de que todos y cada uno de ellos estaban bailando. Siguió para alante, cuando alguien le agarró el brazo derecho. Se giró inmediatamente y sonrió.
-Vaya-exclamó-Al final me has encontrado.
Stiles asintió con la cabeza.
-He encontrado muchas veces a Wally.
Helena soltó una carcajada y centró de nuevo su mirada en Stiles, a pesar de tener una máscara que tapaba la mitad de su rostro, logró fijarse en sus ojos color marrón. Ella alargó su mano hasta la suya y se la apretó con suavidad. Helena sentía cómo su corazón latía con fuerza.
-¿Quieres bailar?-le preguntó.
-Me encantaría-le respondió Stiles.
Entonces, ambos se fueron a un sitio con menos gente y comenzaron a bailar.
Por otro lado, Kira y Scott estaban sentados en una mesa. No hablaban. No se miraban. No hacían absolutamente nada.
Kira se apoyó en la mesa y se levantó de la silla.
-Scott-se dirigió a él-Te comes la cabeza demasiado. Es una fiesta, así que ahora vas a dejar de pensar en lo que estés pensando y vamos a disfrutar como chicos de 17 años que somos, quieras o no. ¿Está claro?
Scott tragó saliva.
-Lo siento, de veras-se disculpó-Pero es qu...
-Ni pero ni nada-cogió su brazo y tiró de él, levantándole de la silla, y una vez que estuvo de pie, le besó.
-Es nuestro último año-le susurró Kira rozándole la cara.
Él asintió.
-Te prometo-le agarró de la cintura-Que va a ser increíble.
Ambos sonrieron y fueron también a la pista de baile a disfrutar de la fiesta.
-¿Quieres tomar algo?-le preguntó Scott a Helena.
-¡Claro!
-Voy... voy a por él-le dijo con una sonrisa y se marchó hasta la fuente de ponche.
Helena se quedó parada en medio de todo esa multitud, cuando sintió algo. Como un imán con otro. Giró la cabeza hasta un chico que estaba parado ante ella, observándola.
Helena frunció el ceño.
El chico misterioso dio media vuelta y se perdió entre la gente.
-¡Espera! ¡Oye!-chilló Helena intentando captar su atención y yendo tras él.
Se metió por medio de los estudiantes, esquivándolos e intentando ir todo lo rápido que podía con esos tacones y con los alumnos dando empujones cada dos por tres. Salió al pasillo del instituto, y vio una silueta salir por la puerta que daba al patio externo del centro.
-¡Ey!-siguió llamándole.
Fue tras él corriendo, empujó la puerta de metal y se quedó ahí, quieta, al ver que no había nadie allí fuera. Tras unos 5 minutos más o menos, volvió de nuevo a la fiesta.
-¿Dónde te habías metido?-le preguntó Stiles cediéndole la copa-Te estaba buscando.
-Em, sí, bueno, me... me parecía haber visto a alguien.
-¿Algún conocido?-se interesó bebiendo de su vaso.
-Más o menos-le contestó insegura.
La fiesta continuó, pero de repente, un grito de dolor rompió todo aquel ruido. Tras ese alarido, vino otro, y así como una cadena. Scott miró a los lados nervioso, intentando averiguar lo que pasaba.
-Kira, busca a Lydia. Iros fuera lo más rápido que podáis. Nos vemos en el patio.
-Vale, ten cuidado.
Compartieron una mirada de complicidad y se marchó.
-¡Stiles!-gritaba-¡¡Stiles!!
Le buscó por todo el gimnasio, apartando a gente de su camino, siendo golpeado por los que huían de algo o de alguien.
-¡Scott!
Scott se giró y se fue con su amigo Stiles quien también le andaba buscando, y a su lado, estaba Helena.
-¿Que está pasando?
-No tengo ni idea-le respondió-Pero tenemos que averiguarlo.
Ambos echaron a correr, pero Helena se quedó atrás, sin moverse. Stiles se percató y volvió a por ella.
-¿Qué pasa? ¿Estás bien?-le cogió de los hombros.
Reaccionó.
-Sí, sí, no es nada. Vamos.
Siguieron a Scott, cuando de repente vieron que se paró.
-¿Qué pas...? Oh Dios...-murmuró Stiles contemplando lo que tenía ante sus ojos.
Era una masacre. Una matanza. Había como veinte chicos tirados en el suelo sobre una gruesa capa de sangre, embadurnados de la misma, inmóviles y pálidos.
Helena avanzó hacia ellos, se agachó, colocándose de cuclillas al lado de uno de los cuerpos, y con los dedos índice y corazón, le giró la cara hacia la derecha, observando su cuello, en la zona de la yugular, donde había unas peculiares marcas.
-¿Eso es una mordedura?-preguntó Scott.
-Sí-le dio la razón Helena-Pero no de un hombre lobo.
-¿Entonces, de qué?-preguntó Stiles.
Helena se levantó despacio, sin retirar la vista de aquella escena. Miró a Scott y a Stiles y bajó la mirada.
-De un vampiro-dijo.

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