3- el encuentro

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Todo el día pensando en como seria el verla en persona, en clase fui incapaz de no imaginarme mil situaciones, de cómo debía actuar, de cómo sería en persona pero ninguna concedió con lo que paso en realidad.

Salimos a las dos de la tarde y ahí estaba ella, me sorprendió verla de no ser porque Kaila me dijo que esa era ella no la hubiera reconocido, de aquí la importancia que las redes tienen sobre nosotros, ella estaba con su mejor amiga, no nos dijimos ni hola durante todo el camino, además, pude ver y notar que le gustaba su mejor amiga, Kaila y mi otra amiga, Laura, forzaron la conversación entre ella y yo, lo único que hicieron fue hablar de mi sudadera que era de un skate, ya que el día anterior me dijeron que le gustaba y yo pues obviamente pensaba que por eso pues iba a pensar que ya teníamos algo en común, pero no hablamos mucho más, durante el camino Laura me dijo que ni de coña se me pasara por la cabeza tener algo con ella que merecía algo mejor, yo pensé lo mismo y además le transmitía malas vibras, nunca entendía como captaba esas cosas, pero esta vez no se equivocaba debí hacerle caso pero como soy un poco cabezota y no sabía las consecuencias que iba a tener en mi vida, no lo hice. La primera impresión que me lleve de ella no fue buena pero aún así continuaba hablandole, por mensaje todo muy bien, pero a la hora de vernos en persona las cosas cambiaban.
Días más tarde, Kaila me escribe diciendo que ha quedado con ella y con unas amigas más y que si quería ir, acepte aunque tuviera que estudiar, no me quería perder esa ocasión, aunque si me la hubiera perdido no hubiera pasado nada, ese día estuve de sujeta velas, fue muy incómodo ver cómo coqueteaba todo el rato con su mejor amiga y yo en cambio era algo que claramente sobraba en esos momentos, hice incluso unas escapadas a una tienda, primeramente me compré una bebida, después comida, después un chicle y así sucesivamente hasta que me quede prácticamente sin dinero, pero cabe destacar que si no hubiera ido no tendría el recuerdo de cuando se agarró a mi porque se sentía insegura ante un extraño o de cuando casi la atropellan por el simple hecho de que propuso bajar una rampa corriendo y yo pues ante la situación acepte, lo que sucedió es que cuando llegamos a la zona que daba a la carretera frene y me aparte, ella ,en cambio, no lo hizo y casi sucede una tragedia, pero todo se quedó para un recuerdo, uno que quizás ahora mismo no desearía estar teniendo.

Caminos separadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora