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20.02.2022

[...]

Luego del tema del beso y el extraño comienzo de una relación que ambas desconocían, ninguna se había dado cuenta que lo suyo había cambiado.

Estaban en un punto de no retorno, aunque no lo sabían aún.

El fin de semana largo, donde Chae Won no tuvo que asistir a la universidad y pasó todo el día con Min Ju, quien se había vuelto una gatita más mimosa y alegre que antes, ronroneaba más fuerte y había vuelto a jugar con una pelota con cascabeles que Chae Won había encontrado detrás de un mueble, y siempre reía al ver a su gatita correr la sonora pelotita por toda la casa.

Pero como todo fin de semana largo, también terminó, y, como siempre, Chae Won llevó a Min Ju a casa de Hye Won para que se quedara con las híbridas mientras ella pasaba la mañana en la universidad.

Min Ju solía cambiar a forma gatuna para ir a la de la extraña amiga de su dueña, aunque esta vez se negó a hacerlo.

Con un suspiro de derrota, Chae Won buscó un gorro para esconder las orejitas sobre su cabeza, y Min Ju se ruborizó cuando la chica la rodeó para acomodar su cola dentro de sus pantalones, mordiendo su labio con fuerza.

Su cola era muy sensible y se sintió extrañamente acalorada por ese gesto.

El tráfico de híbridos era una realidad, y por más que no solía pasar en esa parte de la ciudad, la castaña prefería prevenir antes de curar.

Antes de salir, Chae Won tomó su mano, y caminaron así las dos cuadras que separaban el departamento de Kim con la casa de Hye Won.

Como siempre, la sonriente chica las recibió con todo su buen humor mañanero, distinto al de Chae Won, quien le alteraba un poco que su amiga hablará de una forma tan aguda cuando estaba alegre.

Chae Won ni cruzó el umbral de la puerta, debía volver al departamento para buscar sus cosas y así poder irse, apenas le dedicó un saludo que sonó cansado y se volteó dispuesto a regresar.

Pero el tirón en su mano la hizo voltear.

Vio a Min Ju con sus lindos ojitos, casi suplicantes, un pequeño puchero en sus labios, la minina sostenía su mano, con sus dedos entrelazados, sin dejarla escapar.

Chae Won abrió un poco de más sus ojos, sin saber muy bien qué hacer, miró a Hye Won, detrás de Min Ju, quien tenía una sonrisa enorme en el rostro.

La gatita notó que su humana era muy lenta y no se había dado cuenta de lo que quería, así que se acercó a ella para abrazarla un momento, escondiendo su rostro en el cuello de la castaña.

Chae Won la miró con sorpresa, comprendiendo que su gatita quería unos mimos de despedida, devolvió el abrazo, acariciando su cabeza.

Notó a Hye Won, un poco más atrás, dentro de la casa, quien daba saltitos de emoción.

Chae Won rodó los ojos.

Min Ju se frotó levemente en su cuello antes de apartarse un poco, mirando los ojos de su dueña, que sonreían ligeramente.

Sin importarle nada, la gatita acercó sus labios a los de Chae Won, besando con calma.

En esos días a solas habían practicado los besos bastante, y, a pesar de que Min Ju nunca podría ganarle a su humana en sus batallas de lenguas, tenía suficiente confianza para comenzar un ritmo lento, o seguir algo más apasionado.

Chae Won dejó que su gatita la besara con lentitud, acariciando un poco la mejilla de la híbrida mientras la acompañaba en tiernos movimientos.

Se separaron con lentitud, mirándose con una sonrisa en sus rostros.

—¡La puta madre!

El grito de Hye Won hizo a Min Ju saltar del susto, sintió su cola erizarse bajo sus pantalones.

—¡Son tan tiernas y tan bonitas y-!

—Cállate de una vez— soltó Chae Won, en tono brusco, se separó de Min Ju y se fue a paso apresurado.

Min Ju no pudo evitar sentirse un poco mal, se mordió el labio con pena, sintiendo que había hecho mal.

Ella sólo quería un beso de despedida.

—Vamos, pequeña— las manos de Hye Won sobre sus hombros la hicieron alzar la vista del suelo—. Entra, hace frío.

❝ 𝐁𝐀𝐃 𝐋𝐔𝐂𝐊 ❞ | 2KIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora