El joven Tony Stark buscaba un gimnasio para aprender a boxear y poder enfrentarse a los bullies que le acosaban en la universidad, y en su lugar encontró algo mucho mejor, dos hombres dispuestos a cuidarle y darle todo su amor.
Era sábado, llegué como siempre temprano al gimnasio y lo abrí ya que tengo las llaves, lo cierto es que conozco a Nick el dueño desde hace años, de hecho el viejo Fury fue el que me enseñó a boxear cuando era un crío enclenque al que los niños grandes le hacían bulling, Nick se convirtió en mi figura paterna ya que vivía solo con mi madre ya que mi padre murió en acto de servicio, ambos mi padre y Nick eran policías y fueron compañeros hasta que Nick perdió un ojo en una reyerta que intentaba evitar y decidió abrir un gimnasio para entretenerse y complementar los ingresos de su pensión.
Estaba golpeando el saco cuando un joven ángel me habló, era castaño, bajo de ojos almendrados color chocolate y miel, de labios carnosos y me resultó adorable cuando hablo de carrera, su nombre Tony y su historia me recordó un poco a la mía, por lo que me ofrecí sin dudarlo a darle clases y enseñarle a boxear como Nick me enseñó a mí.
Desde ese día han pasado 2 meses, y cada día me gusta más Tony, entrenar con él es divertido y ver como ha mejorado me hace sentir muy orgulloso de él, es increiblemente inteligente desde luego que es cierto lo que siempre me dice de que es un genio y que va a revolucionar la industria tecnológica aunque cuando me habla de todas esas ideas de nuevos inventos, robots y nuevas formas de energía me pierdo, literalmente me pierdo en sus ojos, en como brillan llenos de ilusión y eso me hace querer ayudarle a cumplir todos y cada uno de sus sueños, además me ayudó mucho a recuperar parte de mi dañada autoestima que mi ex me arrebató con su lengua viperina, Tony me animá a seguir dibujando y pintando aunque no sea un trabajo bien remunerado ni un empleo estable, gano algún dinero haciendo viñetas para el periódico, también hago retratos por encargo y en ocasiones ayudo a la policía haciendo los retratos robot de sospechosos, no soy rico, pero mi madre me dejó el apartamento familiar aquí en Brookling y con lo que gano tengo suficiente para pagar los suministros y la gasolina de mi vieja Harley Davidson que mi hermano Bucky y yo restauramos con esfuerzo.
Lo cierto es que aún no se lo he dicho a Tony, perdí mi oportunidad cuando el se abrió y me confió que es bisexual, porque lo cierto es que yo también lo soy y eso me da esperanza de que podría conquistarle si juego bien mis cartas, aunque muchas veces pienso que no estoy a su altura, soy siete años mayor que él y Sharon tenía algo de razón no tengo nada que ofrecerle salvo que estaría dispuesto a todo por él, creo que es lo mejor que me ha pasado nunca haberle conocido. Bucky mi hermano, bueno en realidad no es mi hermano de sangre, su padre y mi padre eran amigos, también policía y también le mataron en acto de servicio por lo que la señora Barnes y mi madre se hicieron amigas y nos criamos juntos como hermanos, tenemos la misma edad y el caso es que le tengo harto porque no paro de hablarle de Tony, de lo guapo que es, de lo inteligente, de lo bien que se mueve y un día cometí el error de mostrarle una foto y el muy descarado me dijo:
- lo siento por tí hermano, pero esa belleza va a ser mio.
- no voy a dejartelo facil, imbecil, no voy a quitarme de tu camino y a mi me conoce a ti no.
- Eso puede arreglarse punk.
Eso es lo que me ha dado el valor para intentarlo, voy a confesarme a Tony y por suerte esta noche me ha invitado a cenar en un pequeño restaurante italiano cerca de mi casa que adoro por la comida casera tan deliciosa que preparan y estoy muy nervioso, no sé que ponerme porque por primera vez en mucho tiempo quiero verme increible, quiero que me vea con hambre y deseo.
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