Ash x Harem (One Piece) T.1

Capítulo 3

¿?: ¡No puede ser! ¡Eres Ash Ketchum! —dijo impresionada mientras se sonrojaba—

Ash: ¿Eh? —se da vuelta y ve a una chica rubia muy hermosa—

¿?: Me llamo Margaret, soy una gran admiradora tuya. No esperaba verte aquí, Ash. —dijo con un leve sonrojo—

Ash: (¿Otra fan más?) Mucho gusto, Margaret. La lista de fans se agranda.

Margaret: ¿Tienes más fans?

Ash: Así es, de momento son ellas y tú. —dijo mirando a Nami y a las hermanas—

Nami: Mucho gusto, soy Nami. (Otra más, esto cada vez huele más a harem. También es muy linda) —dijo mirando el cuerpo de la rubia—

Nico Robin: Yo me llamo Nico Robin, un placer conocerte. (Parece que también le gusta Ash) —mirando a la chica—

Boa Hancock: Y yo soy Boa Hancock, un gusto. (Definitivamente parece que habrá harem. Es algo que me molesta un poco, pero si al final es la única manera no tengo problema con eso) —pensaba—

Margaret: Mucho gusto, chicas. (¿Estarán enamoradas de Ash? Pues son muy hermosas, supongo que hay competencia) —pensaba viendo lo bellas que eran—

Ash: (Es muy linda Margaret... ¿En qué piensas, Ash? Son todas muy hermosas, como me gustaría que todas fueran mis novias... ¿Qué digo? Creo que es amor a primera vista con cada chica que veo. Sacando a mis examigas) —pensaba muy sonrojado al imaginarse que todas sean sus novias—

Seguridad: Oigan, chicos, ya tienen que irse. El lugar está por cerrar.

Ash: Está bien, ya nos íbamos.

Todos salen del parque de diversiones.

Margaret: Ash, perdona la molestia, ¿pero me podrías firmar esto? —dijo dándole un dibujo que había hecho, el cual se trataba de un dibujo muy bien hecho en el que estaban ella junto al azabache—

Ash: Claro, ¿tú hiciste el dibujo? —sacando una lapicera mientras miraba a la chica—

Margaret: Así es, perdón si no te gusta. Estuve varias horas haciéndolo..—dijo triste al pensar que no le gustaba al azabache—

Ash: No es eso, al contrario, está muy bueno. Eres buena dibujando. —firmando el dibujo mientras escribía "firmado para mi fan Margaret"—

Las otras tres chicas ven el dibujo.

Margaret: ¿En serio lo dices, Ash? —mirando al azabache con un sonrojo—

Ash: Claro que sí, nunca miento.

Nami: Es verdad, está muy bueno el dibujo. —un poco celosa por lo que había dibujado—

Nico Robin: Eres buena.

Boa Hancock: Está muy bueno.

Margaret: Muchas gracias. —dijo con una sonrisa—

Ash: Ya es muy tarde, ¿tienen donde quedarse a dormir? —mirando a las cuatro—

Nami: Yo me quedo en un Centro Pokémon a dormir, pero en esta ciudad no hay ninguno. —dijo viendo el mapa—

Nico Robin: Nosotras estamos en la misma que Nami. —refiriéndose a ella y a su hermana—

Margaret: Y yo igual.

Ash: En ese caso, pueden venir a mi casa, se encuentra en esta ciudad.

Nami: ¿Tienes una casa en Kalos sin ser de Kalos? —dijo sorprendida—

Todas - Nami: ¿Es en serio? —dijeron sorprendidas—

Ash: Así es, tengo una casa aquí. De hecho, tengo una casa en cada región, aunque sacando la de Kanto y la de acá ya las vendí.

Margaret: ¿Cómo puedes haber tenido tantas casas? —sorprendida—

Ash: No sé. —rascándose la nuca— ¿Quieren venir a mi casa?

Las cuatro se sonrojan.

Todas: (¿Ir a la casa de Ash?) —pensaban sonrojadas al imaginarse cochinadas— Claro, Ash, aceptamos. —con una sonrisa—

Ash: Genial. —devolviendo la sonrisa—

Las cuatro se sonrojan.

Luego de unos cuantos minutos, llegan a la casa del azabache.

Ash: Llegamos. —dijo abriendo la puerta—

Nami: ¿Esta es tu casa, Ash? —sorprendida—

Ash: Exacto. —prendiendo las luces—

Boa Hancock: Que casa tan linda tienes, Ash. —mirando la casa—

Nico Robin: Parece que es muy cara, pero está hermosa. —mirando la casa—

Margaret: Así es, no podría comprar nunca una casa como esta. —mirando toda la casa—

Ash: Muchas gracias, siéntanse como en sus casas, yo iré al baño. —dijo yendo al baño—

Nami: Qué casa enorme. —dijo mientras veía un cuadro en la pared— Es Ash y... ¿Su madre? —viendo a una señora mayor—

Boa Hancock: Eso parece.

Ash: Así es. Ella es mi madre, se llamaba Delia.

Mientras llegaba asustando a todas.

Todas: ¡Aaaaaaahhhhhh! —gritaron asustadas—

Del susto, cayeron al suelo, pero cayeron todas encima del azabache. Quedando los pechos de Nami en el rostro del azabache, una mano de Ash en los pechos de Nico Robin y la otra en el trasero de Boa Hancock, y Margaret había caído en la entrepierna del azabache, sintiéndolo tocar su cuerpo haciendo que se sonroje.

Ash: Creo que las asusté. —luego se da cuenta en la posición en la que estaban y se sonroja—

Todas: Ahhh... —gimieron al sentir cómo sus cuerpos rozaban el del azabache—

El azabache se levanta muy sonrojado y ayudaba a levantar a las chicas.

Ash: Lo siento, lo siento, lo siento no era mi intención eso. —dijo muy sonrojado ya que sintió los pechos de Nami y Nico Robin, y también el trasero de Boa Hancock. Y también sintió cómo su entrepierna tocaba el cuerpo de la rubia—

Las chicas, ya de pie, miraban a otro lado muy sonrojadas.

Todas: No pasa nada, Ash. Fue un accidente. —dijeron rojas como un tomate— (¡Ash me tocó!)

Margaret: (Sentí todo su pene en mi cuerpo, se sentía grande y duro... Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa) —pensaba muy sonrojada—

Ash: (Se sentía todo tan suave... No, no... No pienses en eso, Ash) —muy sonrojado— Iré a cocinar algo. —tratando de calmar la incomodidad en el ambiente—

Todas: Bien. —sonrojadas, sin ver al azabache—

El azabache se va a la cocina a preparar algo de comer.

Ash: (Eso fue muy incómodo, todo fue mi culpa por haberlas asustado, de seguro pensarán que soy un pervertido. Las invito a mi casa y pasa esto, quizá ya no sean mis fans) —pensaba triste mientras cocinaba—

Con las chicas...

Todas estaban sentadas en el sillón calladas y con un sonrojo muy notable en sus rostros.

Nami: (Sentí cómo mis pechos tocaban su cara, ay que vergüenza) —pensaba muy sonrojada—

Nico Robin: (Me tocó los pechos, aunque no fue a propósito. Aunque se sintió bien) —pensaba sonrojada—

Boa Hancock: (Me tocó el trasero. Tengo que admitir que me gustó, aunque fuese un accidente) —pensaba sonrojada—

Margaret: (Todo su pene... Tocó mi cuerpo... Grande y duro... Rozó mi intimidad... ¡Qué vergüenza!) —pensaba roja como un tomate—

Continuará...