Capítulo XX

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Me he quedado dormido apoyado en el hombro de Allison, la miro y ella me sonríe. Tiffany va sentada en el asiento del copiloto y mantiene una conversación con Sebas.
—¿De qué hablan? -murmuro y me incorporo en el asiento.
—De videojuegos -sonríe Allison.
Pongo los ojos en blanco, me acerco a la ventana y me quedo observando el paisaje. Estamos pasando por un gran puente interminable por encima de un mar cristalino de un azul claro.
—¡Pero que dices! -exclama Tiffany—. Entiendo que los battle royale están teniendo muchísimo éxito estos años pero donde prefiero un gran juego con una gran historia.
—¿Cómo cuál?
—<<The Last of Us>> -le responde Allison.
—Touché -murmura Sebas y la mira sorprendido—. La gran Allison Mars, conocida por sus sobresalientes en todas las asignaturas, resulta que le gustan los videojuegos, increíble -Sebas no puede dejar de sonreír.
—De hecho, estoy con Tiffany, una gran historia es y es lo que nos motiva a los jugadores, al menos es mi opinión.
—Está bien, está bien, me rindo -se ríe Sebas—. Es imposible ganaros, sois dos contra dos.
—¿Y tú, Troy, que opinas? -Tiffany se gira sobre el asiento y me mira con curiosidad.
—Soy de videojuegos de RPG -murmuro nervioso—. También juego al <<League of Legends>>.
—Tengo una amiga que se enamoraría completamente de ti, solo por eso -sonríe Tiffany.
—¡Por fin! -exclama Sebas.
Una enorme edificio se muestra a la derecha de la carretera, parece una cafetería.
—Después de tres horas encontramos una -susurra Tiffany.
Sebas aparca el coche no muy lejos de la entrada. Caminamos hasta la cafetería, Allison y Tiffany se van al baño. Sebas y yo nos acercamos a la barra y pedimos cuatro cafés con leche y cuatro tostadas con mantequilla y mermelada. La camarera nos sonríe y nos dice que nos lo llevará a nuestra mesa.
Sebas y yo caminamos hasta una mesa cerca de un ventanal enorme. Los asientos son de cuero y de un rojo oscuro, parecen sacados de las cafeterías americanas. Sebas se levanta para ayudar a la camarera a traer las cosas.
—Muchas gracias -sonríe ella con timidez.
Tiffany y Allison vienen riéndose entre ellas, jamás pensé que acabaríamos en esta aventura con Tiffany.
—Tostadas -susurra Allison y se relame los labios.
La camarera trae un pequeño bol de metal con diferentes tipos de mermelada.
—Ahora no voy a saber cual elegir -murmura Tiffany indecisa.
—La de frambuesa está deliciosa -le responde la camarera con una sonrisa.
—Yo soy demasiado tradicional -murmura Sebas bromeando y coge mermelada de fresa.
—Yo de melocotón -dice Allison con una tono de voz infantil.
—Venga Tiffany, nosotros la de frambuesa.
—Por supuesto -sonríe ella.
La mermelada tal y como dijo la camarera está deliciosa, me atrevería a decir que es la mejor de todas las mermeladas que existen. Después de desayunar, mientras Allison y Tiffany esperan para pagar en la barra, Sebas se dirige a la pequeña gasolinera al lado de la cafetería, yo camino hacia al baño cuando algo me llama la atención. Me acerco a un puesto de souvenirs que hay en la esquina, la señora me mira con desconfianza. Miro las postales y los llaveros fingiendo que voy a comprar alguno cuando me doy cuenta, de que cada llavero está puesto en columna, y cada inicial con la siguiente crea un mensaje. Miro los llaveros hasta leer todo el mensaje.
—He estado aquí, T -mascullo.
Inmediatamente esbozo una sonrisa, ha tenido que ser Tarek, le encantan los acertijos.
—¿No encuentras tú nombre querido? -me dice la mujer que parece que está cansada de que solo mire.
—Me temo que no -murmuro y esbozo una sonrisa antes de irme.
Cuando me reagrupo con los demás no le cuento nada del mensaje secreto, ni yo mismo estoy seguro de que sea verdad, tal vez, solo haya sido una coincidencia absurda.
—¿Preparados para continuar nuestro viaje? -sonríe Sebas mientras abre el coche.
—¿Hacia dónde vamos ahora? -dice Allison subiéndose al coche.
—Según el recorrido que hay marcado nos toca ir hacia un pueblecito -murmura y guarda silencio de repente—. Qué raro -musita.
—¿Qué pasa? -me acerco nervioso.
—El ordenador marca otro recorrido.
—Imposible -susurra Sebas y coge el ordenador.
—¿Me dejas el teléfono? -murmura Allison y Tiffany se lo entrega con una sonrisa encantadora.
Miro a Sebas y tardo menos de un minuto en dejar de observarle, básicamente porque no entiendo nada de lo que está haciendo así que me canso en seguida.
—He encontrado algo en las notas -murmura Allison extrañada—. Pero están bloqueadas.
—En el ordenador pasa lo mismo -añade Sebas.
—¿Qué dice el título de las notas? -pregunta Tiffany intrigada.
—Son diez pistas ordenadas -responde Sebas.
—Troy, ¿alguna idea de cuál puede ser la contraseña de la pista uno? -me mira Allison.
—No sé -me paro a pensar unos segundos—. Prueba con Tobey -susurro, es el nombre del mensaje de los llaveros en la cafetería.
—¿Tobey? -murmuran Sebas y Allison al unísono.
—No le busquéis el sentido lógico, probadlo y ya está -dice Tiffany nerviosa.
Tanto la pista del ordenador como la del teléfono se desbloquean, Sebas y Allison se quedan boquiabiertos.
—¿Cómo sabías que era Tobey? -Allison me mira incrédula.
—Una corazonada -susurro.
—¿Qué dicen las pistas? -Tiffany se inclina hacia Sebas intentando ver lo que pone en la nota.
—En la del móvil habla sobre un pueblo de cuyo nombre no quiere acordarse -Allison pone los ojos en blanco.
—Y la pista del ordenador habla del Edén -susurra Sebas completamente desconcertado.
—¿Por qué Tarek escribiría como pista algo de la biblia? -Tiffany nos mira extrañada.
—Tal vez, no sea la biblia -murmuro.
Me inclino y cojo el ordenador y el teléfono, abro el mapa y observo su diferente recorrido durante unos segundos.
—Eso ya lo he hecho yo -murmura Tiffany.
Hago click en el mapa para aumentarlo, tanto en el móvil como en el ordenador y entonces lo veo.
—Hay que ir al pueblo -sonrío.
—¿Cómo estás tan seguro? -me mira Sebas desconcertado.
Cierro el mapa y busco el pueblo en el ordenador y se lo enseño.
—El increíble encanto de este pueblo y su nuevo pub, Edén, os harán pasar los mejores días de vuestras vidas -lee Allison.
—Eres un genio -murmura Tiffany—. Pero no entiendo la pista de cuyo nombre no quiero acordarme.
—En los mapas que tenemos, el pueblo viene sin nombre, como sino existiera.
—Pues ya sabemos donde tenemos que ir -sonríe Allison.
—Vayamos hacia ninguna parte -bromea Sebas y sale del aparcamiento en dirección al pueblo sin nombre.

Dime Que Me QuieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora