Capítulo 2

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Tras la parada para el almuerzo, el ambiente en el coche se había relajado, las únicas que quedaban despiertas eran Luisita, que era la encargada de conducir, y Maca, que ocupaba el asiento de copiloto intentando no quedarse dormida, no había nada peor que el sol en la cara después de llenar el estómago. Las otras cuatro restantes ocupaban los asientos traseros del vehículo por parejas. 

- Yo creo que Ainhoa se fue ayer de fiesta con estas - hablo Luisita impidiendo que su amiga cayera en los brazos de Morfeo - lo que pasa que no se puso en la foto para que no me subiera la tensión por lo de que traía el coche. 

- ¿Pero qué dices, Luisi? - le respondió carcajeando

- Hombre, ¿tu has visto las ojeras que me traía esta mañana? Y tenía cara de resaca - Maca niega con la cabeza ante las ideas de su amiga - Maca, por dios que ha llegado tarde con lo puntual que es Ainhoa, que tiene puntualidad vasca - el comentario desató la risa de la copiloto - y poco se habla de la música que nos ha puesto todo el rato que ha estado conduciendo, con muy poco ruido. 

- No creo - contestó cuando pudo calmar su risa - Ainhoa hace mucho tiempo que ya no le gusta salir a desfasar como a estas, además no suele mentir con cosas relativas al niño - Luisita asintió tras un tiempo pensándolo - y todas sabemos que Hugo es un capullo con ella, que desde que se separaron ha intentado hacerle la vida imposible y que nunca le ha gustado nuestro viaje a Zahara. 

- Eso es verdad, - cedió la rubia - pero ... - Maca rodó los ojos ante la insistencia de su amiga - ¿por qué ninguna de las tres ha insultado a Hugo cuando has explicado porque Ainhoa llegaba tarde? Esas aprovechan cualquier metedura de pata para matarlo. 

- Tú tampoco lo has hecho - le rebatió - además si hubiera salido con ellas, Luz no la hubiese dejado volverse a casa sola se habría quedado con ella o Ainhoa en el piso de ellas 

- Eso es verdad - suspiró resignada - mirala - señaló con sus cejas hacia el retrovisor -  si la va a estrujar. 

Maca se giró para mirar a sus amigas, mientras que Pepa y Mapi se habían estirado cada una hacia lados contrarios cruzando sus piernas para no chocarse y apoyando su cabeza sobre la ventanilla en la parte más trasera del vehículo, poniendo en riesgo su cuello. Ainhoa dormía con Luz encima de ella rodeándola y con su cabecita apoyada sobre el pecho de la vasca, desde fuera ofrecían una imagen de lo más tierna. 

- Madre mía - Maca se gira sonriendo mientras niega con la cabeza - yo no se como se aguantan

- No, si aguantarse se aguantan muy bien - ríe Luisita y la acompaña Maca

- Sabes a lo que me refiero 

- Todas lo sabemos, menos ellas - Luisi volvió a mirar a sus amigas, a través del espejo retrovisor - Encima Luz ahora está perdiendo el tiempo con el Ramón Fernando ese...  

- Se llama Gaspar Paolo, Luisi - la corrige Maca 

- Qué más da, que da lo mismo - le quita importancia con la mano - yo te digo a ti, que mi Ainhoa le echa coño y aquí no hay ni Ramón Fernando ni Gaspar Paolo vamos. 

- No se eh - Luisi miró a su amiga con la ceja alzada - la otra noche estuvimos comiendo con ellos Esther y yo, y no se, se les veía bien. 

- Venga ya Maca, venga ya - suelta un momento las manos del volante haciendo aspavientos - que la niña lleva toda la vida enchochada de la pelirroja y viceversa, lo que pasa que tienen tanto miedo de joder lo que tienen como amigas que son incapaces de dar el paso. 

- Hay gente que parece que están destinada simplemente a no ser - Maca suspiró volviendo su vista hacia el paisaje 

- Eso es una chorrada - le contestó indignada - ya te digo yo que si hubiera alguien que me removiera entera por dentro nada más verlo haría de todo por estar con ella o él. 

MariliendresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora