Prólogo

705 21 26
                                    

Ashley echó la cabeza hacia atrás, arqueando la espalda de placer cuando aquel moreno de ojazos verdes comenzó a embestirla contra la pared del baño, levantando la tela de su vestido para poder penetrarla sin problemas. 

Su vestido color rosa palo se encontraba arrugado a la altura de su vientre, sujetado por la mano izquierda del chico, mientras que su mano libre recorría los muslos de ella.

Ashley se tensó al instante cuando notó los dedos del muchacho pasearse por su piel desnuda, rozando una zona tan sensible para ella que un sollozo emergió de sus labios.

"¿Qué pasa?" el moreno le besó el cuello, su voz no denotaba preocupación ninguna. Sus embestidas seguían, pero a ella habían dejado de producirle placer.

Sabía que tan sólo le había preguntado por educación, él tan sólo quería lo que quería, un orgasmo.

"N-no me toques ahí, Jonah" pidió ella débilmente, notando su fibra sensible jugarle una mala pasada cuando los recuerdos de esa maldita cicatriz volvieron a su mente ""Por favor"

El tono de voz débil de la chica y su mirada de completo miedo no conmovieron al muchacho en lo más mínimo. Tan sólo frunció el ceño, sin ni siquiera apartar la mano de su cuerpo.

"Vamos, Ash, no empieces con los lloriqueos" pidió él, paseando su mano por los muslos de la chica y llegando hasta la zona de su sexo "Tan sólo es una herida" murmuró el chico sin darle más importancia "No entiendo por qué te importa tanto"

Ashley sintió la rabia y la humillación recorrerle las venas al oír al muchacho hablar de aquel tema como si nada. Cuando él se dispuso a volver a embestirla de nuevo, esta vez con caricias en los muslos, ella sintió asco.

Asco ante aquel hombre que pensaba que era un buen amigo, alguien con quien, además de disfrutar del sexo, podía hablar de su pasado y sus miedos sin tapujos, o sin el temor de ser juzgada.

Se equivocaba. Jonah no era diferente al resto.

Avergonzada, Ashley apartó al chico dándole un empujón en el pecho. Se subió la ropa interior con tanta prisa que se arañó los muslos, y se bajó la falda del vestido.

"No, nena, no te cabrees" le murmuró el chico, tratando de agarrarla por el brazo pero ella lo esquivó "Ashley, vamos..."

Ni siquiera quiso mirar a la cara al moreno cuando. Haciendo esfuerzos por controlarse, salió del baño de aquel pub con la visión borrosa.

Jonah la llamó a sus espaldas, pero ella sabía que a él no le importaba una mierda haberle jodido la noche con sus comentarios groseros y desinteresados. Él tan sólo quería acabar lo que habían dejado a medias.

Tan sólo quería el orgasmo, no a ella.

Ashley se puso su chaqueta de jean con prisa, y prácticamente corrió para llegar a la puerta del pub. Salió a la calle, el aire frío como el hielo le golpeó en todo el cuerpo, pero no le molestó.

Necesitaba aire. Miró hacia el cielo y trató de contar hasta diez, respirando lo más lento que pudo. Trató de calmarse porque lo último que quería era acabar llorando allí mismo.

Se frotó los brazos y miró hacia la calle. Estaba vacía. Era de noche y tenía que ir hasta su casa andando, sola.

No vivía en una mala zona, pero le hubiera gustado tener a alguien que la acompañara hasta casa, que la ayudara a sentirse segura. No tenía a nadie.

Después de haber presenciado aquel feo gesto de Jonah, se dio cuenta de lo falsa que era la imagen que ella tenía de él. Jonah jamás había querido ser su amigo.

A Jonah le interesaba la oportunidad de acostarse con ella, de presenciar con sus propios ojos todas las cosas que, según sus amigos, ella sabía hacer en la cama.

Si, Ashley era muy conocida por todos. Conocida por cosas...bueno, digamos, sexuales. Todos los hombres ansiaban acostarse con ella, y todas las mujeres querían acercarse a ella para ser consideradas amigas de aquella chica popular del instituto.

Pero, a pesar de tener a tanta gente a su alrededor, Ashley se sintió jodidamente sola en aquel momento.

Porque todos querían algo de ella. Pero nadie la quería a ella.

Used to  ~Jb~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora