Aquel viernes por la tarde, mientras se terminaba de dar una ducha y se predisponía a comenzar a prepararse para la fiesta, Ash se dio cuenta de que se encontraba nerviosa.
Iba a ir con Justin a la fiesta, dejando claro a todo el mundo que ellos dos eran algo. Era algo que la emocionaba, sí, pero la hacía sentirse vulnerable al mismo tiempo.
¿Y si Justin se arrepentía de aquello? ¿Y si se pasaba toda la fiesta ignorándola para que nadie supiera que ellos dos tenían algo?
Ash salió de la ducha, tratando de evadir esos pensamientos que azotaban su mente. Se trataba de Justin, no de un tipo cualquiera.
Sabía bien que él jamás haría nada parecido.
Salió del baño de su habitación y se encaminó hacia el armario para sacar aquel disfraz que había conseguido Online dos días atrás. Sacó el vestido blanco, que era más bien un corpiño con un poco de tela mullida en la parte superior de los muslos para tapar sus intimidades.
Sacó también los calcetines blancos y largos, casi hasta las rodillas, y los tacones del mismo color que el resto de su vestimenta, con una plataforma de diez centímetros.
Trató de ponerse el corpiño por ella misma, pero al ver que era imposible, llamó algo avergonzada a Syra, quien entró por la puerta de la habitación casi enseguida.
"Joder, Ashley" sonrió la irlandesa al verla, observando la vestimenta de la joven, y reparando en las trenzas que Ash se había hecho a cada lado de la cabeza, y atado con unas gomas rojas con flores enormes "Creo que vas a ser la Annabelle más guapa de la fiesta. Y de la tierra, si cabe"
Ash le sonrió con timidez, y le pidió que la ayudara a abrocharse el corpiño, lo cual Syra hizo sin problema, atándolo con fuerza hasta que la joven casi no pudo respirar.
Aún así, no se quejó. No era la primera vez que llevaba ese tipo de prendas, y ya se había acostumbrado.
Syra y ella se quedaron parloteando en la habitación mientras Ash se sentaba frente a su mesa y comenzaba a maquillarse. Se echó una buena cantidad de base por todo el rostro, seguido de polvos, e iluminador.
Usó un contorno oscuro para repasar los contornos de su rostro para recrear las famosas líneas que la muñeca tenía sobre la cara. Se maquilló los ojos a conciencia para que parecieran más grandes.
"Pareces una muñeca de verdad" le comentó Syra, quien la observaba desde la cama.
Ash sonrió mientras sacaba unos lentes de contacto azules de un cajón de la mesa. Con algo de cuidado, se los puso, no sin antes sentir el típico escozor que sentía cuando se ponía lentes de contacto.
Se pintó los labios de un llamativo color rojo, y por último se aplicó un rubor también rojo para darle un color exagerado a sus mejillas.
Se miró al espejo y no pudo evitar sonreír. El resultado no sólo era tremendamente parecido al de la verdadera Annabelle, sino que además se sentía bien con él, porque había conseguido darle un toque sofisticado y moderno.
"¿Cómo me veo?" le preguntó a Syra, dándose la vuelta para mirarla.
La irlandesa se levantó de la cama y se dirigió hacia Ash. Le pasó un brazo por los hombros y la hizo darse la vuelta de nuevo para volver a mirarse en el espejo.
"Perfecta" le dijo, observando el reflejo de ambas.
Bajaron al piso de abajo, y tras varias bromas y comentarios más, Ash se despidió de Syra cuando oyó el claxon del taxi que había pedido esperándola afuera.
Salió de casa con ganas de llegar a la fiesta, de ver a Justin, de pasar la noche con él.
Y se montó en el taxi sin saber todo lo que la esperaba aquella noche.
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Used to ~Jb~ (Terminada)
FanfictionNunca hubiera imaginado que te fijarías en alguien como yo. Tú podrías tener a cualquier chico que quisieras al alcance de tu mano, ¿por qué me elegiste a mí, Ashley?
