Las cartas sobre la mesa

402 29 0
                                    

"Ey Shini-chan, ¿A donde vamos?" "Ya lo veras Waka" Aquella noche Shinichiro se propuso darle una sorpresa a su mejor amigo, bueno...Su crush más bien, esos dos se querían prácticamente desde que el mayor de los Sano consiguió calmarlos, tanto al peli blanco como a Benkei. Esos dos se llevaron siempre mal, ni siquiera ellos mismo entendían como se juntaron cuando aquel pelinegro aparecio.

"Llegamos Waka" Estaban en frente del mar, era de noche pero el reflejo de la luna y las estrellas en el agua lo hacían precioso, el peli blanco no sabia que hacer o como actuar, ese lugar era realmente hermoso. "Te traje aquí porque quería decirte una cosa importante...Puede que hagas lo mismo que las demás pero...Debo arriesgarme si quiero asegurarme" Wakasa estaba expectante, no habló, solo miró como con la tenue luz de una farola cercana se podía notar que las mejillas del más alto poco a poco se teñían de rojo.

Sus ojos color purpura se iluminaban como estrellas, todo le habia dado igual al leopardo blanco, pero esto, si era lo que él creía, era el momento que llevaba esperando toda su vida.
Había soñado con aquel momento durante mucho tiempo, siempre despertando del bello sueño justo en el momento donde se besaban, le daba vergüenza admitirlo, pero ese sueño era el más común y el que más le gustaba.

Shinichiro miro a los ojos al contrario y procedió a decirle aquello que llevaba años escondiendo "Umm Wakasa, quería decirte que, que, que..." Le costaba un montón decirlo y más la idea de que pudieran llegar a rechazarlo, como siempre, pero debía al menos intentarlo. "!Me gustas y mucho y quería saber si quieres ser mi novio!" El azabache estaba totalmente rojo al igual que Imaushi quien no sabía que decir hasta que vio al contrario bajar la cabeza como si hubiera perdido y ahí reaccionó. "SI...Digo si, si querría ser tú novio, Shin-chan" A Shinichiro se le iluminaron los ojos e inmediatamente levanto la cabeza para seguido abrazar al peli blanco y levantarlo del suelo mientras daba una vuelta sobre sus propios pies. Estaba realmente feliz, no lo podía creer aún, era cierto se había confesado y lo habían aceptado.
"O-oye Shini estamos en publico" Wakasa estaba feliz pero seguían en la calle, cualquiera podía verlos y su sonrojo y vergüenza eran notorios a kilómetros.
"Ah sisi, perdón lindo, vamos a casa que es tarde" "Está bien" Caminaron agarrados de la mano y hablando sobre cualquier cosa, estaban en su burbuja de amor y magia, no querían que nada destruyera el momento.
Al llegar a la casa de Shinichiro, este ofreció al ojimorado llevarlo en su moto a lo que el peli blanco acepto encantado.
Al llegar se despidieron y el azabache aprovecho para besarlo con dulzura pero intensidad, algo que Imaushi no rechazo. Pasaron todo lo que pudieron besándose, la falta de aire los hizo separarse, aún conectados por un fino hilo de saliva.
Shinichiro se despidió y se fue.
Wakasa mientras tanto entró en su casa totalmente sonrojado, una sonrisa se formó en sus labios. "Ojalá esto nunca acabe y nos quedemos juntos...Shini..."

Pasaron los días, los meses, los años...Y ellos seguían tan enamorados como la primera vez que aceptaron sus sentimientos por el otro. Pasaban casi todas las tardes juntos, hacían muchas cosas juntos y eran prácticamente inseparables...
Pero toda felicidad viene con su tristeza y como dicen en las bodas, juntos hasta que la muerte nos separe.
Ninguno de los dos esperaba que tras tantos años juntos los separará la mismísima muerte...Ese día un amigo del hermano menor de Shinichiro, acabo con la vida del azabache.
Wakasa no podía creerlo, al llegar a la casa de los Sano para ver a Shinichiro, el abuelo de este le dio la noticia.
No volvió a salir a menos que fuera totalmente necesario, sus ojos perdieron aquel brillo que solían tener desde que conoció al mayor, sus días se volvieron simplemente eso, días los cuales detestaba.

Las simples necesidades como eran el comer o el hidratarse, se volvieron algo lejano para el peli blanco, comía solo cuando Takeomi y Benkei lo obligaban y bebía agua solo porque la muerte por desidratacion le parecía muy dolorosa.
Los días pasaban, al igual que las largas noches de llanto y desamor.

Por favor...No puedes irte todavía. (𝑷𝒂𝒓𝒂𝒅𝒂 𝑷𝒐𝒓 𝑬𝒍 𝑴𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora