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Luego de recorrer dos bosques y dejando atrás el sendero por el que Jimin y sus samoyedos transitaban, llegaron a la aldea de Trueno y su manada

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Luego de recorrer dos bosques y dejando atrás el sendero por el que Jimin y sus samoyedos transitaban, llegaron a la aldea de Trueno y su manada.
Atravesaron la empalizada que oficia de muralla, y tras de sí se cerraron las enormes puertas que sellan la entrada.

Ingresaron a un amplio espacio que cumple rol de recibidor, donde una enorme chimenea arroja fluidos de calor a los recién llegados.

En el acto, los lobos que acompañaban a Trueno cambiaron de forma y desnudos, con total naturalidad, se dirigieron al costado del salón donde se encontraba una especie de vestidor en el que colgaban sus vestimentas.

Trueno no cambió de forma y le pidió a Jimin que tampoco lo hiciera.

—Necesito que continúes con tu forma animal, por favor, acompáñame.

Trueno y Jimin caminaron hasta una pequeña y cálida vivienda. Cerca del fuego y de espaldas a ellos se encontraba un animal de lomo negro y Jimin supuso que era otro lobo. Al escucharlos llegar, éste giró y se encaminó para posicionarse frente al híbrido.

El husky siberiano inclinó la cabeza de un lado al otro y admiró en todo su esplendor al enorme ejemplar frente a sí.

Éste caminó alrededor de Jimin para observarlo de cerca y se aproximó para olfatearlo.

—¿Dónde lo encontraste? -Le preguntó a Trueno.

—En la unión de los ríos de escarchas.

—¿Solo?

—No, con cinco mascotas...

Jimin retrocedió dos pasos y miró a Trueno con desagrado...

—¿Perdón? ¿Cómo te atreves llamar mascotas a mi jauría rusa?

—¡Epa, habla!... —comentó irónicamente el amigo de Trueno— ¡Y tiene carácter!

—Sí —El lobo sonrió— tiene carácter.

—No siento su olor.

—Huele a caramelo...

—¿Pueden, por favor, dejar de hablar de mí como si no estuviera? Es de pésima educación.

El can se acercó a Jimin y lo miró fijo.

—Nunca vi un alaskan de color marrón.

—¿Marrón? ¿Tienes problemas para distinguir colores? Marrón es el barro ¡Yo soy rojo!
Y nunca has visto un alaskan de mi color, porque no lo soy.

El "fulano" abrió grandes sus ojos.

—¿Qué raza eres?

Jimin levantó su cabeza e irguió su pecho.

—Soy un Husky Siberiano manto rojo. Mi trufa rosada debería haberte advertido que no soy como tú².

—¿Tu trufa? —El animal acercó su cara a la de Jimin para observar de cerca su hocico— Es verdad, tu trufa es rosada, qué bonita.

Niño RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora