Sirius (por teléfono): ¿911?
Remus: Sirius, son las tres de la mañana.
Sirius: 911, tengo manos de cuchillos.
Remus: ¿Eh?
Sirius: Miré hacia abajo y mis manos eran cuchillos.
Remus: ¿Tus manos eran cuchillos?
Sirius: Sip.
Remus: ¿Puedes soltar los cuchillos?
Sirius: No, están en mis manos.
Remus: Ok... ¿Dónde estás?
Sirius: No quiero que mis manos sean cuchillos.
Sirius: No podré acariciar perritos.
Sirius: No podré chocar los cinco.
Remus: Está bien, deberías calmarte.
Sirius: ¿Qué se supone que haga? ¿Tendré que convertirme en un chef? ¿Cortando cosas por el resto de mi vida?
Sirius: ¡No quiero ser un chef!
Remus: Pads, ¿Cómo hiciste para llamarme?
Sirius: Uh... ¿Con un teléfono?
Remus: Ajá, ¿Y como escribiste mi número?
Sirius: ¿Con mis dedos?
Remus: ¿Y donde están tus dedos?
Sirius: ¿En mis manos?... Oh, por Merlín ¡Mis manos están de vuelta! Muchísimas gracias ¡Por Merlín, yo amo estas manos!
Sirius: Te llamas Sharon, ¿verdad?
Remus:... no.
Sirius: Oh, Sharon, eres un ángel.
Remus: No lo soy.
Sirius: Eso es lo que un ángel diría.
Sirius: Gracias, Sharon.
Remus: No fue nada.