La luz del sol se colaba entre las cortinas del cuarto de Izuku. Empezó a levantarse poco a poco de su cama, restregando sus ojos los cuales estaban hinchados de tanto llorar. Saco de su closet el traje de Maid que usaba para limpiar la mansión, colocándoselo rápidamente y saliendo del cuarto para comenzar con sus labores.
—¡Buenos días Ochako!—Saludo el peliverde a su amiga, quien con una mirada preocupada le respondió.
—¡Izuku! Oh por dios, ¡tus brazos!—Se acercó al menor, agarrando suavemente los frágiles brazos del chico con temor.—Fue la señorita Camie, ¡¿o es así?! ¡Esa mujer!—
—¡¿Qué?! ¡No! No fue ella, yo solo...—Mordió su labio inferior con nerviosismo, mirando para otro lado.— M-Me caí de las escaleras y mis brazos amortiguaron el golpe, eso es todo.—Otra mentira. Siempre que alguien se daba cuenta de sus golpes y heridas, tenía que mentir cobre lo que le paso. Camie lo había amenazado de muerte si le contaba sobre esto a alguien... Su vida corría peligro.
—Buenos días, jóvenes, ¿están listos para traba—No termino su oración al notar los brazos cubiertos de vendas de Izuku. Se quedó sorprendido, pero como siempre, aclaró su garganta y mantuvo la compostura.—Izuku, ¿qué te sucedió?—
—Dice que se cayó de las escaleras y sus brazos amortiguaron el golpe, Iida.—Dijo la pelicastaña no muy convencida. Desde la vez que escucho como Camie le gritaba al chico, sabía que esa mujer no pararía. ¿Pero qué podía hacer una simple sirviente como ella? ¿Denunciarla? Una mujer de clase baja y opinión humilde jamás sería tomada en cuenta, ella lo sabía.
—S-Sí, sí... Eso pasó—En sus labios una sonrisa falsa se formuló, hablando de nuevo—Pero bueno, ya tenemos que empezar a trabajar. Falta una semana para que el señor Bakugo regrese, y no queremos que él encuentre la casa hecha un desastre, ¿verdad?—
No habían palabras que describieran el sentimiento que sentía al decir aquel nombre.
—Tienes razón, pero sé más cuidadoso o te seguirás lastimando.—El mayor de los tres se acomodó el traje de mayordomo, sacudiéndose el poco polvo que se hacía presente en su hombro—Saldré a hacer la compra, ¿alguno de ustedes quiere acompañarme?—
—Yo iré, aprovecharé para comprar unas cosas para hacer la limpieza del primer piso— La mujer agarro a Iida del hombro, empezando a caminar hacia la salida no sin antes girarse a ver al chico.—¿Vienes, Izuku?—
—Ah, N-No gracias, tengo que lavar la ropa antes de que la señorita Camie llegue.—Contesto con falsa tranquilidad.
—Oh... De acuerdo, Regresamos pronto—La mujer suspiro, formando en sus labios un inaudible "Cuídate" no sin antes salir con el hombre de cabello azul.
Aquel inaudible "cuídate" le mando un escalofrío, su piel tornándose un poco más pálida de lo habitual. Izuku subió, aterrado ante la idea de que su mejor amiga supiese del maltrato que sufría. Camie lo había amenazado a muerte. Esa mujer no se encontraba bien mentalmente, sabía eso perfectamente desde que el señor Bakugo se fue.
Decidió olvidarse de todo, empezando a hacer las labores de la casa. Todoroki y Tsuyu se encontraban preparando el desayuno, hablando felizmente sobre sus parejas y comentando lo mucho que las amaban. Se veían muy felices, más de lo normal, por lo cual decidió no entrometerse y empezar a lavar la ropa. Una media hora había pasado y no se escuchaban ruidos. La noche anterior, Camie se escapó en brazos de dios sabe que hombre, por lo que era un día muy tranquilo sin gritos ni abusos.
El sonido del timbre se hizo presente en la paz y tranquilidad que estaba experimentando Izuku, asustándolo al pensar que la rubia teñida llegaba a casa. Bajo lo más rápido que pudo, abriendo la puerta sin notar quien estaba verdaderamente enfrente de ella, dando una reverencia con sus ojos clavados en el piso.
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"𝑫𝒖𝒍𝒄𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂"
Fanfiction"𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐂𝐚𝐦𝐢𝐞 𝐦𝐚𝐥𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨 𝐚 𝐈𝐳𝐮𝐤𝐮 𝐲 𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞 𝐬𝐮 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚"