Nuevo trato

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—Entonces...

—¿No eres muy joven para ser maestra? —Sofía entreabrió los labios, sin saber qué responder exactamente. El director la miraba con un semblante serio.— En fin, te llamaremos.

Ella asintió y se de le retiró de la oficina. Ese "te llamaremos" le sonaba de lo más indeciso, seguro que no lo harían.

O eso creía, pues un par de días después la llamaron.

Se sentía algo nerviosa, jamás había sido profesora, no tenía la experiencia, ni siquiera se sabía expresar del todo bien, pero ahí estaba, alistándose para su primer día siendo maestra de arte. Hasta pensarlo era extraño.

—Por favor, que todo salga bien, que salga todo bien... —murmuró justo antes de salir de su apartamento. 

Estaba a unos pasos del ascensor, pero se detuvo cuando escuchó ciertos gritos que provenían del apartamento de Robbie. Se asustó, pensando que podría estar pasándole algo malo, entonces sin dudar corrió a tocar su puerta.

—¡Robbie! ¡¿Está todo bien?!

De la nada, los ruidos se detuvieron y un rato después un nervioso Robbie abrió la puerta.

—Sofíaaaaaaaaa~ qué sorpresa... sí, está... todo muy bien por aquí... ¿y tú?

—Amm, sí, creí que... es que como escuché gritos pensé que ocurría algo, me asusté... —la chica se extrañó, algo en él le hacía pensar que sucedía algo más.

Robbie le sonrió aunque aquello parecía más una mueca— Sí, bueno, eh... ah, fue la televisión, me gusta ver televisión a todo volumen, sí...

—Ah, ya veo... —la chica notaba la conducta nerviosa de su vecino, aunque por otro lado, él siempre estaba nervioso, así que no era del todo raro— qué alivio... —observó la hora en su teléfono— creo que me tengo que ir, no quiero llegar tarde a mi primer día...

—¿Primer día? —Robbie preguntó interesado moviéndose extrañamente como si intentase ocultar algo tras suyo, pero ella ni lo notó.

—¡Sí! Seré maestra de arte, quisiera seguir contándote, pero voy algo atrasada, perdóname, te prometo que te termino de contar en la noche, ¿sí?

—¿En la noche? —preguntó Robbie, hasta los ojos le comenzaban a brillar.

—Sí, ¿tienes planes? 

—E-eh, a... sí, digo, no, no, no...

Ella le regaló esa sonrisa de siempre para luego darle un beso en la mejilla y salir corriendo mientras gritaba:— ¡A las 8 en mi apartamento!

Robbie, como siempre, se quedó viéndola con una sonrisa enamorada hasta que ella se fue. 

Es que ella era tan...

—Oye, tarado —un enfadado Ashtray que había estado todo este tiempo tras la puerta, interrumpió sus pensamientos y guardó el arma con la que había estado presionando a Robbie para que no soltara ninguna idiotez— ¿te traigo un babero?

—Ya, perdón —Robbie, como niño regañado, cerró la puerta tras él y arrastrando sus pantuflas de conejo, fue a sentarse en el sillón. 

Esta vez Ash había venido solo, pues el motivo por el que había ido era mucho más reservado que el anterior.

—¿Entonces? 

—Pues, no sé qué es peor, seguir a alguien o vender drogas... —Robbie soltó y Ashtray viró los ojos.

—No vas a seguir a nadie, solo te vas a acercar un poco para saber más de ella.

—¿Ella? —Robbie se sorprendió y extrañó a la vez. Conocía a su dealer de mucho tiempo, claramente no eran muy amigos, pero sí lo suficientemente cercanos como para saber que jamás lo había visto con una chica o siquiera interesado en alguna— ¿es una chica?

Ashtray tragó grueso y se quedo en silencio. Entonces Robbie abrió la boca en una O gigante.

—¡¿Quieres que siga a la chica que te gusta?! —gritó en un momento, haciendo sobresaltar al otro.

—¡Cállate, imbécil! Y ush, no, no es la... chica que me gusta, solo es una chica y ya.

—¿Osea que si te gusta una chica, pero no es la chica que voy a seguir?

—Es exactamente lo que dije, idiota. —dijo Ash dando un fuerte golpe a la mesa de la sala comenzando a perder la paciencia. El flacucho se calló. Todo quedó en silencio por unos segundos.

—Entonces... ¿te gusta o no?

—Mierda, Robbie, ya cierra la boca. —resopló, el otro se quiso burlar, pero quería continuar vivo, así que prefirió no hacerlo.— ¿Aceptas o no?

—Si dices que solo es acercarme... Acepto cambiar el trato. —Ashtray sonrió para sus adentros. Estrechó su mano con la de Robbie antes de levantarse del sofá y tomó su mochila.

—Solo vine por la mercadería y el trato, me voy. Y ya sabes —se volteó a señalarlo con el dedo— No hables de esto, con nadie, ni Bunny, ni Fezco. Para cualquier otra persona, el trato sigue siendo el mismo, ¿entiendes? 

Robbie asintió y justo cuando Ashtray estaba por cerrar la puerta gritó:— ¡Pero que quede claro que NO me gusta nadie!

Robbie lo observó por última vez antes de que el chico diera un portazo.

—Ya se enamoró, crecen tan rápido...

Rió antes de encender la televisión, pero ahora, ¿quién sería la chica? 

Mientras tanto, Ash iba conduciendo hacia la casa. Pensando en lo que acababa de hacer. ¿Qué carajos estaba pensando? Jamás se imaginó haciendo todo aquello, por una chica que incluso desconocía. Pero ella tenía algo, y aunque Ash intentara evitarlo, no podía olvidarse de su voz

Su mente viajaba en la voz de la chica cada que podía, desconcentrándolo completamente, esta vez la había escuchado más fuerte y claro, y ahora, esa voz y ese acento, ya tenían nombre.

Sofía.

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bro creí q ayer había salido euforia pero me doy cuenta y hoy es domingo, chau matenme porfa

gracias por leer<3

amour fou ; ashtrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora