La chica de la ventana ( Adaptación Chaelisa)

Capítulo 10

Esta historia no es mía, todos los derechos a -AllysonDeVil-

Lisa no pudo resistirse. Al levantarse esa mañana solo había querido abrazar a la chica de ojos miel. Olvido el dolor que estaba sintiendo a causa de los golpes recibidos el día anterior y el hecho de que conocía a la chica desde hacía tan solo dos días. Bajó corriendo, sabiendo que ya no había nadie en casa, desayuno y con rapidez saco la vieja escalera de mano que Taeyang guardaba en el cobertizo. Procurando que nadie la viera, colocó la escalera bajo la ventana de Roseanne Park y subió.

La ventana estaba abierta, así que le fue sencillo entrar. La chica no estaba allí.

De repente escuchó la voz de un chico gritar algo sobre Rosé junto a unas tostadas. Debía de ser su hermano. Rosé había mencionado tener dos hermanos.

"Rosé" Pensó, y un suspiro escapó por sus labios. El solo hecho de pensar en ella la hacía sentir cosquillas en su estómago y unas inmensas ganas de reír.

Mientras esperaba a Rosé se tomó un tiempo para examinar el ambiente. Paredes blancas y vacías solo cubiertas por un calendario y un par de fotos de paisajes. Un escritorio bien organizado, una cama excelentemente tendida con sabanas negras, un piso completamente limpio y una mesa de noche con un montón de frascos de medicinas allí. Comparada con su habitación de paredes rosadas y repletas de fotografías, su cama desordenada y su escritorio con libros hasta el techo, el lugar era bastante aburrido. Pero Lisa no se había imaginado la habitación de Rosé de otra forma.

Lentamente Lisa se acercó al calendario.

Lunes: Diálisis
martes: Clases de piano.
miércoles: Cardiólogo.
jueves: Diálisis.
viernes: Psicólogo.
sábado: Diálisis.
Domingo: Clases de piano (Opcionales)

Lisa: Tienes una vida difícil, Roseanne Park -Suspiro. El solo hecho de leer el montón de actividades en el calendario de Rosé la había agotado.

Cuando finalmente pudo apartar su vista del calendario Lisa decidió espiar el armario de Rosé. La ropa, tal y como la habitación, estaba perfectamente organizada. Solo había ropa negra, gris, blanca, azul o marrón. Ni rosa. Ni amarillo. Ni naranja. Solo esos simples colores.

Tenía solo tres pares de zapados dentro. Dos pares eran tenis blancos, y los últimos eran zapatos de tacón alto, también negros. Parecían casi nuevos. La chica tenía también montones de sombreros, gorros y beanies, todos de los colores antes mencionados

Excepto uno.

Era un beanie morado oculto entre los otros. Lo tomó entre sus manos y lo sacó del armario procurando no desordenar los demás.

Lisa sonrió y lo colocó sobre su mano examinándolo fijamente, y fue entonces cuando lo vio.

En la parte delantera del beanie se encontraban unas palabras escritas con los diferentes colores del arcoíris. Lisa solo pudo sonreír al leerlo.

"Soy un unicornio"

Lisa: ¿Tú también?

Jamás se había sentido mejor. Sus ojos estaban iluminados y una gran sonrisa ocupaba su rostro. Lo cierto era que Lisa ya había intuido que Rosé podía ser lesbiana por lo que le había dicho el día anterior sobre sus pechos, pero ese beanie, morado y distinto a los demás, lo confirmaba.

Se preguntó por qué Rosé no se lo habría dicho antes. La respuesta llego claramente en su cabeza:

Tenía miedo.

No podía culparla. Ella también había sentido miedo al descubrirlo.

Antes de que pudiera terminar de procesar aquello escuchó unos pasos en la escalera. Asustada y pensando que podría tratarse de la madre de Rosé, Lisa cerró el armario rápidamente y se escondió bajo la cama aun con el beanie morado en la mano. Se sorprendió al encontrar una vieja patineta allí abajo junto con un viejo casco negro. Sonrió. ¿Cuántos secretos escondería la chica de la ventana?