Capítulo 42

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Roseanne Park sabía que todo lo que estaba haciendo estaba mal.

Desde la primera vez que había besado a Mark, el dueño del departamento donde se habían hospedado en Nueva York antes, durante y después de su nuevo trasplante de corazón, lo supo.

Resumiré todo lo sucedido para no aburrirlos con todo esto.

Digamos que a Sandara el hombre le parecía un buen partido para su hija mayor. Tenía dinero, era guapo, estaba disponible y, por último, pero no menos importante para la mujer, era hombre. ¡Ni en un millón de años tendría una oportunidad como esa de nuevo!

Luego del trasplante de corazón exitoso y la recuperación de su hija, la mujer decidió que era tiempo de jugar sus cartas.

La alejo de Chaeryeong y Ryujin, de Felix y Hyunjin. Incluso de Irene (Qué aun consideraba su amiga, pues no se había quedado el suficiente tiempo como para escuchar la verdadera razón por la cual se había acercado a Lisa y ella meses atrás). Cambio su número de teléfono, e incluso le prohibió hablar con Yeri luego de recibir una llamada del padre de esta. Quemo sus discos de Pink4, incluso el que Nam le había regalado en su cumpleaños, y también cualquier cosa relacionada con ellas. Le prohibió usar su cuenta fan o escuchar su música. Desecho sus gorras y beanies, sus chaquetas y sus medias largas, sus camisas a cuadros y su patineta. Tiro todo lo que podría hacerla parecer "rara".

Finalmente, la mujer comenzó a hablar con su hija y, después de varias charlas llenas de mentiras y amenazas disfrazadas, Sandara termino convenciendo a Rosé de que olvidar su "experimento" (o al menos así lo llamaba) con Lisa y comenzar una relación seria con el hombre de dinero sería la mejor opción... Al menos, era la mejor opción para Sandara Park, pero esto fue algo que la mujer prefirió omitir en aquella larga conversación.

Besarlo fue asqueroso para la chica de ojos miel la primera vez. Luego, termino adaptándose parcialmente. Sus labios eran demasiado toscos, poco suaves, y sus besos estaban llenos de rudeza. No le gustaba. Pero era lo que tenía que hacer para mantener a su madre feliz. Para detener los insultos... Y los golpes.

Porque sí. Sandara había golpeado a su hija cada vez que, durante sus crisis, gritaba el nombre de Lisa como si fuese lo único que la mantenía viva, exigiéndole que dejara de actuar como una niña idiota. La golpeaba cuándo usaba ropa poco femenina. La golpeaba cuándo lloraba todos los meses en el día que habría sido su aniversario con Lalisa Manoban. Incluso la golpeaba cuándo decía cosas que para Rosé eran frases normales pero que Sandara malinterpretaba...

Luego de "formalizar" su relación con Mark, el chico comenzó a exigir cosas a los padres de la chica como si de un producto se tratase. Ropa ajustada. Maquillaje. Predisposición.

Jungmin no estaba de acuerdo con todo esto, y sus hermanos tampoco, pero Sandara Park si, y los demás temían por la salud física de Rosé, así que se abstenían de hacer o decir cualquier cosa.

Durante esos ocho meses Rosé tuvo que acostumbrarse a ser tratada y vista como un vulgar pedazo de carne, su madre jamás haciendo nada para detenerlo.

Fue por eso que al saber que volverían a Seúl luego de tantos meses, su nuevo corazón casi se le salió del pecho. Volver a Seúl suponía alejarse de esa vida. De su tortura. Volver a ser parcialmente libre.

Como puede apreciarse, la inocencia característica en la mente de Rosé seguía allí, completamente intacta.

Librarse de aquel hombre no iba a ser tan fácil como ella pensaba.

Sandara Park, manipuladora como siempre, había logrado que Mark accediera a acompañarlos.

***

La chica de la ventana ( Adaptación Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora