CAPITULO 8

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Narra Dean

Nada más aceptar que Claudia venga con nosotros me arrepiento. No tiene experiencia ninguna en absolutamente nada relacionado con la caza y estaría mucho más a salvo en el búnker que tiene Bobby en el sótano. Aunque por otra parte, tampoco estaría mal que se fuera enterando de la cruda realidad, de que los monstruos y los demonios exiten, incluso los ángeles.

Resoplo mientras sigo metiendo la ropa en mi bolsa de viaje sin molestarme en doblarla adecuadamente. No hace falta estar hecho un pincel para cazar monstruos y ya alquiraré algún traje para hacer las "entrevistas" como agente del FBI. Cuando termino, me guardo una de las pistolas del cajón en la parte de atrás del pantalón y me dirijo al coche. Nada más pasar por el cuarto de Claudia, ésta abre la puerta y sin darme cuenta me choco con ella.

-Perdón -le digo sin fijarme mucho en ella.

-No pasa nada -me responde. Y entonces me fijo y veo que se ha  cambiado de ropa. Lleva unas botas militares, unos pantalones pitillo y un jersey que le está algo grande pero que no le queda nada mal. Bajo mi vista y no puedo evitar soltar una leve carcajada. Su bolsa de viaje era rosa, con flores y corazones. Bastante fea la verdad.

-No sabía que tus gustos fueran tan... peculiares -digo señalando con la cabeza a su horrenda bolsa.

Claudia sube ambas cejas y mira hacia donde le indico. Luego me mira mordiéndose la parte interna de la mejilla, para evitar reírse supongo.

-Es un regalo, a mí tampoco me gusta -se excusa.

-Ya, claro -le respondo sonriéndole de forma socarrona.

Ella rueda los ojos y me deja en medio del pasillo sin decir nada. Cuando reacciono y me doy cuenta de que me he quedado de pie sin hacer nada voy detrás de ella y la alcanzo con solo tres zancadas. Paso por delante suya adelantándola y bajo las escaleras con rapidez. Noto su mirada sobre mí, pero estoy acostumbrado a que me miren, así que sigo andando como si nada.

De pronto oigo un carraspeo.

-Dean... -me dice Claudia.

-¿Qué?

-Tienes papel higiénico en el zapato -responde señalando a mi pie derecho.

-Mierda.

-Y tanto que es mierda.

La miro arqueando una sola ceja y entonces, estalla en carcajadas y no puedo evitar unirme a ella. Qué raro. Nunca nadie hace que me ría así.

-¿Qué me he perdido? -pregunta Sam que acaba de aparecer cargando con su bolsa negra, como la mía. Mira la bolsa de Claudia de soslayo y luego se centra en nosotros.

-Nada, que tu hermano sigue sin saber para qué parte del cuerpo es el papel higiénico -dice Claudia señalando mi pie con la cabeza.

Sam ahoga una carcajada y pasa por al lado suya revolviéndole el pelo cariñosamente. ¿Cuándo han cogido tanta confianza?

Suelto fuertemente todo el aire que sin saber he contenido en mi interior, aparto con brusquedad el papel higiénico de mi bota y me dirijo rápidamente hacia el coche.

Una vez estamos todos dentro arranco con ganas y sintonizo mi música favorita.

-¿Dónde vamos? -pregunto

-Veamos... -contesta Sam mientras revisa su portátil- se han dado varios casos del "spiderman" como tu le llamaste en varias ciudades de Iowa, pero parece que el foco está en Red Oak, en el Cementerio Evergreen.

-¿Por qué siempre tienen que ser cementerios? -me quejo.

-¿Tienes miedo? -oigo decir a Claudia.

-¿Yo? ¿Miedo? -me burlo- Miedo es lo que tendrás tú cuando veas lo que nos espera.

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2015 ⏰

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