Cumpleaños de los trillizos

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Capítulo único.

Lo habían hablado desde hacía tiempo. Desde la desaparición de Bruno ninguna de las mellizas quería celebrar su cumpleaños,un día en el que se supone que era todo felicidad se había convertido en toda una tristeza. Sus hijos ya se habían acostumbrado a no celebrar el cumpleaños de las dos mujeres,aunque igualmente siempre las felicitaban,además este día era en el que probablemente más tiempo pasaban las hermanas juntas,tratando de con la compañía de la otra sustituir la presencia de Bruno.
Como tradición la noche del cumpleaños las dos solían colocarse frente a la puerta de la habitación de Bruno y ahí hablaban entre ellas dos,como si esperaran a que su hermano les contestara o apareciese por arte de magia para celebrar el cumpleaños.

Nunca fue así.

Nunca más apareció allí,no dio indicios de aparecer ni de que el estaba entre las paredes.

Cuando amaneció ese día,y el sol se colaba por su habitación,se acurrucó en su cama. Julieta no estaba preparada para ese día,era el peor de todos. Buscó a su marido con la mano y al encontrarlo se pegó a el apoyándose en su pecho. No era un simple día,era el día en el que celebraban su cumpleaños. El día que sus hermanos y ella nacieron. Habían otro tipo de fechas señaladas pero un día como ese Pepa,Bruno y ella habían recibido su don cuando tuvieron los 5 años. Un día como ese habían nacido..

—Mi amor...buenos dias—Supo de inmediato que su mujer estaba despierta,aunque no la mirase.—Tenemos que ir a desayunar,amor.—Le dijo con una voz suave y para nada exigente.

Acarició su cabello suelto el cual le llegaba por encima de la cintura. Sabía perfectamente que Julieta estaba mal,que no le apetecía en absoluto levantarse ese día,pero debía fingir que no pasaba nada. Sonriendo forzadamente dándoles un gracias a aquellos que la felicitaran.

Si ellos tuvieran un mellizo,dos o un gemelo. Se lo pensarían dos veces antes de felicitarla a ella o a Pepa.

Escuchar a Agustín solo la hizo aferrarse un poco más a él,como si fuera una niña pequeña con miedo al exterior porque habría un monstruo y se sentía mucho más protegida en los brazos de mamá. En este caso,su marido.

—No quiero...—Susurró.

Afortunadamente Agustín era el único en esa casa a excepción de Pepa al que le había contado lo duro que era para ella el levantarse ese día. Por eso mismo el no insistió demasiado,supuso que su mujer necesitaba unos minutos más en la cama. La tomó del rostro para mirarla encontrándose con los ojos tristes de Juli,ella era realmente hermosa incluso con los ojos llenos de tristeza.

—Ya se que es muy difícil para ti este día...voy a estar contigo,lo sabes ¿Verdad?—Como respuesta Julieta asintió antes de recibir un par de besos en el rostro.

Cerró los ojos disfrutando del tacto de los labios de Agustín sobre su rostro,un beso en la mejilla,barbilla,frente,punta de la nariz y finalmente acabando en sus labios. Le correspondió al beso lento y delicadamente,tal y como le gustaban a ambos,los disfrutaban siempre,no importaban los años ni mucho menos las veces que se repetía esa escena.

Segundos después al separarse,miró los ojos de Julieta en los cuales había un pequeño brillo de felicidad,al igual que una sonrisa se formó en sus labios. Agustín era la gasolina de felicidad de Julieta,aunque muchos siquiera se daban cuenta así era realmente. Gracias a él,ella podía levantarse día a día,enfrentándose a todos los conflictos que su gran familia le otorgaban,todas las discusiones,peleas físicas,y los cambios meteorológicos de su hermana. Gracias a su marido ella tenía la fuerza de voluntad de enfrentarse a todo esto.

Feliz Cumpleaños BrunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora