Carta dorada

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Las invitaciones doradas, aquellas que pocas personas son honradas con su presencia en la íntima fiesta del reino Kim, todos sabían su significado así que sonreían y agradecen con una pequeña inclinación de cabeza.
El rey ha seleccionado meticulosamente a cada invitado, nadie puede pasar o acercarse al menos que muestre la prueba de ser uno de los afortunados, eso era algo que la mayoría de la población conoce. Por el mismo motivo Kim Seokjin, un aburrido maestro de historia con problemas económicos de treinta años de edad, un hermano enfermo y una linda esposa con más de un año de matrimonio se quedó sorprendido al recibir tal privilegio, por no decir que no lo creía.

"Debe estar equivocado, señor" Frunce el ceño al tomar el papel dorado, sentía sus dedos temblar por miedo a hacerle una arruga "Un error".

"Ha sido cordialmente invitado por su majestad, se espera su compañía en la fiesta de cumpleaños y aniversario por una década en el trono" El guardia real hace una reverencia "¿Me estoy dirigiendo al señor Kim Seokjin?" El otro asiente lentamente "Entonces no hay error alguno, tome en cuenta eso, me despido. Con su permiso".

Aún sorprendido y con la palabra en la boca entra en su humilde hogar llamando la atención de su esposa, quien se levanta del cómodo y viejo sofá para ir a su dirección.

"¿Pasa algo? Te noto preocupado" Su vista se posa en la muy reconocida invitación dorada, los rasgados ojos de la mujer brillan y una sonrisa radiante se forma en su rostro, no pudo evitar el grito de emoción que salió de su garganta "¡Dios mío! ¿Es en serio?".

En rápidos movimientos toma la invitación de las manos de su marido para abrirla completamente, se aclara su voz antes de leer todo en voz alta con obvia emoción que parece no irse.

"Están siendo invitados a la fiesta de cumpleaños y aniversario de coronación del rey Kim Taehyung, del reino Kim. En la noche doce de abril a las tres en punto de la tarde en el Palacio Real.
Su presencia será noblemente agradecida.

Firma: Kim Taehyung.

Kim Seokjin y un acompañante".

Ambos guardaron un largo silencio, era increíble y hasta casi imposible que tuvieran la suerte de ir a la casa real, sobre todo para celebrar como si fueran parte de ese mundo.

"¡Esto es genial!" Exclama con alegría Sunhee "¡Pero no tengo que ponerme!".

El pánico envolvió al pálido cuerpo, ambos sufrían grandes pérdidas financieras por el hermano de su esposo, la mayoría de su sueldo se va para medicinas en general, esperando su recuperación. Su cuerpo desde su nacimiento fue débil, su madre murió por diversas complicaciones en el parto y hace años no saben nada de su padre, quedando toda la responsabilidad a Seokjin, madurando desde temprana edad para ser hermano y padre.

"¿Crees que sea buena idea ir?" Pregunta con desánimo, observa esa carta y frunce el ceño.

"¿Estás bromeando? ¡Es la fiesta del rey!" Lo mira con mala cara, fulminándolo con la mirada mientras un puchero se forma en sus labios "Es un honor ir, no seas un amargado, Jinnie".

"Pero no te resulta... ¿extraño?" La duda aún rodea su cabeza, para ser sincero no se encontraba alguna cualidad para ser unos de los tantos pero importantes invitados. Solamente era un maestro mal pagado, ni siquiera tiene el privilegio de vivir en el centro, era imposible no sospechar o dudar con la decisión de su rey.

"Iremos. Es la primera vez que salimos desde que nos casamos" Le reprocha tocándose la frente, pensando en el día de su boda "¡Ni siquiera tuvimos una luna de miel!".

Era cierto, Seokjin no podía dejar solo a su hermano menor a su suerte, este necesitaba de cuidados la mayor parte del tiempo y llevarlo a su luna de miel no le parecía lo más sano. Su casamiento y eventos posteriores tuvieron que ser aplazados por lo mismo, el maestro no podía dejarlo solo.
Era algo del que se avergonzaba, así que pensó en cumplir con los deseos de su querida esposa, aunque sea para verla con una bonita sonrisa de la cual se enamoró.

"Jungkook ya es grande, tiene diecisiete años. La señora Park puede venir a echarle un ojo" Intenta sonar lo más convincente mientras le guiña "Nada más estaremos máximo tres horas, también es para que puedas divertirte ya que trabajas todo el día... ¿qué dices?".

Una parte de Seokjin no quería ir, la responsabilidad que tenía sobre su hermano menor le dejaban un tormento en el pecho que no se va hasta estar juntos otra vez, pensaba que hasta que su hermano menor se recupere podrá ser un poco más egoísta con sus emociones y tiempo, algo que no parece que ocurrirá por ahora.

"Está bien, amor" Suspira derrotado "Le comentaré a la señora Park para que nos pueda ayudar".

La bella mujer aplaude en alegría, después de mucho tiempo harán otra cosa que no sea solamente trabajar sin descanso, se acerca a su marido para abrazarlo dándole un pedazo de su felicidad, Seokjin podía sentirlo y cierra los ojos disfrutando el momento.

"La pasaremos genial, no te vas a arrepentir" Dice Sunhee con una alargada sonrisa mientras repartía dulces besos en la mejilla de su esposo.

Seokjin se sentía afortunado de tenerla completamente, sin ella era probable que los días fuesen tan abrumadores y aburridos, seguía luchando por darle a ella y su hermano lo que se merecen. Así que, al menos, consentir a su mujer una vez en todo su matrimonio no será malo, tiene grandes espectativas de esa noche.

"Eso espero" Dice el viejo hombre volteando su rostro.

Un casto beso cae sobre los labios rosas de la mujer, duraron algunos segundos juntos hasta que el sonido de la puerta abriéndose los hizo separarse volteando su rostro, una sonrisa tímida se instala sobre el rostro de Seokjin al notar la presencia de su hermano menor.

"¿Pasa algo, Jungkookie?, ¿te encuentras bien?" Pregunta nervioso el mayor, no era algo de todos los días verlo caminar por toda la casa. Generalmente este preferiría estar acostado en la cama leyendo libros o cantando las canciones que se escuchan por su vieja radio. En algunas ocasiones intenta bailar, fallando en el intento.

"Simplemente quería estirar un poco" Suelta caminando hasta sentarse en el sofá, frente a los dos adultos "Escuché sobre la invitación...".

Sunhee traga saliva ante las palabras del menor, sabe que si este se niega a la idea su esposo no iría a la fiesta. Ella lo entiende, posiblemente si ella estuviera en su lugar haría lo mismo, pero no sabe cuánto más podrá soportarlo, trabajar y las poco oportunidades de pasarla bien y descansar ser arruinadas, ama demasiado a Seokjin pero su cuerpo cada día siente más la fatiga.

"¿Qué opinas?" Pregunta el maestro.

"Está bien por mí, estos días me he sentido mejor y ya no me siento tan mareado" Explica mientras sonríe, formándose su característica sonrisa radiante, haciéndolo lucir más adorable de lo que es, sobre todo con esos adorables dientes de conejo "No te preocupes, diviértete por un rato. Nada malo pasará si decides bailar un poco".

Estaba oficialmente decidido, el matrimonio Kim disfrutará la espléndida noche. El estrés y cansancio acumulado de largas jornadas será recompensado, el mayor se siente muy afortunado de esta familia.

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"Sunhee" NO es el alguien del medio, tomé ese nombre de Internet.

La noche del rey | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora