Fiesta

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La gran noche empezó, algunos plebeyos suspiran resignados al no poder entrar entre las grandes puertas y vivir un mundo totalmente diferente rodeados de lujos y personas inalcanzables. Esa tarde la mayor parte del reino tenía de boca en boca la fiesta del rey, en un intento de sus mentes imaginar el gran festín que se armará en pocas horas.

Seokjin cepilla su cabello con delicadeza frente a un pequeño espejo, se mira detenidamente recalcando los detalles de su persona en este momento; un saco viejo negro, una corbata del mismo color y su cabello peinado hacia atrás. Simple, pero se sentía muy bien para la ocasión y un poco orgulloso por lo que consiguió a un precio accesible. Aunque piensa que el saco se ve algo desteñido, no pudo conseguir uno mejor a menos que pagara el doble de lo que ganaba en un mes.

"Wow, te ves excelente".

Una cálida voz llama su atención volteando su mirada al pálido cuerpo parado en la puerta, con una ligera sonrisa camina a su dirección para acariciar con suavidad su cabello castaño.

"Gracias" Suelta tímido "¿Seguro estarás bien? Puedo quedarme contigo si quieres o regresar antes".

Jungkook abre sus grandes ojos sorprendido para luego negar con la cabeza.

"Estaré bien, no soy un niño. Diviértete un rato y luego me cuentas que tal estuvo" Frunce sus labios luciendo un puchero, cruza sus brazos en señal de desaprobación mientras negaba con su cabeza.

"Regresaré en tres horas" Sentencia.

"La fiesta concluye hasta las diez, quédate un rato más" Pide alzando su rostro, quedando frente a frente con el mayor para darle un cálido abrazo "Solamente diviertete. Esta es tu noche, disfruta la fiesta y compórtate como un adulto normal".

El mayor acepta en un abrazo gustoso quedando en la misma posición por unos segundos más, simplemente disfrutando de la calidez del otro.

"Sunhee me está esperando, nos vemos luego" Alza su rostro para besar su frente notando que a pesar de todo, Jungkook sigue creciendo con normalidad.

"Nos vemos, diviértete".

El más viejo camina hasta la puerta, deleitándose con lo hermosa que se ve su mujer con ese vestido; ajustado, color azul marino adornado con un collar que envolvía perfectamente su cuello.
Las tiendas últimamente están subiendo el costo de las cosas por lo que su precio no fue tan barato, aunque viendo los resultados valía totalmente la pena cada centavo, sonrío acercándose a su esposa.

Esta noche tenían que disfrutarla.

Mientras caminan para tomar un taxi las mirabas curiosas voltean, algunas con envidia al saber que son invitados por el rey otras curiosas preguntándose como hicieron para tener tal suerte. Seokjin intentaba no mirar a otras personas por una extraña pena terminando con sus orejas rojas, siendo muy diferente a su esposa quien entusiasmada observaba por la ventana del viejo vehículo hasta llegar a su destino.
En el camino un malestar causó un conflicto interno en el mayor, este incómodo por lo mismo inhala y exhala hasta que pone en blanco su mente, dejando de lado el extraño síntoma que lo envolvía.

"Estará bien".

La dulce y calmada voz de Sunhee lo saca de su trance, ella mueve su mano hasta entrelazar sus dedos con los del menor, un anillo barato hace acto de presencia al bajar la mirada. Una sonrisa se escapa de sus labios, debe dejar de actuar como un padre sobreprotector con su hermano, vivir un poco y disfrutar su poca juventud junto a Sunhee, después de todo está en sus treinta.

"Ya llegamos" El conductor se para cerca de las grandes puertas de metal semi abiertas, un hombre alto y músculo vestido de negro se encontraba en medio. Seokjin entrega el dinero correspondiente y baja del vehículo, saliendo rápido para abrirle la puerta a su radiante esposa quien agradece con un beso en la mejilla.

La noche del rey | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora