Fin de la fiesta y un nuevo día

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A pesar de todos los acontecimientos que ha enfrentado Taehyung, aún faltaban algunas horas antes que la fiesta termine, por lo que está obligado a regresar a su trono.
Decide bajar las escaleras siendo escoltado por sus dos guardias; hombres de gran altura y musculatura, darían su vida si Kim Taehyung, su rey, está en peligro.

El de piel morena se sienta en su trono y comienza a ver cada detalle de los invitados con sus actividades, Taehyung no puede contar en cuentas fiestas ha asistido desde que tiene trece años. Ha sido testigo de las enfermas mentes que acompaña a los de élite, jamás alguna de sus prácticas le llamó la atención, por lo tanto no participaba en lo mismo a diferencia de su padre y sus hermanos, estos simplemente les gustaba torturar y disgustar carne humana.

El señor Xiao es un extranjero amigo cercano de la familia, este siempre se ve como un apuesto, alto y amable hombre frente a todos, una de sus características llamativas es su manera tan humilde de comer. Gracias a esto ha logrado cautivar a los medios y al público, Xiao Li puede comer cualquier cosa sin perder la elegancia y su rostro atractivo.
Todo es verdad, nunca lo ha tratado de ocultar, puede comer lo que sea.

El apuesto hombre estaba ahí, sentado olvidando los modales que la realeza se empeña en enseñar. Parece un animal, abre la boca para tomar un bocado de aquel cuerpo aún vivo, los gritos de dolor solamente le aumentan el apetito.
Taehyung le agradece a sus hermanos nunca haberlo juntado con aquel hombre, siempre mantienen su distancia por lo mismo y sus conversaciones son tan efímeras son sin importancia alguna.

Suspira aburrido y observa la esquina del lugar, el viejo sacerdote que ha acompañado a la familia Lee durante años. Invitado a muchas fiesta, un hombre que se encarga de dar la palabra del señor mientras no se metan en su camino. Ahora, a pesar de sus años, parece estar en una pequeña orgía coprofágica con jóvenes comiendo sus heces.

El rey odia ese tipo de gustos, le da asco y desea sacarlos de la fiesta. El penetrante peste es difícil que se vaya, se necesita de horas de limpieza para lograr dejarlo como nuevo.
En su mente planea no volverlo a invitar, le da arcadas tan sólo verlo, si no fuera por la vieja lista de invitados creada por su padre, ese hombre nunca volvería a pisar un pie en su palacio.

Posa su vista en los príncipes del reino Park, ambos hermanos gemelos muy populares por su personalidad humilde. Ríe un poco al saber la actitud que estos reciben de los demás, siendo que en las fiestas son peores que el viejo sacerdote.
Tener relaciones sexuales con menores de edad es una tradición a voces en algunos lugares, su reino es más avanzado de ese modo. Se cree que los menores y su sangre poseen la buena suerte y juventud eterna.

Uno de los hermanos siempre fue un buen amigo de Taehyung, antes de ser el rey hablaban durante horas y hasta tenían acuerdos para salir de vez en cuando. El otro fue diferente, gracias a su hermano menor se volvieron amigos pero no tan unidos como el primero.
Los dos compartían la tradición del mes, tomando la inocencia y sangre de algún infante para seguir conservando todo, obviamente Taehyung comenzó a alejarse cuando lo invitaron a unirse.

"Dios, todos parecen locos" Susurra apartando la mirada, mira el reloj faltando una hora para que todo termine.

De toda la asquerosidad que puede notar conforme los minutos pasan, ver a madre e hijo comenzando a mantener relaciones sexuales en el piso de su palacio le revolvió el estómago. Taehyung comenzará a tachar muchos nombres la próxima vez.

Es cuestión de tiempo para regresar y observar a su amado, posiblemente luego de dos o tres meses se revelará al ojo público la unión homosexual que mantenían. Lo ponía ansioso tan sólo pensarlo.
Seokjin lo cautivó hace una década, unos días antes de coronarse como rey. Taehyung decidió visitar a los plebeyos por orden de su padre para conocer más acerca de su responsabilidad, allí lo observó; tan hermoso, joven, soltero y marchito. El mayor se veía tan estresado y con ojeras cubriendo sus ojos, pero su sonrisa no abandonaba al momento de explicarle a un pequeño grupo de niños.

La noche del rey | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora