Capítulo n°1 ~La vida puede tomar un rumbo inesperado~
En un pueblo a cientos de kilómetros de la civilización, en una cabaña rodeada de cientos de árboles se encontrada ella, acostada en su cama con los pies cruzados ligeramente mientras dibujaba en su querido cuaderno de dibujos.
En él estaba haciendo el boceto de un "Kagu" o también conocido como "fantasma de la selva", era un pájaro que estaba muy fuera de su hábitat natural, no era un pájaro que hubiera visto antes y encima estaba en peligro de extinción, no iba a perder la oportunidad de dibujarlo.
Intentaba recordarlo, porque lo vio desde la ventana de su habitación, pero cuando regresó corriendo con su cuaderno de dibujo. ya había desaparecido, y ni siquiera podía volar, que suerte tenía a veces.
Dibujó sus patas largas y su llamativa y enorme cresta que utilizaba en momentos de peligro.
Al finalizar con su boceto, volvió a observar su obra con la luz de la ventana y quedó satisfecha, ensanchando una sonrisa en sus labios.
Ya eran las 7 am, tocaba ir a desayunar, ya estaba muriendo de hambre, necesitaba su primer alimento del día para sentirse viva.
Fue al comedor, que tenía ya una bandeja de pan recién salido del horno y algunos pequeños recipientes alrededor con diversas frutas y sus amadas almendras.
Desde el comedor pudo ver a su abuelo en la cocina, trayendo una jarra de leche fresca y un frasco de mantequilla de maní.
Fue directo a la cocina después de dejar su cuaderno en la mesa.
—Hola, abuelo, tengo algo que enseñarte, espero que te guste, no puedo esperar a ver tu reacción —su voz era emocionada mientras rebuscaba en una repisa los cubiertos, mientras esperaba escuchar la respuesta esperada de su abuelo.
—Seguro es igual de sorprendente que todo lo que haces, querida —su abuelo volvió a responder con ilusión mientras se sentaba en el comedor abriendo el periódico.
Siempre reaccionaba de la misma forma, con mucha ilusión, y a veces ella llegaba a pensar que era fingido, debido a que siempre reaccionaba así, sin importar que últimamente le había mostrado unos dibujos un tanto aburridos y sin gracia.
Ya no encontraba tanta inspiración como antes, ya no encontraba nada fascinante o mínimamente intrigante o digno de ser dibujado, en su mayoría porque ya casi había dibujado todo lo que había a su alrededor.
Mientras terminaba de poner la mesa observó el periódico que tenía entre manos su abuelo, lo leía furtivamente como en las últimas semanas.
Se sentó en la mesa recordando los posibles temas que siempre sacaba si le preguntaba, así que prefirió quedar en silencio.
Cortó el pan en algunas rebanadas y puso 2 en su plato y lo untó con mantequilla de maní, mucha en realidad, era uno de sus gustos culposos, comía demasiado de eso, pero era delicioso y no podía resistirse.
Le dio un mordisco a una de las rebanadas y sin poder aguantar más alzó su cuaderno por encima del periódico poniéndolo delante de su abuelo, a pocos centímetros de su cara.
—¿Qué opinas? Sé que es un ave que te fascina, me lo dijiste cuando me regalaste ese libro sobre más 10.000 razas de aves en el mundo.
Su abuelo lo escrutó, calculando cada uno de sus rasgos, un poco más y parecía que contaba cada una de sus plumas.
Una de las cejas blancas y tupidas de su abuelo se levantó, volviendo la vista hacia ella.
—¡Excelente! Diría que hasta la perfección.
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Tras El Velo
FantasiaTodos vivimos en un mundo que consideramos ya explorado, pero lo que no sabemos es que junto a nosotros, separados por un velo imperceptible, tenemos un mundo donde la ciencia todavía no ha llegado, donde nuestras creencias flaquean, donde espíritus...