Extra

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17 DE MARZO 2021
(Un lazo inquebrantable)

Primaria Hyuga, Tokyo, 8:21am

"Niños, traten de guardar silencio mientras hagan las tareas" decía una maestra pelirroja mientras trataba de calmar a los inquietos alumnos de un salón. Todos gritaban y jugaban, algunos se tiraban bolas de papel, mientras que otros obedecían a los pedidos de la estresada profesora.

Uno de los revoltosos era un pequeño niño con cabello negro sentado al final de la tercera fila, quien era parte del alboroto del salón. Ya había entregado la tarea minutos antes y se distraía con sus demás compañeros. Tenía algunas curitas en el rostro, acompañado de casi notables moretones en sus brazos. Aun así no parecía prestarle atención, su mente ahora mismo se concentraba en molestar a sus amigos.

La clase proseguía con "normalidad" hasta que la campana del colegio sonó indicando la hora de receso y todos gritaron de felicidad, saliendo corriendo sin obedecer las órdenes de la superior que les pedía a ruegos que salgan despacio.

El salón se quedó completamente vacío en unos cuantos segundos.

...

Algunos minutos habían pasado, los gritos y risas se escuchaban por todo el patio de juegos.

El pequeño pelinegro miraba desde una esquina del patio a los demás niños sonrientes. Con su curiosidad intacta caminó por el patio observando todo a su alrededor. Veía niños empujarse entre sí, otros corrían siendo perseguidos por algún amigo. Todo se veía divertido, era algo nuevo. Una leve emoción recorría su cuerpo.

Caminó algunos pasos, llegando hasta el tobogán donde había un niño casi de su tamaño parado en la escalera. El pequeño pelinegro se le acercó algo emocionado, y, tragando un poco se saliva, habló con una sonrisa "Puedo subir?".

El contrario solo lo miró y se le acercó de forma intimidante "Tú eres el niño nuevo..no tienes permitido jugar aquí, mi mamá dijo que no me juntara son niños revoltosos" y volvió a su lugar de guardia.

El pelinegro no dijo nada, y se retiró cabizbajo y algo enojado del lugar. Se resignó solo a mirar nuevamente a su alrededor, y haciendo un pequeño puchero caminó hacia su salón de nuevo, hasta que algo inesperado pasó a medio camino.

Escuchó algunos sollozos provenientes del baño y se dirigió hacia él. Daba pasos lentos, el pequeño niño se destacaba especialmente por su inmensa curiosidad hacia las cosas nuevas, y con unos pasos más rápidos, llegó a las puertas del lugar. Sus ojos inocentes cambiaron a otros llenos de lástima, mirando al pequeño niño con cabellera negra que se encontraba acurrucado en el suelo abrazando sus piernitas. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar, aunque era difícil verlos por las gafas que traía. También tenía un pequeño moretón en la mejilla derecha, no tan visible pero suficiente como para deducir que tal vez alguien lo golpeó.

"Estás bien?" Preguntó el pelinegro mirándolo desde arriba.

El lloroso niño alzó su mirada, conectandola con la de él "Que quieres, vete de aquí, tonto"

El contrario solo se puso de cunclillas a la altura del niño, hablándole nuevamente "Porqué tienes esa herida?".

El niño lloroso que se apoyaba en la pared no respondió, y solo lo miró con molestia.

El curioso pelinegro volvió a hablar "Mi nombre es Hanma Shuuji, pero a ti te dejaré decirme Hanmi para que ya no llores" y le lanzó una pequeña sonrisa.

El niño de cabellera negra seguía mirándolo, hasta que por fin decidió hablar "Tienes un nombre feo, tu cara también es fea, déjame en paz" y empezó a secarse las lágrimas de los ojos con las palmas de su manos reincorporandose del suelo.

El pelinegro también hizo lo mismo, notando que el lloroso niño era un poco más pequeño que él, a lo cual no le restó importancia y mantuvo su sonrisa, cosa que cambió al escuchar las últimas palabras salir de los labios del menor "Hey!, No digas eso, soy muy bonito, además, si yo estoy feo, tu también lo estás" habló haciendo un puchero.

"...también soy feo?.." sus ojos volvieron a cristalizarse, como si fuera a volver a llorar "Mamá ya no me querrá..todo es culpa de ese niño que me golpeó"

Hanma cambió su expresión a una apenada, llevando su manito a la cabeza del menor, revolviendo su cabello suavemente "No es cierto, bromeaba, eres lindo, pero si sigues llorando te harás feo, además yo golpeare al niño malo que te hizo eso, no te preocupes"

El pequeño volvió a secarse las pequeñas gotas de lágrimas que nuevamente se habían deslizado por su mejilla, acomodando correctamente sus pequeñas gafas amarillas para mirar al más alto y sonreír cortante "Está bien, Hanmi"

Hanma volvió a sonreír ante ésto, escuchando las próximas palabras del menor "Me llamo Kisaki Tetta" habló el niño, su voz aún se sentía algo apagada.

"Entonces te llamaré Saki! Y tú me dirás Hanmi" Comentó el pelinegro.

"Hanmi no me gusta, pero igual te diré así" habló de nuevo Kisaki, devolviéndole la sonrisa.

Hanma tomó la manito del menor y lo jaló en dirección al patio de juegos "Yo soy divertido, tengo muchas historias para contar, y me gustan las hormigas! Busquemos algunas en el césped, Saki!"

Kisaki hizo una mueca tierna de desagrado "Me gustan las historias, pero..las hormigas tambien son feas"

Hanma guardó silencio por unos segundos y volvió a hablar emocionado mientras caminaban hacia el patio "Pff..te van a encantar, yo tengo muchas en un frasco guardados en casa" y alzó orgullosamente su otra mano hacia el aire como si quisiera demostrar un grandioso logro.

El niño de lentes volvió a sonreír "Entonces está bien" y caminó junto a su nuevo amigo. La silueta de los dos pequeños se veía alejarse hasta desaparecer hacia la luz de las afueras. Una nueva amistad en un mundo de odio se había formado.

...

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Yo te protegeré (Hankisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora