Capítulo 2

884 55 28
                                    

Xiao apenas salía de casa desde que Aether había llegado, su tiempo se organizaba básicamente en pocas horas de trabajo y dejar el resto de tiempo para estar con su amado alfa.

Su apego hacia Aether es muy ansioso, tanto que siempre que tiene que salir a trabajar se lleva consigo una prenda solo para tener su aroma cerca, pero incluso con eso necesitaba vigilarlo.

Llegó hasta el punto de colocar alrededor de 80 cámaras de vigilancia por toda la casa para estar al pendiente de Aether, sobre todo para evitar que tratara de escapar, después de todo, no podría dejarlo ir después de que su sueño más deseado se haya cumplido. Incluso si las puertas de su casa no podrían abrirse aunque tuviesen cerraduras de código electrónico, o las demás de cerraduras digitales con huellas dactilares, tenía miedo de volver a estar solo.

Ese maldito sentimiento de soledad y rechazo de la persona que más amaba en el mundo, lo hacía enloquecer por momentos, solo los besos de su amado lo hacían entrar en razón en momentos como ese.

Sus profundos pensamientos lo estaban consumiendo, hasta que Aether llenó de besos los suaves labios del contrario. Xiao se aferró a él como si su vida dependiese de ello, y así era, sentía que sin Aether no sería absolutamente nada.

—¿Estás bien, Xiao?— el rubio lo mirada preocupado al verlo en ese estado, como si su pareja no tuviera alma y brillo en sus ojos, pasando de un oscuro color ocre a un fulgurante ámbar.

—Aether...— su voz y el contacto con sus labios lo hizo reaccionar, aferrandose al cuerpo de Aether y besándolo apasionadamente por unos largos minutos.

La dependencia de Xiao sin duda se iba haciendo cada vez más grande, y aún así no le importaba.

—Lo siento, estaba sobre pensando algunas cosas...— dijo entre jadeos por falta de aire al separarse del beso —Por cierto, ya me hice la prueba de embarazo, tendré a nuestros cachorros, ¿no es genial?—

Sus ronroneos y el palpitar de su corazón  tan acelerado no iban a parar, la idea de dar a luz a los pequeños cachorros de Aether lo emocionaban de sobre manera.

Llevaba más de seis meses desde que lo había traído para sí mismo, seis meses encerrado en casa y dándole cumpliendo al pie de la letra ciertos caprichos que tenía.

—Es genial— respondió fingiendo un pequeño tono de emoción, pues la idea de ser padre aún lo desconcertaba y sin duda lo ponía nervioso, pero Xiao notó esa falta de emoción en su tono, volviendo a bajar los ánimos del pequeño omega y soltando pequeñas lágrimas. —X-Xiao...—

—¿Falta algo más?...— preguntó apresurado, tomando las manos de Aether y apretándolas —¿Que es lo que no tengo?, ¿acaso tengo algo mal?, puedo modificarme, mi cuerpo, mi cara, lo que gustes— de nuevo ese miedo al abandono estaba consumiendolo de nuevo —Te amo con todo mi corazón... pero si tú no lo haces... ¿Sería mejor suicidarnos ambos?...—
.
.
.

𝙶𝚊𝚛𝚛𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝙰𝚖𝚘𝚛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora