Cabellera roja.

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-Anju... -murmuró mi pareja.

-¿Si? -respondí. Su cabeza estaba apoyada en mi hombro, mientras nuestras manos se enlazaban. La escuche atentamente, sin apartar mi mirada del libro que estaba leyendo.

-Nada. -rió, restregar su mejilla y enterrando su rostro en mi cuello.

Mi rostro en seguida tomó un tono rojizo y la comisura de mis labios se elevaron. Me hacia feliz que mi novia fuera tan linda. Recuerdo que antes Erena y yo nos odiabamos. Éramos muy competitivas con respecto a quién sería el puesto número uno en las calificaciones. Si no fuera porque ella se me confesó, quizás seguiríamos peleadas. Aunque debo admitir que mi odia hacia ella fue principalmente por ser una jugadora y, un poco, por celos.

-En serio. Estas rara. -cerré el libro y la mire. Normalmente era melosa pero notaba algo raro.

-En realidad... -suspiró. Se separó de mi hombro y clavo su mirada en mi. Se llevó mi mano hacia su regazo y comenzó a jugar con mis dedos. -Estoy preocupada... Esa tres a veces tienden a sobre exigirse cuando no debe.

-Ya veo... -Suspiré. Recordaba alguas ocasiones donde las tres Soiler Game metían a mi novia en líos y al final volvía hecha un desastre. Aunque debía admitir que era divertido ver a Erena con aspecto desprolija, preocupada de que me moleste con ella. -¿Quieres qué vaya a ver cómo están? -me ofrecí, notando la creciente sonrisa de oreja a oreja en su rostro. Yo también sonreí.

-¿Lo harías por mi? -llevo mi mano a sus labios y beso mis nudillos.

-C-claro. -desvíe la mirada, mirando la tapa del libro en mis manos. Parece que hoy no podrá terminarlo...

(...)

-¿Cómo logro convencerme de esto...? -pense, mirando a las tres personas más problemáticas en la vida de mi novia. No entendía el por qué seguía con ellas, no tenían nada bueno. Estas Soiler Game, con su club llamativo y de cuestionable legalidad. ¿Cómo si quiere el consejo estudiantil permite las actividades de este club? Claro que tener a la presidenta del consejo dentro del club era la respuesta a su pregunta. -¿Y qué les pasa ahora? -solté. Las tres chicas estaban sentadas en los sillones mientras que yo me quedé parada, mirando la actitud de cada una. La rubia con el codo apoyado en el brazo del sillón y su cabeza apoyada en su palma. Tenia la mirada perdida en un punto de la mesa y de vez en cuando una sonrisa tonta decoraba su rostro. Umi, la única que parecía decente entre las chicas, estaba sonrojada a más no poder. Su taza de té era más azúcar que líquido. Mire hacia el sillón de la derecha, donde Nishikino se encontraba tranquila leyendo un libro. Parecía la única normal en este momento.

Nishikino noto mi mirada y desvió la suya en mi dirección. -¿Qué? -cuestiono, frunciendo el ceño.

-¿Por qué las otras dos están así? -apunte con mi dedo a ambas chicas, levantando una ceja.

-Llegue y ya estaban así, creo que tiene relación con sus captura pero no estoy segura. -Me miró con indiferencia. Luego volvió su mirada a su libro y tomó un sorbo de su café.

-¿No estás preocupada?

-Ya he visto a Umi así, le paso lo mismo cuando se enamoró. Y si Eli tuviera un problema realmente, nos lo diría. -se encogió de hombros, siguiendo con lo suyo.

-Aja. -rodé los ojos. Ahora Eli estaba riendo y Umi estaba preparando otra taza de té al ver que la anterior la lleno con azúcar. -¿Y la nueva chica? -busque con la mirada por la habitación hasta por la apertura de las cortinas, a ver si se encontraba acostada en la cama que tenían para sus aventuras.

-No está viniendo. Nos preocupa un poco pero puede que se haya arrepentido. Honoka-chan se ha encargado de hablar con ella pero no está dando resultado. -Cerro su libro y suspiró, dejando la taza vacía en la mesa. -Mejor para mi, yo era la siguiente en enseñarle pero... Espero que no vea lo que hacemos como algo malo. -soltó en tono triste. Yo la mire de reojo y un sentimiento de empatía me inundó.

-Podrías darle un vistazo... Ver cómo está. Pero todavía no se quien es. -Nishikino rió y nuestras miradas se encontraron.

-Se llama Hoshizora Rin, me sorprende que tu novia no te lo haya dicho. -La palabra "novia" se quedó en mi cabeza. Desvíe la mirada sintiendo el calor en mis mejillas. -Es de primer año y estamos en el mismo salón. La encontrarás fácil. -terminó, volviendo a su lectura.

Me quede un momento pensando qué hacer. Bueno, Erena me pidió que echara un vistazo para ver cómo andaba todo. Debería ver como esta esa niña antes de volver. Todavía me quedaba tiempo y mi novia se pondría muy feliz si ayudo a la nueva. Decidí, salí del club yendo a los salones de primer año.

(...)

Me acerqué al salón de primer año. Por suerte Maki me presto el uniforme que usa Erena cuando viene de incógnito por la escuela. Si un profesor me viera con mi uniforme de otra escuela, sería mi fin. Mire por la ventana pero no vi a nadie que me llamara la atención. Estaba buscando algo que gritara "Soiler Game" pero solo veía a alumnas normales.

-¿Buscas a alguien? -me preguntó una voz a mi espalda. Me gire, sorprendida y abrí mis ojos como platos cuando vi de quien se trataba.

-Toujou-san... -Era la vise presidenta del consejo estudiantil. Muy pocas veces hable con ella, y las veces que lo hice fue por el tema que nuestras escuelas eran vecinas y hacían algunas cosas juntos. -Estoy buscando a una estudiante llamada Hoshizora Rin. Se que está en este salón pero no sé cómo se ve. -Decidí ser sincera así mi búsqueda sería más fácil.

-¿Una estudiante de otro colegio buscando a una de primer grado? -sonrió de esa forma perversa que tenia. Se que no debía estar aquí pero no tenia otra opción. Esto me ganó por ser una buena novia. Sonrei para mí misma. -¿Puedo preguntar el motivo? -volvió a decir, sacándome de mi ensoñación.

-Una de la Soiler Game me lo pidio... -no estaba mintiendo. Antes fue una...

-Ya veo... Lamentablemente no se encuentra aquí. Ha estado faltando a la escuela últimamente. -y me sonrió.

-Entiendo... Gracias por decírmelo. -me sentía incómoda. Como si Toujou supiera algo que yo no sabía. De todas forma, ya cumplí mi misión. No podía hacer más. -Entonces, me despido. -y con eso, me di media vuelta y me fui a cambiar de ropa antes de irme.

(...)

-¡Anju! -grito Erena, abrazándome cuando abrí la puerta. Estaba pensando tomar un descanso en la azotea pero veo que mi novia no me va a dejar descansar. Jeje.

-Ya regresé. -sonreí, aceptando el gesto. No me había dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que enterré mi cara en su cuello.

-Bienvenida. -rió, acariciando mi cabeza. -¿Cómo te fue? -se la notaba ansiosa.

-Todas parecen estar bien. Sonoda-san y Ayase-san parecen enamoradas y Nishikino-san está igual. -me separé un poco de sus brazos, notando la sonrisa de oreja a oreja de su rostro. -Pero... -y su cara cambio a una preocupada. -Parece que la nueva Soiler está deprimida. Las otras intenta saber qué pasa pero no han logrado nada.

-Deben haberla rechazado... -bajo el rostro, más seria.

-Por cierto, ¿hicieron una especie de apuesta? Nishikino-San me contó que hicieron piedra, papel o tijera, y que ella acabó última. -solte para cambiar el ánimo, logrando una sonrisa de su parte.

-Es cierto. Apostaron en conquistar a alguien.

-Ahora entiendo ¿pero no es Maki siempre la que sale primero y por último Eli? -levante una ceja, confundida.

-Si. -arrastró un poco la palabra. Luego prosiguio. -Solo que hice un poco de trampas. -se rió.

-¿Cómo? -sonrei, orgullosa de mi perversa chica.

-Con ayuda, cartas y un plan bien elaborado...

Entrenando con densasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora