Pastel de reconciliación y algo más...

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—¡Oye, Koizumi-San! —una chica de pelo rojo me llamo a un lado de mi asiento, sacándome de mi ensoñación. Gire la cabeza a mi alrededor, casi nadie estaba en el salón y los pocos que había estaban con sus cajas de almuerzo. Sin darme cuenta pase con la cabeza en el cielo durante toda la mañana. —Ey, ¿Sabes qué pasó con Hoshizora-san? —volví mi cabeza hacia la voz. Aquella chica de mirada aterradora era Nishikino Maki, la hija del conocido hospital Nishikino. Nunca antes había hablado con ella. Aunque vi a Rin interactuar con ella y otras chicas más.

Hablando de Rin, desde el accidente del baño ya no puedo hablar con ella. Ignora mis mensajes y llamadas,  y ha estado faltando a clases. Pero entiendo el porqué... Nunca espere que mi mejor amiga, o mejor dicho, mi única amiga se me confesará. Pensaba que eran ideas mías. Rin se estaba acercando más de lo usual cuando hablábamos, como si no quisiera soltarme. Y aunque nos besamos pensé que solo era uno de sus caprichos de siempre. Como cuando fuimos a una heladería y le gustó tanto que fuimos por un mes entero.

Pero... ¿Por qué me siento así?

Ni cuando el idol más famoso y que seguía por mucho tiempo me agarro la mano, me sentí así. Mi corazón latía muy rápido y sentía que me desmayada. En realidad si me desmaye. Pero esto es mucho peor. Ni si quiera me sentí así cuando Nico-senpai me rechazó. Sentía mi corazón partirse y añoraba esos días donde nos agarrabamos las manos o veíamos videos de gatitos juntas.

—Esta bien, no respondas. Pero espero que arregles esto rápido. —Entrecerro los ojos y luego suspiró en derrota. Me miró por última vez y se fue. Yo solo pude quedarme con la cabeza agachada mientras se iba.

¿Qué es lo que siento? ¿La amo? Cuando Nico-senpai me rechazó no me sentí tan mal como ahora. ¿Cuál era la diferencia?

De repente la cara de Rin apareció en mi cabeza. Rin viendo videos de gatos siendo tiernos. Rin comiendo mis chocolates en San Valentin. Rin a punto de besarme. En ese momento mi corazón comenzó a palpitar como loco. —Era eso... —musité. Pensé que estaba enamorada de Nico-senpai. Que mis nervios y mis latidos rápidos era porque me iba a confesar, pero siempre fue por Rin...

¡¿Por qué recién me doy cuenta?!

(...)

Quería arreglar las cosas pero Rin se negaba verme. ¿Qué puedo hacer? ¿Me perdonara? ¿Y si ya no le gusta? Ya me estaba poniendo pesimista y ni había empezado.

—¿Qué puedo hacer? —Pensé. Tenía que decirle que también me gusta, ya que ella me ayudo tanto con Nico-senpai, se lo debía. —Tuvo que haber sufrido mucho... —No puedo ni imaginarlo que es ver a la persona que amas enamorada de otra. Si me imaginará otra persona con Rin, estaría muy triste. Quizás también enojada y deprimida, pero nunca se me ocurriría ayudarla con su enamoramiento. Estaría devastada de solo escucharla hablar de otra.

Debía confesarme para que ya no sufriera más. Deseaba desde ahora hacer buenos momentos juntas y sacarle una sonrisa. Escuchar sus nya y ver cómo se emociona cada vez que ve un gato. —Quiero besarla... —me sonroje ante ese pensamiento y agite la cabeza de un lado a otro. Debía concentrarme en disculparme. —¿Y si le hago sus dulce preferidos y me confieso? ¿Rin me rechazaría si voy con eso a su casa? —pero si me rechaza...

Agite mi cabeza y golpeé mis mejillas para alejar los malos pensamientos. —Si Mahoma no va a la montaña. La montaña irá hacia Mahoma. —sonrei, cerrando mis puños. Tenía la confianza y la seguridad de que iba a funcionar. Espero...

Cuando la campana tocó, fui directo a casa para prepararle el postre favorito a Rin-chan. Sabia que amaba todo lo referido a gatos, así que haría el postre con esa forma.

Tarde varias horas hasta que lo preparé y se enfrió. Por suerte a Rin le gustaba el pastel de mousse de chocolate y no era una receta que costara mucho. Luego de terminar de prepararlo, lo metí en una caja que le permitiera mantener su forma y no estropee el contenido. Con todo listo, les avise a mis padres que iría a lo de Rin y me fui.

Ahora estaba en frente de su puerta, con el pastel en mano y con el corazón en un puño. Trague saliva y toqué el timbre. Espere a que alguien me abriera la puerta, deseando que fuera Rin.

—Vaya, ¿vienes a ver cómo está Rin, Hanayo-chan? —Por suerte o desgracia era su madre. Ella me sonrió y yo le devolví el gesto.

—Si... M-me dijo que no se encuentra muy bien y quería traerle un regalo para animarla. —le mostre el paquete y ella hizo ademán para que entrara a la casa.

—Oh my, gracias por el detalle. Estoy segura que Rin se pondrá feliz cuando te vea. —cuando entré, dije el típico "con permiso" y me quite los zapatos. La mamá de Rin cerro la puerta y con una sonrisa prosiguió. —Ahora está durmiendo en su cama. Ya sabes dónde queda, así que cuando se despierta me avisas y les preparo a ambas un vaso de chocolatada caliente. —Me miró por última vez antes de dirigirse a la cocina. Por mi parte, caminé por el pasillo y fui hasta su habitación.

Trague saliva. Estaba nerviosa mientras miraba su puerta. ¿Era mejor tocar la puerta o solo entrar? Su madre me dijo que estaba dormido, así que si toco la puerta puede que despierte. Pero si no está dormida y entró sin preguntar, puede que Rin se enoje más. A pesar de la confusión y los nervios, tome la segunda opción. Abrí la puerta sin toca. Poco a poco fui metiendo partes de mi cuerpo. Comencé con la cabeza y observé los alrededores. Rin estaba dormida en su cama. Aliviada, metí el resto de mi cuerpo dentro de la habitación y cerré la puerta con delicadeza.

Me acerqué a su cama y me senté en el borde. Rin estaba toda desparramada con la sabanas tapando su parte inferior. Se veía tan linda. Acerque mi mano para acariciar se mejilla. Tenia miedo que se despertara pero por alguna razón no podia parar de hacerlo. Moví mi mano hasta su nariz y Rin la arrugó en respuesta. Toque su pelo y ella parecía ronronear ante mi tacto.

—¿Por qué recién ahora me doy cuenta lo linda que es? —Suspiré, frustrada conmigo misma. Ahora era mi momento de arreglar mi error. Zarandie su hombro, llamando su nombre con cuidado.

Rin abrió lentamente sus ojos, tardando un rato largo en reaccionar. Cuando lo hizo, sus ojos se abrieron de par a par con ganas de llorar. —T-tu.. que hace... ¿nya? —se le notaba confundida. Yo solo rei y sostuve sus mejillas entre mis manos.

—Buenas noches Rin-chan. Tengo un regalo para darte. —sonreí y agarra la cajita que había apartado a un lado cuando me acerqué a la cama. —Ábrelo. —pedí, nerviosa. Rin no sabia que hacer pero aun así hizo lo que le pedí. Mientras abría la sorpresa, me quede jugando con mis dedos y la manga de mi ropa.

—¡E-esto es...! —sin decir nada más, tapo su boca con sus manos. Estaba muy sorprendida. El pastel tenia forma de gato y usé crema para los detalles. En la frente del gato decía "Yo también te amo Rin <3", escrito con chocolate blanco. Sus ojos se encontraron con los míos y las lágrimas no tardaron en venir. Ella aparto el pastel a un lado y me abrazo. —Te amo Kayochin nya. —Escuchar su respuesta me hacia tan feliz. Le devolví el abrazo con más fuerza, dejando mi cara descansar en su hombro. Acaricie su suave cabello con mis manos mientras ella acariciaba mi espalda alta. Estaba tan feliz que podría morir.

—Te amo, Rin. —Solté. Me separe un poco del abrazo y besé su mejilla. —Te amo... —volví a murmura. Besando esta vez su nariz. —Te amo tanto. —bese su frente. No me iba a cansar nunca de esto. Se sentía tan bien amarla y que me ame.

—Y yo también te amo nya. —me siguió la corriente. Cerrando la distancia de nuestros labios en un beso.

Entrenando con densasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora