¿Cómo es que habían acabado haciendo una fiesta en la playa? Ella pensando que los marleyanos eran gente poco seria cuando de eso se trataba. Viviendo cerca de la bahía, era natural ver a los adolescentes o a los marineros hacer sus escapadas a la playa con algunas mujeres, emborracharse y en ocasiones hacer cosas indebidas. Cosas que no presenció por gusto.
Ella esperaba por el amor a Helos, que nada de eso pasara aquí.
Ariadne también esperó gente mayor, no exactamente las personas que llegaron.
Los de la policía militar a quien tenían que cocinarles no eran sino otros jóvenes de su edad. La marleyana pensó en que debieron ingresar a la academia al mismo tiempo que Sasha y Floch, al parecer uno de ellos sí y se llamaba Hitch. Era algo engreída, pero parecía buena persona. Sin embargo, había algo en ella que no le gustaba del todo. La chica era lista y notó su mirada, pero solo se burló de que estuviera tan callada entre ellos.
- No mordemos, ¿sabes? -dijo Hitch.
- Probablemente ella cree lo contrario -Floch comentó.
Por supuesto que no, pero era un caso perdido tratar de razonar con ese chico. Era un hueso duro de roer. Quizás quería incomodarla hasta que se fuera. Mas si creía que ella era la primera en querer largarse, se equivocó. El pelirrojo dejó el lugar primero.
¿A qué vino entonces? No tuvo tiempo para preocuparse, buscando en la oscuridad la mesa plegable y mostrando a los integrantes de la policía militar la forma básica en que preparaban los mariscos, aunque lo que comerían no estaba al nivel del primer banquete. Eso no les importaba mucho. Al final, solo ella y Nicolo se estaban tomando las cosas con calma. La gente de la policía militar amaba el alcohol y empezaron a beber durante la espera.
La marleyana no estaba de muchos ánimos y se escabulló a la primera oportunidad. Para ese momento ya estaban comiendo para acompañar el licor y probablemente su amigo rubio estaba decepcionado de que no pudieran apreciar como se debe el vino que trajo.
Parece que fue solo una excusa para hacer buenas migas, nunca mejor dicho con alguien como Sasha ahí comiendo todo a su paso. Aun no muy interesada en beber.
Con la luna como su guía, Ariadne se perdió entre la arena y las olas rompiendo la orilla otra vez. No podía evitarlo. Había pasado su infancia cerca de la playa.
Detrás suyo, unas grandes rocas en medio de la playa hacían sombra de una forma tenebrosa.
- Definitivamente como en casa -murmuró mirando las rocas.
Cuando era niña se asustaba fácilmente de las rocas de ese tamaño. A los niños les gustaba decir que eran titanes para asustar a otros. Aunque, de forma divertida, no le asustaban más los titanes que los fantasmas que mencionaban en las historias sobre gente que murió en la playa y cuyas almas vagaban por la misma. Tal vez era porque nunca vio titanes y sí había oído ruidos raros por las noches cuando era niña.
- ¿Perdiste algo? -dijo la roca a la que estaba mirando.
- ¡AAAAH!
Ariadne se cayó de trasero. No había notado al chico presente.
Floch salió de la oscuridad con mala cara.
- ¿Es una costumbre marleyana el caerse tanto?
- ¡Casi me das un ataque al corazón! -ella dijo.
- Casi. Lo haré mejor la próxima vez.
La chica frunció el ceño. ¿Por qué Floch tenía que ser así? Si bien, sentía gratitud por el chico y lo que había hecho, no toleraba sus comentarios con saña.
Apretó los puños y decidió sentarse en el suelo. Inspiró y botó el aire mirando hacia el mar.
Del otro lado estaban las costas de Marley, el puerto comercial y habitantes de diferentes naciones dominadas por Marley o que pronto estaría dominadas por éste.
- ¿Buscando la manera de irte a casa? No creo que llegues muy lejos nadando, pero ánimo, inténtalo.
- Quizás me quede a vivir aquí.
Ariadne ya podía oírlo decir algo como "Será mejor que no lo hagas".
- Oh. Qué sorpresa. Quién diría que te encariñaste con la isla que viniste a destruir -como pensaba, ahí iba otra vez, aunque no acertó.
- Yo no vine a destruir nada.
- ¿A qué viniste entonces? ¿Vacaciones?
La marleyana ignoró la parte problemática del comentario antes de responderle.
- Como dije, la isla es linda. Las personas, por otro lado...
- La gente es aún mejor.
- ¿Lo dices por ti? No eres muy-
Acto seguido, sintió un sonido pesado en la arena y al segundo siguiente Floch estaba sentado a su costado izquierdo. Ariadne casi se cae de espaldas.
- ¡Q-Qué estás-!
- No me digas que te asusta tanto sentarte junto a un demonio.
Oh, así que por eso lo hizo. Y ella allí creyendo que quería ponerla incómoda de otra forma. Claro, él no sabía que a pesar de ser un idiota, le agradaba y... lo otro. Sin embargo, ya no había manera de sentirse abochornada por nada. No luego de que volviera a insistir que ella era como los demás marleyanos, que lo despreciaban a él por su raza eldiana.
Ella se puso de pie sorprendiéndolo y después de respirar para sus adentros, preguntó:
- ¿Alguna vez hice eso?
- ¿Qué?
- ¿Alguna vez te he dicho demonio?
Floch no supo qué responder.
NOTAS: De nuevo, muchísimas gracias a quienes votan, los que agregan a sus listas y comentan y sí, sé que quizás el fic es #1 en Floch porque no hay casi nada, pero NO ME ARRUINEN LA ILUSIÓN me alegra igual porque significa que hay más fans de Floch que las cuatro gatas locas que éramos antes.
Más de 200 votos, casi 250 que no sé si merezca por cómo trato a este fic, actualizando cada año.
Se supone que el cap era más largo, pero no estaba segura de qué poner en el medio. TENGO EN MENTE QUÉ PASA LUEGO PERO ME CUESTA ESTA PARTE AAAAAAA.
Spoiler: después del capítulo siguiente las cosas mejoran un poco.
En fin, para agradecer a todo Floch lover (?) que lea esto, hoy o mañana publico un fic nuevo. ¿Alguien quiere adivinar qué es?
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Deal with the Devil 【Floch/Lectora】
ChickLitCuando Marley envía sus buques a las costas de Paradi con ella como una más de los tantos soldados para investigar la isla solo para que acabe quedando capturada ante sus enemigos, ve la oportunidad que Marley le negó: convivir estrechamente con la...