Créditos de la imagen: Desconocido. (Si identifica el autor del dibujo por favor avisarme)
Protagonistas: Romeo, Jesse.
Narrador: Omnisciente.
—¡¿Dónde está Radar?! —Jesse exclamó con agitación cuando entró en la sala central de la estructura flotante en medio de la ciudad.
—En el tercer piso, junto a las carteleras con información —respondió Lukas, apartando la atención de su libro, siguiéndola con la mirada hasta que entró en el ascensor, presionó rápidamente el mismo botón unas quince veces y subió —¿Qué le sucede?
—Solo está buscando a Romeo —hizo un gesto con su mano expresando desinterés— Estuvo toda la mañana recorriendo varias veces Ciudad Faro para encontrarlo.
—¿No es algo que hace todos los días?
—Sí, todos los días y a todas horas, pero nunca tarda demasiado —una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro ante el pensamiento— El acosador resultó acosado, que irónico.
—¿Por qué lo hace?
—No lo sé.
—¿No te interesa saber?
—Nop.
Ambos guardaron silencio, levantando la cabeza hacia Jesse, quien salió disparada del ascensor antes de que aterrizara, pasó a través de ellos y arrancó las elytras del marco de la pared, instalándoselas mientras volvía a correr por el medio una segunda vez.
Sin dar ningún tipo de explicación o siquiera dejar hablar a nadie, saltó al vacío dejándolos atónitos. A ojos de todos los demás, Jesse parecía estar volando sobre toda la ciudad y saliendo de las murallas en ráfagas de aire por el cielo debido a las actividades matutinas o cualquier actividad recreativa.
Jesse estaba aterrorizada con una escena en mente, deseando estar equivocada, rezando por no encontrar a Romeo sin vida.
Durante los últimos cuatro días ella lo estuvo siguiéndolo de cerca, él mostraba depresión con signos de suicidio, por lo que monitoreó la mayoría de sus movimientos, asegurándose de que no se lastimara a sí mismo.
La única razón por la que no encontró heridas en su cuerpo, fue porque Romeo no tuvo las agallas para agarrar objetos afilados sin que Fred apareciera en su cabeza. Solo estaba esperando el momento en que alguien lo asesinara, pero no podía seguir esperando, no quería seguir viviendo.
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Un jardín de Rosas
Aléatoire[LIBRO DE ONE-SHOTS] En éste libro hay un gran jardín, cada una de las plantas presentadas fueron sembradas a partir de ideas que revolotearon en el espacio y se transformaron en hermosas rosas. Acércate a una, podrás oler lágrimas. Acércate a otra...