Martes, 8:23pm.
“Permíteme ser completamente dependiente de ti, que mi vida al ver que no estés cerca se vaya acabando poco a poco que mi respirar, al ver que tocas otro cuerpo se detenga para así ser completamente inservible para ti”
Había pasado nuevamente, mis lágrimas salían sin control alguno por las emociones del momento, mi vista algo borrosa visualizaba pequeñas manchas rojizas sobre la sabana que cubría mi cuerpo ¿por qué había sucedido? ¿Qué se habría salido de mis manos? Como pude, me puse de pie, sostenía fuertemente con mi mano derecha de la pared para no flaquear en cualquier momento y así caminar al baño.
“Golpéame, golpea una y otra vez cada una de las partes de mi cuerpo, castigándome y marcándome para así ver que no soy más que un simple mortal”
Fue allí que al verme al espejo fui incapaz de impedir aquel grito, donde mi dolor y miedo eran trasmitidos con gran desesperación y mis ganas de volver a tiempos atrás volvían ingenuamente.
¿Dónde había quedado aquel chico de quien me había enamorado? Aquel chico que, al verme llegar no se detenía de besarme y abrazarme, que dormir abrazados era la mejor parte de estar juntos ¿Cómo pasamos de ser así a… simplemente dejarme completamente destrozado? Ser causa de tu desprecio y burla, de que toda tu ira fuera pagada contra mi ¿acaso deje de ser perfecto? Por favor, vuelve a tomarme en tus brazos para sentirme seguro.
...
Todo estaba silencioso, no estabas en casa y el sonido de mis pasos arrastrados era lo único que llenaba, sin importar que tan bajos fueran sentía que me escucharías y volverías a mí, te tengo tanto miedo pero a la vez me da miedo perderte ¿acaso hago mal?
Dime que me amas, por favor, susúrrame al oído que me amas aunque sea una fría mentira, y terminare olvidando lo sucedido. Me acuesto lentamente en la cama y mi piel siente una gran sensación de alivio, de descanso, de que todo estará bien desde ahora, ya que… me encuentro en tal calma ¿no es así? ¿Por qué tengo la sensación de huir? ¿A dónde quiero ir y por qué no te veo conmigo en el camino? Fue inevitable caer ante el cansancio, que la guardia terminara completamente conmigo dejándose indefenso.
…
“Perdóname, perdóname por lo que sea que te haya molestado, no sucederá”
Tus suaves manos sobre mi cuello; no sabía cómo habíamos llegado a esto, mientras que el aire poco a poco el oxígeno iba siendo cada vez más escaso. Me sentía débil, y apenas podía sostenerte para intentar soltarme, duele, duele ver como disfrutas todo esto ¿realmente te gusta lo que ves? Entonces… ¿puedo gustarte de esta forma? Será así la única manera en que estaremos juntos… donde me puedas mira al rostro y hablarme más seguido.
No entendía por qué me mirabas, así de esa manera… yo apenas y podía distinguir tu hermoso rostro...
